04 | ella sabe

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— ¡Arriba! — Ymir te pega con la almohada en el rostro.

— ¡Para! — gritas, porque para serte sincera, odiabas que te despierten a la fuerza. — ¿qué hora es?

Ya era de día y por lo visto Ymir había levantado la cortina de tu cuarto, por lo que podías ver el sol entras a través de tu ventana.

— Las once de la mañana. — ves cómo la de pecas rasca su mejilla, y mientras toma su teléfono.

— Estamos de vacaciones, ¿por qué me despiertas tan temprano? — hundes tu cabeza en los almohadones.

— Tengo hambre, y tú me vas a alimentar.

..

Le sirves café a Ymir, y luego te sirves a ti para sentarte frente a ella, y así poder conversar tranquilamente, debido a que tus padres estaban trabajando.

— Hange me invitó a su casa. — sueltas de la nada, cortando el silencio que había en el ambiente.

Ymir queda con la tostada en su boca, viéndote para luego reaccionar, aclararse la garganta y hablar.

— ¿Qué?

Volteas tus ojos dando un suspiro pesado, arremangando a tus manos el suéter negro que traes puesto. Cruzando tus piernas.

— Me habló por teléfono ayer.. ya que me pidió mi número.. y bueno, dijo que olvide algo en el bar. — soplas levemente tu café para tomar un sorbo.

— ¿Estás segura que olvidaste algo? — la de pecas arquea una ceja.

— A decir verdad, no.

La morena estaba por responder, hasta que sonó tu teléfono, te estaban llamando.

— ¿Hola? — atiendes.

— Hola, cielo. — Eren habla del otro lado de la pantalla. — ¿nos vemos hoy?

Acordaste verte con Hange por la noche, así que tenías el día libre para estar con tu novio. 

— Sí, claro. — respondes con un tono neutral.

— Ok, pasó por ti a..¿las cinco? — al parecer él estaba caminando en la calle, escuchabas el tumulto de gente.

— Aquí te espero.

..

— Bueno, gracias por hospedarme en tu humilde choza.  — Ymir coloca su mochila en su espalda, haciéndote una pistola con los dedos. — Nos vemos.

Ya se estaba yendo hacia su casa, que quedaba bastante cerca de la tuya.

— De nada. — ríes — nos vemos luego.

Cierras la puerta viendo a Ymir irse a lo lejos, y te lanzas sobre el sofá de tu sala de estar,  recordando que debes pedirle a Hange la dirección de su casa, o si no no llegarías de ninguna manera.

ey.. ¿sigue en pie lo de esta noche?

Sin paciencia, esperas a que entre el mensaje, pero pasan alrededor de diez minutos y ya estabas desesperandote. Al cabo de otros minutos, notas como suena nuevamente, pero no era Hange, si no que se trataba de Eren.

¿neighbor? | hange zoe. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora