Capitulo 26

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ÁNGEL

Me siento limpio, liberado de la rabia y el dolor.
Liberado de la verdad.
Confesarle a Sam, sobre quien yo fui el que le disparó a Molly hace que deje de pensar en todo, como si hubiese un espacio y un tiempo diferente ya que es un bucle que se repite en mí.
Yo maté a Molly.
Yo maté a Molly.
Yo maté a Molly.
Yo maté a Molly.
Yo la maté.
Maté a Molly.
Yo soy el culpable.
Me digo a mi mismo, y eso es lo que ahora se.
Yo maté a Molly Adams.
Aunque sé que está bien.
-Sé que yo no lo estoy, hubiésemos llamado a una ambulancia, a la policía, confesar- me digo, pero sé que él hubiera no existe, y lo que hiciste es tu marca, y esa marca se quedará para siempre.

-¿Qué hiciste qué?- me dice y ahora él es quien ha tomado de mi la rabia, su rostro está más rosado de lo normal, sus puños ahora son quienes están cerrados y con un gran peso mientras los aprieta. Su mandíbula está más apretada y sus ojos, esos ojos tan lindos han perdido su color, es más, han dejado caer algunas lágrimas.
¿Qué hacer en un caso como este?
Dejar que me dé un golpe o abrazarlo para que toda esa ira se vaya en no más que llanto y gritos.
Imagina enterarte que el amor de tu infancia intentó matar a tu hermana.
Claro que no fue él, o sea yo, mucho menos alguien del grupo, pero tenían que encontrar a un culpable, y en mi momento de desesperación tenía que decir que fui yo.

-Tranquilo- le digo temiendo lo que fuese a hacer.

-¿Porque? ¿Porque lo hiciste?- me pregunta.

-No lo sé- le respondo.

-¿No sabes?- me arroja gritando-. ¿No sabes? Pregunta nuevamente y me empuja hacia atrás.

-Sam- le digo.

-Cierra la boca Ángel- me dice volviéndome a empujar, me quejo, el brazo me pulsa, se crea un dolor intenso que casi me envía al suelo.
Poco a poco este desaparece, pero aun así, la rabia de Sam se mantiene.
Y no le importa que esté lastimado del brazo.

-Sam, mírame- le digo y me suelta un golpe en la mandíbula, este me lleva al suelo, me hace marear un poco y pensar que todo es irreal, que todo esto es un sueño.
Aquello que era real, de nuevo se ha convertido en un sueño, en algo irreal, como en los cuentos de hadas, cuando piensas y te imaginas dentro de la historia, pero al final descubres que no es verdad y nada de eso está pasando.
Trago saliva, intento levantarme, pero una patada me es arrojada por el hombro.
-Mierda- pienso, ahora, la sangre que emana de mi es totalmente real y no la inventa mi cabeza, limpio mis labios y cierro los ojos, respiro y en mí, se siente la sensación de un segundo golpe.
Efectivamente, un nuevo golpe en mi estómago hace que me quede sin aire, trato de respirar pero nada en mi entra, me siento vacío y el ahogo se apodera de mi por unos segundos, hasta que después entra el oxígeno que quiero.
No siento nada.
Ni siquiera siento el amor que sentía por él años atrás.
Lo que ciento en mí son sus besos y los recuerdos de todos esos momentos que pase con él.

Un nuevo golpe se aproxima, lo veo venir segundos antes de que pase, y supongo que es porque se prepara para darlo; la puerta del baño se abre y es Kahlo quien entra. Me mira y se arroja hacia mí.

-¿Que rayos te pasó?-dice y el golpe llega, cerca de mi ojo y oreja, Kahlo se levanta y lleno de rabia trata de sacar a Sam del baño.
Él no es tan grande como parece, es más un chico normal, pero tiene fuerza.

-Ya tuviste lo que querías- le dice y lo sujeta, pero no le hace caso, este aún sigue lleno de rabia, de coraje que se guardó durante días, y puede que años, tal vez está sacando la furia que tiene guardada desde que terminamos.

-Sam- le grita Kahlo, pero sigue en su trance.
Por lo que le suelta un golpe en la cara, y este lo manda hacia atrás perdiendo el equilibrio, parpadea, se sostiene con los lavaderos que tiene de frente, y se incorpora, su semblante ha cambiado, ya no es el monstruo que era antes del golpe, mira a Kahlo y toca su nariz, está ha comenzado a sangrar, por lo que Kahlo le da algo de papel.

-Lo lamento- le dice Kahlo y este se acerca a mí para ayudarme a levantar, ya que para mí es inútil.

Sam me mira y se acerca, trata de tocarme pero no lo dejo, me aparto y el hace lo mismo, retrocede y es quien se tira al suelo.

-Lo lamento- le digo, el trata de responder, pero sus palabras se convierten en nada, el vacío de su boca se genera en mí y hace que tome fuerzas para seguir.

Respiro y me levanto por completo, limpio mi boca y continuó caminando, cojeo un poco por el dolor en mi estómago, pero me mantengo firme.
Salgo del baño, Kahlo es quien me sostiene, y me alegro de que sea el quien me haya ayudado.
La puerta detrás de nosotros se cierra, está misma crea un sonido hueco que llena mi cabeza y mi mente.

Sé que hice lo correcto, aunque no hubiese sido yo quién la mató, el encontrar un culpable para él, seguro también fue liberador.

-¿Estas bien?- me pregunta Kahlo, al tiempo en el que se cuelga mi brazo por la espalda

-No te preocupes por mí, estoy bien- le digo sonriendo con una mueca-. Gracias por cierto.

Me lleva en camino a la enfermería por lo que me dejó guiar por él, aunque sé que tengo otras cosas que hacer.
Supongo que tienen que hacer que pare el sangrado de la nariz, entramos a la enfermería y por obvias razones Marry, me señala que me recueste en la camilla.

-¿Cómo te hiciste eso cariño?- me dice con amor, siempre ha sido así conmigo, no sé si así lo sea con todos pero conmigo al menos sí.

-Caí de las escaleras- le respondo y Kahlo se vuelve hacia mí arrojándome sus ojos impactados en rabia.

-Tengo que para tu sangrado, ¿De acuerdo?

-De acuerdo- le respondo, al tiempo en el que presiona mi nariz y me hace inclinar hacia el techo.

-Sostén aquí- dice y ahora soy yo quien presiona mi nariz.

-¿Estará bien?- le pregunta Kahlo.

-Sí, estará en buenas manos- le responde Marry, por lo que él decide regresar a clases-. Ay mi niño, ¡cómo te fuiste a caer de las escaleras! Me dice, al tiempo en el que me pone unas cintas en la parte inferior del labio, cerca de la barbilla.

-No es nada.

-Claro que sí, mírate ¿Tu brazo está bien? ¿Cómo lo sientes?- me pregunta mientras se vuelve hacia él y empieza a tocarlo.

-Estas bien, no te preocupes- le respondo y es verdad, lo siento bien, a pesar de todos los golpes mi brazo salió intacto.

-Recuéstate y cuando te sientas bien puedes irte- me dice y apaga las luces de la habitación, Marry sale del cuarto haciendo el menor ruido posible, y yo trato de pensar en lo ocurrido, en lo que me hizo sentir.
Ya es hora de que el arrepentimiento se apodere de mí, y claro que lo va a hacer.
Es más, ya está llegando.

Miro el techo por las siguientes horas, hasta que me toca la última clase, fotografía creo que será un repaso del semestre pasado, pero aun así quiero estar presente en la clase, por lo que me levanto de la camilla y salgo de la habitación, me dirijo a mi casillero y saco la cámara.

Entro al salón y tomo asiento en una de las primeras mesas, enseguida entra Gian, ha sido mi compañero de clase durante los últimos 2 semestres, en realidad solo se acercó a mí porque vio la oportunidad de pasar las materias con una calificación alta, y nada más, y losé porque es como esos típicos compañeros que cuando llegas a clases te piden las tareas a diario, es más, cuando empezaban los exámenes de fin de semestre siempre me decía que estuviera pendiente de mi teléfono, que él me pasaría las respuestas, pero siempre terminaba pasándoselas.

Entra el profesor colocando su portafolio en el escritorio.
-Sé que ya quieren irse a casa- dice el profesor riendo-. Y lo sé porque yo también ya quiero irme, solo aremos unas pequeñas cosas y se pueden ir.

Saca la cámara de su estuche y la enciende, llaman a la puerta por lo que se dispone a salir.
Habla por unos minutos fuera del salón y entra nuevamente.

-Bien clase, la profesora Andrick no dará su clase por lo que resta del semestre, por lo que su grupo se nos unirá- aclara el profesor y abre la puerta para que los chicos entren.
Ana entra por la puerta por lo que le hago una seña para que se siente con nosotros, también se incluye Kahlo.

Ana me mira, mira cómo tengo la cara y trata de ignorarlo.
Claro, quién no iba a verla si en la mañana estaba completamente bien.
El profesor explica que tendremos que salir a los pasillos de la universidad a tomar fotografías de nosotros mismos, algo así como fotografía artística, misma en la que tenemos que causar algún sentimiento al ver la foto.

Salimos del salón y Ana no sé permite esperar un poco para preguntar lo que acaba de pasar.

-¿Que rayos te ha pasado?

-No es nada- le respondo

-¿No es nada? Ve cómo estás- dice y me ve fijamente el rostro.

Kahlo nos aparta un poco del grupo y nos lleva hacia un rincón

-Le confesó a Sam que él había sido quién mató a Molly- dice y cierra los ojos como esperando una bofetada de alguno de los dos pero eso no pasa, permanecemos callados esperando que por lo menos uno de nosotros hable.

¿Quién mató a Molly?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora