Capitulo 23

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ANA

Yo pensaba que los policías eran estúpidos y que ellos no quieren llegar a los culpables porque temen que después quieran hacerles daño a ellos o a sus familiares.
Pero ya veo que no.
Son más rápidos de lo que uno cree.
Más inteligentes de lo que uno es.
Más detallistas de lo que uno ve.
En menos de 24 arrestada, y aun no sé por qué, si la escena del crimen solo contaban con evidencia de Alan y Liz.

-¿Alguno habrá confesado?- pienso, aunque sé que Lizbeth no, porque está en su casa. Puede que Alan lo haya hecho o Ángel.
Aunque no creo que ninguno de ellos haya sido.
El auto da una vuelta por la ciudad, mientras yo estoy detrás, esposada, callada, sin libertad.

-¿Porque me arrestaron?- es lo único lo que trato de pensar. El carro anda, a la izquierda, después a la derecha y seguimos por 100 metros hasta adelante, giramos a la derecha, miro mi alrededor, veo como toda la gente se vuelve hacia la patrulla, gente desconocida, gente conocida, vecinos, amigos, por lo que me vuelvo hacia el piso de la patrulla y trato de no pensar en nada más.
Suspiro, trago saliva, respiro, lleno mi cuerpo de aire, este se mezcla con el olor del mismo auto, tiene un particular aroma, parecido al olor de uno de los cuartos del departamento de mi último ex, sucio, toxico, olor a papas fritas, quizá tengan un aproximado de hace dos semanas debajo de los asientos.
Los oficiales van hablando sobre la buena labor que hacen en la ciudad.
Sobre lo segura que es, ¡claro!, Molly con un arma de fuego, nosotros ocultando su muerte, huyendo de la escena del crimen e inventando nuevas mentiras.
Claro, eso es una gran ciudad segura.
Cambian de tema cada 5 minutos, ya hablaron de sus mascotas, de las noticias de anoche y ahora hablan de sus familias, típico de la gente adulta.
La familia es lo primero que uno presume.
A menos de que estén separados o no tengan.
Pasamos justo por las afuera de la cafetería, me recorro a las espaldas del asiento del copiloto y me asomo.
No hay nadie, ya está vacía, soló una que otra patrulla está cerca, pero…

-¿En dónde está el vacío que deja la misma?
¿En dónde están todos?- me pregunto pero esa pregunta pronto se nubla porque sé que no me interesa lo que pase.
Molly quería matarme y se tuvo que morir.

-Tal vez pueda confesar- pienso, pero no sé por qué estoy arrestada.
¡Claro!, el oficial me mencionó que fue un intento de homicidio, lo que quiere decir que Molly está viva, o estará por un corto tiempo.
Antes de confesar tendré que sacar toda la información posible, así sabré si he tomado la decisión correcta.
Ahora tendré que dejar que me pregunten para preguntar y que me respondan para responder, me digo por lo que me vuelvo hacia delante.
Giramos a la derecha y es cuando mi mente se desploma sobre un abismo de desolación.
-Estaba muerta- me digo a mi misma mientras recuerdo como Ángel la toca para saber si aún sigue con vida.
Y por lo visto él dijo que ya había muerto.

Una vez más gira a la izquierda, y se detiene unos metros delante de la vuelta.
El decir que estaba muerta cuando no lo era me hace sentir traicionada, pero claro, uno en un momento así reacciona de diferentes maneras, puede que Ángel estuviera nervioso y no haya tomado los signos vitales bien.
Uno de los oficiales se acerca a mí y abre la puerta, este mismo me baja con la cabeza abajo, cierra la puerta del mismo vehículo, me lleva por delante y pasamos la acera, seguido de un pequeño jardín y me hace subir las escaleras para entrar a la estación.
Entro, las puertas se cierran detrás de mí.

Me hacen que tome asiento por algunos minutos hasta que me dicen que si quiero llamar a una persona.
Claramente mis padres ya saben dónde estoy, por lo que ya vienen en camino.
Pero aun así asiento para poder llamar, en lo que me encamino para hacer la llamada, pienso en Ángel, y creo que a él será a la persona que le marcaré.
Sé que Molly está viva y no veo a nadie conocido en la estación por lo que supongo que aún Ángel y Alan siguen juntos.
Liz, por otra parte sigue en su casa.
Tomo el teléfono y comienzo a llamar.



Llamada Saliente

«Estación de policías»

Ángel: -¿Hola?

Ana: -¿Ángel?

Ángel: -¿Ana? ¿Qué pasó?

Ana: -¿Están bien?

Ángel: -¿Si qué pasa?

Ana: -¿Estas con Alan?

Ángel: -No, nosotros seguimos con el plan, tu sangre no está en el cuerpo, Alan la limpio.

Ana: -Eso es lo de menos.

Ángel: -Pero que ocurre, respira un poco.

Ana: -Molly.

Ángel: -¿Qué pasa con Molly?

Ana: -No murió.

Ángel: -¿Qué?

Ana: -Esta viva.

Ángel: -¿Cómo sabes que está viva?

Ana: -Porque estoy detenida.

Llamada finalizada.



La llamada se corta en medio de la conversación, ni siquiera pude decirle otra cosa, cuelgo el teléfono y tomo asiento nuevamente, espero ahí unos minutos hasta que me dan un vaso de agua, toman mis datos, nombre, domicilio, edad, etc.
Seguido de esperar por unos 20 minutos, hasta qué lo veo entrar por la puerta, ahí está Alan, siendo llevado por los policías.

Sigo esperando 10 minutos y es mi turno, me encaminan, me hacen pasar por un gran pasillo casi a oscuras, seguido de pasar por unas oficinas y una sala de espera, nos adentramos más al fondo casi a dar junto a las celdas y me hacen sentar.

Me vuelvo hacia el área de interrogatorios y quien sale de ahí es Alan, acaba de ser interrogado, supongo, por lo que los policías que lo esperaban a fuera de la habitación lo hacen agachar su cabeza y lo llevan a las celdas, justo frente a mí.
Lo introducen a la misma y cierran la reja, está con la mirada baja en el fondo de un cubo con 3 paredes y barrotes, noto algo extraño en él y sé que debo preguntarle.

-Alan- le susurro, él se vuelve hacia mí.
Nuestras miradas se entrecruzan y un alivio en sus ojos hace que cambie su posición y se acomode en la celda.
Le hago una seña para que se acerque y él se aproxima.
Miro hacia mis costados.
Nadie nos mira, ni siquiera hay personas en el lugar, me vuelvo hacia él y sólo susurramos.

-¿Dijiste algo?

-No- me aclara y le creo, él está más aterrado que yo e incluso se nota en su voz, esta es temblorosa y corta.

-¿Porque estas en la celda?- le pregunto mirando al suelo para que nadie más note que estamos hablando.

-Me acusan del intento de homicidio.

-A mí también, la perra está viva- le digo y se agacha mirando al suelo en modo débil.

-¿Cómo puede ser eso posible?- pregunta con voz quebrada. -Ángel la revisó y se percató de que hubiese muerto.

-No lo sé, tratare de investigar pero no entiendo porque estoy aquí- le respondo.

-Suerte- me dice y se comienza a alejar, él sabe que se quedará aquí, sabe que pronto nosotros estaremos con él en la celda.

-Te sacaremos de aquí- le digo antes de que se aparte completamente.

Las pisadas se acercan cada vez más, como cuando sientes el peligro cerca, y sabes que es un peligro momentáneo, no para siempre pero si dejara heridos, este me hace levantar y me encamina hacia la sala de interrogación, mientras que mi cabeza comienza a buscar una mejor salida, pasa por diferentes probabilidades y libera las que no le funcionan, hasta que llega la correcta.
La solución perfecta para salirme de esta y buscar ayuda por fuera.
El oficial cierra la puerta detrás de él y me sienta frente a una mesa, este se va hacia su asiento y coloca la cámara en el trípode, la enciende y comienza a balbucear cosas que no logro comprender, se mira fijamente hacia mí y segundos después noto que sus labios se vuelven a mover y la vista de desconcierto se postra en mí.

-¿Estas bien?- me dice.

-Si- respondo y me acomodo en la silla de metal que se mantienen fría aun con mi trasero en ella.

-¿Cómo te llamas?- me vuelve a preguntar y se dispone a escribir en su libreta.

-Ana- respondo y trago saliva-. Ana Sallow.


¿Quién mató a Molly?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora