¿neighbor? | hange zoe.

12 | buenos días (+18)

Tenias vergüenza.

El hecho de despertarte y sentir como el brazo de Hange rodeaba tu cintura era ideal, y también sentir su aroma.

¿Pero, lo peor? recordaste el sueño que tuviste.

Tenías calor, y estabas mojada. Querías salir inmediato de ahí, pero estar del lado de la pared y que la castaña te tenga agarrada era difícil, solo esperarías a se despierte. Pero tu respiración estaba acelerada, tu temperatura corporal era alta, estabas caliente. Tratabas de evitar escenarios en tu cabeza, pero era simplemente imposible, merodeabas por tu mente tratando de pensar en otra cosa, pero no. No podías.

—Mierda..—tu corazón se paró por un momento, cuando escuchaste la voz de la mujer a tu lado.—(N)..

—¿S-si..?—tragaste grueso, mirando a un costado.

—¿Que sucede?—su voz ronca lleno tus oídos, sentías como se acomodaba—¿Qué sucede con tu cuerpo?

—¿A que te refieres?

—¿Por qué estás tan caliente?—ahí mismo no supiste cómo reaccionar, ella comenzó a deslizar sus largos dedos por tu cintura cubierta.

—No se de que hablas.—tratando de excusarte, totalmente sonrojada, volteas los ojos para la pared.

—¿No?—susurró en tu oído—No me mientas..—deslizó una de sus manos por tu intimidad, haciéndote exaltar.

Comenzó a meter su mano dentro de tu pantalón, movía sus dedos a través de la tela de tu ropa interior.

—Hange..—seguía deslizando sus largos dedos por tu ropa interior, necesitabas el contacto de sus dedos.—Hazlo, por favor.

—Pero, ¿acaso ahora sabes de lo que te hablaba?—Te estaba torturando a su manera por no decirle lo que sucedía, estaba jugando.

—Uhjum..—movías tu cadera, buscando más—Por favor..

—Si me lo pides así, quien soy yo para negarme—hablo Hange en tu odio, quitando sus manos de tu pantalón, comenzando a deslizarse por tu monte de Venus.

La castaña comenzó a hacer leves toques en tu clítoris, haciéndote estremecer ante el frío tacto de sus dedos, los jadeos comenzaban a escaparse de tu boca cuando deslizó un dedo por tus labios para introducirlo.

Soltaste un gemido que quedó ahogado en las manos de Hange, quien las había puesto rápidamente en tu boca, para que no hicieras ruido y las habitaciones de al lado no escuchasen.

Lo introducía tranquilamente, metiendo y sacando, tenías la temperatura demasiado elevada, y tus mejillas se tornaron un tono rosado, noto cómo estabas, así que llevo otro dedo dentro de ti, su palma chocaba con tu clítoris haciéndote sentir aun mejor.

—M-mierda.—se te escapó, ella hizo presión en tu boca, podías ver su sonrisa arrogante de reojo—Hange..

—¿Si?—seguía con sus movimientos, aumentando su velocidad y tu revolcabas los ojos, moviendo tus caderas nuevamente en busca de más placer.

—Mas..rápido, porfavor—ella asintió, esta vez siendo más brusca y metiendo por completo sus dedos en tu intimidad, llegando a tu punto g.

Las estocadas de sus dedos dentro tuyo, fueron cada vez más fuertes, además de tener la respiración de la mujer en tu oído, fue lo que hizo que te corras finalmente cuando sentiste tus muslos fruncirse.

La mujer retiró tus dedos de tu intimidad, tomando tu mandíbula para besarte, conecto sus labios con los tuyos, moviéndolos en conjunto a la perfección, en la habitación era el ruido de sus bocas unidas lo único que se escuchaba.