Capitulo 11

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ANA

Salgo de la cafetería dejando detrás de mi aquellas puertas de cristal enormes, doblo hacia la izquierda y sigo derecho por la calle, está está sola, nadie más me acompaña, parece  como si el tiempo se hubiese detenido por demaciados minutos que no escucho ni el sonido de los insectos nocturnos que salen por la noche, solo una lámpara es la que alumbra todo a mi alrededor, el aire es más frío que hace unos días, pero ya es de esperarse, los meses finales del año se acercan y con ellos ese frío abrazador mezclado con tormentas y lluvia.
Mis manos concervan aún un poco de calor, y eso antes de que el chocolate comience a enfriarse, paro momento y le doy un sorbo, vuelvo a andar casi a oscuras, me acerco a la parada de autobús para tomar asiento unos minutos, los pies ya me arden de caminar y creó que he pisado un chicle, a no ser que sean los residuos fecales de algún perro, lo siento algo humedo y era obvio que lo sentiría, el caminar descalza es algo repugnante, es como estar desnuda de una parte de mi cuerpo y sentir como la suciedad se impregna más y mas, aun sostengo la servilleta con la mano y solo puedo pensar en la hora en que vengan a arrestarme.
¿Como se pondrían mis padres al hacerlo?
¿Los vecinos que dirán?
Mi mente comienza a cuestionarme pero trato de ignorarlo, por lo que decido caminar nuevamente.

-¿Como fuimos tan estúpidos que olvidamos las cosas en la escena?- me pregunto, ahora tienen como incriminar a tres de nosotros, y solo Alan se lava las manos sin ser incriminando.
Tendrán a Lizbeth por el abrigo, a Danel por la cartera de Alan  y a mi por la sangre en la mano de Molly.

Me da algo de envidia saber que Alan fue el único que gano algo está noche y es tener a Ángel Danel de su lado. Y créanme que tiene un buen partido con él, puede que Ángel y yo tengamos una historia en el pasado, pero es donde se va a quedar en el pasado.
Alan, si, es el único librado de esto, y afortunado, llevo hablándole algunos meses y desde que lo comencé a tratar, o supongo que desde mucho antes, lleva enamorado de Danel, ya que se pasa el rato pensando en él, en su increíble pelo crespo perfecto color café y ojos azules.
Me causaba nauseas todo él enamorado y con corazoncitos brotandole de todo el cuerpo.

Sé que dije que la historia entre Danel y yo se debe de quedar en el pasado, pero trataré de resumir un poco la historia de engaño en donde yo era parte de su juego.
Claro, y no diré que él tiene toda la culpa porque yo accedí a hacerlo pero me dolio, o bueno eso sentí.

Era primavera del 4to semestre de la preparatoria, entonces hablamos de hace unos tres años, mi hermana estaba saliendo con el chico más perfecto de mi preparatoria, o dicho en palabras mías, bueno para mí.
Buenas notas, atlético, presidente de la sociedad estudiantil, a demás de ser capitán de los talleres de teatro, literatura, fútbol y natación, cabello perfecto, alto, ojos bonitos y tenía un buen sentido de la moda, y si, digo tenia porque ahora ya no lo tiene, aveces viene en pijama a la universidad, aunque también se ve bien con ella.
Estaban por cumplir un año de relación cuando por la clase de ecología nos hicieron ir a un campamento.
La ventaja aquí es que solo iriamos los de preparatoria, y mi hermana estaba en primer año de universidad.
Se escuchará extraño pero a mí hermana siempre le han gustado personas más chicas que ella.
En fin, pasamos la semana de campamento como equipo en las actividades hasta que el último día en la fogata antes del regreso.
Nos besamos.
Creí que estaba mal, pero el querer superar a mi hermana me obligó a hacerlo, y así pasamos durante un años más.
Hasta que terminamos la preparatoria y mi hermana se dio cuenta cuando nos besamos  en el comedor de la casa apunto de tener sexo.
No fue mi culpa, fue de ella por regresar por su bolsa, termino su relacion con mi hermana y mis padres me obligaron a dejarle de hablar.
Pero el destino me llevo a encontrar a un chico que le encanta y me llena de rabia, o bueno, solo un poco, casi nada, bueno puede que mucho, pero trato de superarlo.

-Estamos jodidos- digo mientras la lluvia comienza a caer como una pequeña brisa, tomo asiento en la entrada de mi casa y espero un poco mirando al cielo hasta que las gotas mojan mi cara.
Saco el celular y tecleo un número

Llamada saliente

«Sociedad de Alumnos Organizadora»


Lizbeth: -¿Qué quieres?

Ana: -Solo quiero saber cómo estas.

Lizbeth: -¿A parte de lo que paso en la universidad?

Ana: -No, a lo que me refiero es a ¿Cómo te sientes con todo esto?

Lizbeth: -De maravilla, hasta creo que podríamos ir a acampar, si es que no estamos arrestadas para antes de que salga el sol.

Ana: -Liz, porfavor.

Lizbeth: -Pues como quieres que me sienta, mis padres aun preguntan porque llegue temprano.

Ana: -Yo aun no entro, estoy en la entrada

Lizbeth: -Sabes, salí para preguntarle a Angel si ya entregábamos la corona.
Imagina si la hubiese entregado sin haberle  preguntarle a Ángel, nada de esto hubiese pasado.

Ana: -Ojalá  Molly no hubiera sido tan estúpida como para querer matarme.

Lizbeth: -Tú eras el objetivo, y aún no entiendo el porque.

Ana: -Exacto, porque yo.

Lizbeth: -No lo se, pero, quiero saber algo.

Ana: - ¿Que pasa?

Lizbeth: -¿Que le hiciste a esa chica?

Ana: -Oye tengo que colgar, te llamo luego.

Llamada Finalizada

Cualgo la llamada porque da la vuelta una patrulla en direccion a mí casa, las luces parpadenates hacen que me levanté, se detienen frente a mi casa y dos oficiales bajan de la misma.
Miro a mi alrededor, la señora Miller está paseando a su perro y saluda a uno de los oficiales.
-La zorra del vecindario- pienso y hago una mueca.

-Buenas noches- Dice el oficial Liam que se ha adelantado hacia mi dejando a su acompañante detras.

-Hola oficial- Digo dando un sorbo final  al chocolate, trato de estar lo más relajada posible aunque los nervios sobresalen demas.

-¿Ana Sallow?- Pregunta mirándome fijamente.

-Si- Respondo arqueando mis cejas

-Quedas detenida por intento de homicidio contra Molly Fatma Adams, tiene derecho a guardar silencio, todo lo que diga será usado en su contra en un tribunal de justicia- Dice y se acerca a mi para esposarme, me toma mientras su acompañante se incorpora, el vaso de plástico cae al suelo, pero de este no sale nada y es que me lo termine, justo en el momento perfecto, pues como lo dicen, todo lo que inicia pronto llega a su fin-. Tiene derecho a un abogado, si usted no puede pagar uno, el mismo tribunal le asignara uno.
Termina de decir mientras aprieta las esposas, me siento aturdida, las luces de la patrulla, el shock emocional y el saber lo que hice han hecho que mi mundo e cierre y me encierre en una burbuja con ecos ajenos a mi, está iluminan toda la cuadra y como lo suponía todos los vecinos salen a observar que es lo que este pasado.

Mis padres salen de la casa desconcertados y uno de los oficiales toma a mi madre que trata de venir hacia mi.

-¿Que le hacen?- Dice mi madre gritando un tanto preocupada

-Señora retroceda- Dice el oficial mientras el otro me lleva directo a la patrulla.

-¿Cuál es la justificación?, ¿Cuál es el cargo?- Pregunta mi padre que toma a mi madre y que esta pierde un poco el control.

-Intento de homicidio- Responde el oficial volviéndose hacia si compañero.

-¡Que!- Grita mi madre y se vuelve hacia mi mientras se ahoga en un llanto, me suben a la patrulla, aún no entiendo la gravedad de lo que está pasando así que me vuelvo hacia en frente pensando en la irealidad, como si fuese un sueño del que fuera a despertar en cualquier momento, el oficial cierra la puerta y está hace que reaccione, lágrimas comienzan a escurrir de mi al ver a mi madre devastada y se que en este momento no habría marcha atrás más que decir la verdad.

-Mi nombre es Ana Sallow y no fui quien Mató a Molly Adams, pero se quién lo hizo- pienso.

¿Quién mató a Molly?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora