Capitulo 35

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LIZBETH

22 DE AGOSTO


-Sabes que alguien más tendrá que ir a prisión por ello, ¿no es cierto?


-Lo sé, pero yo no seré parte de ello- le digo y me doy la vuelta.


-Claro que no lo serás, porque ya no eres parte de ello-


-¿Crees que alguien podrá ayudarte?, Estas mal, no piensas en las consecuencias- me giro y sigo caminando mientras me grita a espaldas.


-Claro que sí,  piénsalo.


-Entonces hazlo tú y no involucres a nadie para salvar a tu novio- le grito sin voltear.


-Liz, tengo que hacer esto para ayudarlo-

Me dice y cuando me vuelvo hacia atrás, el arma me está apuntando, pero no tengo tiempo para reaccionar porque la bala ya está en mí.

Huye mientras caigo al suelo inundándome en el dolor que ha causado, lágrimas recorren mi mejilla y cierro los ojos para olvidarlo, segundo tras segundo este disminuye hasta que no pienso en nada más.


-Oye, vas a estar bien ¿De acuerdo?- me dice Ángel que ha llegado corriendo mientras asiento con la cabeza, lágrimas brotan de mis ojos y es que el dolor se ha convertido en un hoyo en mi estómago, se sienta en el suelo y recuesta mi cabeza en su pierna.


-Quien diría que se repite lo mismo- le digo riendo un poco, ya destellos de luz comienzan a brotar en mi mete, como si el flash de la cámara me apuntara en repetidas ocasiones.


-Vas a estar bien- me dice mientras empieza a acariciar mi cabello,  me mira con una sonrisa falsa, llena de preocupación, pero tratando de estar bien por mí, como si ya supiera lo que va a pasar.


-¿Cómo es?- le pregunto.


-¿Cómo es que?- responde, y tardo un poco en responder ya que los momentos más lindos de mi vida han comenzado a aparecer como una película en mí, reproduciéndose.


-El infierno- respondo y rio.- ahí es a donde voy.


-Estás loca bebé- me dice y suelto una pequeña carcajada mezclada con dolor y llanto.


-Ángel, hice cosas malas- le digo con voz apagada.


-Iras directo al cielo y nadie tendrá ni un ápice para decir que no.


-Te cuidare desde ahí- le digo y mi voz se entre corta.


-Serás mi ángel guardián-


-Seré el guardián de Maven, así que por él no te preocupes, porque le jalare los pies si no entiende-. Le digo y ambos reímos, trago saliva, pero esta se ha  mezclado con el sabor metálico de la sangre.


-Gracias Liz- me dice y sonríe.

Trato de seguir despierta pero el sueño llega a mí, así que me pierdo por algunos segundos, pero necesito algo más y vuelvo a ganar fuerzas.


- Dile a mis padres que los amo y que lo lamento- le digo y el con lágrimas en los ojos asiente con la cabeza, por fin puedo dormir y descansar, cierro los ojos y la película en mi cabeza termina dejando todo a oscuras, siento mi cuerpo partirse en miles de pedazos, mientras alguien le llora a lo que antes era mi cuerpo cantando una canción con el corazón partido.


Por el tallo de la rosa, tú caminarás

Por aquellas espinas, tú brincarás

Por las piedras y montañas correrás

Mientras llegues al final del túnel

Sabrás que todo lo que dijeron fue verdad...


Me veo en mi casa abrazando a mí madre y a mi padre, me veo en el cuarto de Maven jugando con sus carritos y me veo, estoy caminando por el pasillo directo hacia su habitación, abro la puerta y ella ríe conmigo


-Te quiero- me dice y acaricia mi mejilla, me jala y me da un abrazo, las preocupaciones han quedado atrás, pero en especial el vacío que sentía por que Fatma siguiera en mi corazón a pesar de que yo fui quién me aleje de ella esa noche, después del beso de invierno justo frente al porche de su casa.


FIN DEL PRIMER LIBRO.

¿Quién mató a Molly?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora