-Alan - grito mientras regreso a la realidad.
-¿Qué pasó?- me pregunta Mónica exaltada mientras se levanta de uno de los sillones que tengo frente a la camilla
-Nada, lo lamento, solo que…- divago un poco en la incertidumbre de mi mente-. Creo que acabo de recordar algo. Contesto y me incorporo.
-¿Qué recordaste?- me pregunta.
-Un disparo- respondo incorporándome en la misma posición que ella.
-¿Tu estas disparando?- pregunta tomando nota.
-No, el disparo es provocado- Le respondo tratando de recordar bien aquel momento de irrealidad que tuve y viendo si realmente eso había pasado o simplemente había sido un sueño o parte de una realidad falsa.
-¿Quién lo provocó?
-No lo sé, solo recuerdo una que otra cosa, como si lo estuviese olvidando nuevamente, un nombre creo que te podría servir, aunque no ayuda mucho el solo saber el nombre de Alan- le digo ahora mirando el techo y recordando aquel chico que forcejeaba con aquellas dos chicas trayendo en mano el arma homicida.
-Alan, ¿Sabes su apellido? ¿Lo conoces?- sigue preguntando.
-No, nunca antes lo había visto- el digo aunque no lo recuerdo.
-Tiene novia, familia o ¿algún amigo?
-No lo sé Mónica, eso es lo único que pude recordar- Le digo algo desesperado, los recuerdo llegan y se van o al menos eso es lo que siento, como cuando te golpeas en el dedo meñique del pie por salir rápido de casa para ver a tus amigos, así es el dolor. Duele mucho y poco a poco ese dolor disminuye, así es como lo sentí, llegó rápido el recuerdo que este disminuyó, y aún más si Mónica no para de hacer sus preguntas fuera de lugar.
-Bien, vamos por buen camino- exhala, pero lo siento más forzado que de costumbre, como de decepción, se levanta un poco para tocar mi pierna-. Todo estará bien. Me dice.
-Entonces dices que cualquier cosa puede detonar los recuerdos ¿cierto?- ahora yo soy quien le hace las preguntas.
-Así es- responde.
-¿Puedes buscar a Alan y traerlo por favor?- pregunto dudando de mí, ya que él fue quien detonó ese recuerdo o mejor dicho, su nombre fue lo único que volvió hacia mí y quiero saber más de él o si acaso él sabe que pasó después de ello.
-Claro, hare lo posible por buscarlo- me responde y guarda la pluma en su bolsillo.
-Gracias- le agradezco, me mira y hace una mueca, nuevamente siento algo en ella, pero no sé qué es, puede que ella sepa lo que está pasando o simplemente sea mi mente que ve a las personas que me quieren ayudar de manera distinta, pero insisto en que me ve de diferente manera, se levanta y sonríe, pero la siento falsa, como las que aparentan las madres después de una pelea familiar, para que los más pequeños de la casa no noten lo que pasó, por ello la siento falsa.
Después de que ella sale, uno de los ayudantes toma la camilla por la parte de atrás y comienza a desconectar los cables.
-Listo para la aventura- me dice y ríe
Termina de desconectar los cables y comienza a empujar la camilla por el cuarto. Mi cuerpo es el que tiembla, se mantiene frío, pero aún sigo respirando normal.
Salimos por las puertas y doblamos a la izquierda y es cuando se abren las puertas del elevador.
El camillero, por llamarlo de un modo así, empuja la camilla con fuerza dos veces para que esta pueda entrar al elevador.
Presiona el botón para subir al 3er piso y es cuando las mariposas se forman por tan sólo unos segundos y después se desaparecen, las puertas del mismo se abren y me saca del elevador, me lleva por un pasillo largo y dobla a la izquierda metiéndome a una habitación.
Me coloca junto a otra camilla y me dice:
-Bien, llegamos, ahora me tienes que ayudar.
-Claro- le digo.
-Vamos a pasarte de una cama a otra- me dice.
-¿No me puedo parar?- le preguntó.
-No, aun tienes algunos efectos de la anestesia y no has comido, no quiero que te me vayas a desvanecer- me responde.
-Claro- le digo.
-Haremos esto- me dice y se toca la barbilla-. Pasa tus pies a la otra cama, ya que los tengas ahí toma tu brazo y este tubo, y yo jalo la sábana para arrastrarte hasta aquí.
-Dale- le digo.
-Espera un momento.
Sale de la habitación y entra con un policía, que es el que me quita la esposa que me tiene aferrado a la camilla.
-Ahora- dice el camillero y es lo que hago, paso mis pies y tomo mi brazo, me arrastro mientras el jala la sábana y listo.
-Bien hecho- me dice y me toca la pierna, me acomoda todo al rededor y saca la camilla. Vuelve a entrar al cuarto y me da una almohada.
-Ahorita mando a alguien con comida- me dice y se va, el oficial me mira y me vuelve a poner las esposas.
-¿Es necesario?
-Sí, muy necesario- me dice y sale del cuarto, me recuesto y trato de acomodarme.
Alan, Alan, Alan, repite mi mente una y otra vez, no deja de recorrer en mi mente el nombre que se mezcla con un ¡PUM!
Un chico se acerca a mí, trae ropa blanca y me sonríe en modo burlón, jala un carrito en el cual trae comida y lo pone frente a mi camilla.
-¡Muy necesario he!- me dice aun riendo.
-¿Que es necesario?- le preguntó y logro reconocerlo, se hecha a reír y con su mirada y ceja levantada señala a las esposas.
-¡Ah! Cierto- le digo apenado-. Muy necesarias.
-¿Cómo te sientes?- me pregunta acercando la mesa que tengo frente a mí sobre mis pies.
-A parte de que no recuerdo nada, bien, no hay dolor- le digo sentándome en la camilla.
-Bien- dice y lo anota-. ¿Sopa o pasta?
-Sorpréndeme- le digo y pone frente a mí un plato con pasta, albóndigas, ensalada, un vaso con agua y uno con jugo y junto a ellos un pedazo de pan.
-Provecho- me dice jalando su carro para salir de la habitación.
-Gracias- le respondo-. Oye Sam.
-¿Sí?- se vuelve hacia mí.
-Sabes ¿Quién es Alan?- le pregunto.
-¿De la universidad?
-Si- le respondo.
-Supongo que habrá unos 200 Alan en toda la universidad.
-¿Alguno muerto?- le pregunto.
-No- responde-. Solo uno arrestado. Me dice y sale de la habitación.
Termino de comer y me recuesto, creo que es lo único que puedo hacer ahora, abren la puerta de mi cuarto y entra una enfermera de cabello corto, rubio y algo regordeta.
-Hola Ángel, soy Hanns, te administrare unas medicinas, estas te harán dormir así que relájate y duerme, talvez cuando despiertes ya podrás ir a casa.
-Está bien- digo e introduce la jeringa por la intravenosa.
Siento como poco a poco comienzo a hundirme en el sueño y ¡pum!
Caigo en él.
Mi sueño me ubica en el asiento del copiloto, aun no entiendo lo que está pasando, pero sé que no estoy solo.
-No me respondiste- le digo.
-Olvídalo- responde
-¡Alan! ¿Significó algo para ti?- vuelvo a preguntar.
-¿Eso importa?- lo grita apartando la vista de mí.
-Si el significo algo para ti- respiro y paso mi lengua por lo labios -. También lo fue para mí. Digo y se vuelve hacia mí.
Nada pasa por los próximos 5 minutos.
Nada, solo silencio y nada más que eso.
Levanta la cara y rasca su cuello.
-¿Viste mi fondo de pantalla?- pregunta.
-Es lindo- respondo, y veo como ríe, se sonroja y ambos nos echamos a reír, me vuelvo hacia el techo del auto y me recuesto en el asiento, él hace lo mismo, ambos estamos acostados mirando el techo, hasta que me vuelvo hacia él, sus ojos brillan, como si fueran cristales.
-Gracias- me dice sin dejar de mirar el techo.
-¿Por qué lo dices?
-Por lo de hace rato, si no hubiese llegado seguramente estaría muerto- me dice y se vuelve a mí.
-No digas eso, además no hay nada que agradecer, te vi ahí con ella y lo primero que pensé fue en ayudarte- respondo, y me da la curiosidad de tocar su pelo.
-Gracias- vuelve a decir y ríe.
-Por nada- arrojo y ambos reímos hasta que nuestros labios se entre cruzan por si solos, ni siquiera yo me di cuenta cuando pasó o cuando me acerque a él. Pero pasó y nos estamos besando.
Se aleja rápido.
-Lo lamento- dice y se vuelve al techo.
-No pasa nada- le digo, con una sonrisa clara en mi rostro, por lo que no me basta ningún solo segundo más, tomó su cara, y la vuelvo hacia mí, solo para seguir besándolo.
-Creo que esto responde nuestra pregunta- dice.
-Bastante- respondo y me recuesto en su hombro, más bien me dejo caer, me mira y noto sus ojos cafés, un café color miel.
¡Oh dios!
Cuanto daría por un pan con miel y mantequilla junto con un vaso de leche fría en este momento, mientras veo cualquier programa de chismes sentado en el sofá de mi casa.
-¿Nos jodemos juntos?- pregunto, extiendo mi mano en espera de la suya.
-Nos jodemos juntos- responde, y ahora nuestras manos se entrelazan.
Despierto mientras una figura masculina se acerca a mí, esta me da un vaso de agua.
-Bébelo, la doctora dijo que lo necesitas- dice y mi vista se aclara, mi padre aun con su uniforme de policía hace que piense lo peor, Molly está viva me lo digo a mí mismo mientras observo mi brazo, lo muevo y lo siento normal, ya no hay dolor.
-¿Cuánto tiempo ha pasado?- pregunto.
-¿Desde tu accidente?
-Sí, ¿Cuánto tiempo ha pasado?- respondo.
-15 días- me dice y siento como si me arrojaran una cubeta llena de agua fría.
-Donde esta Alan, Ana y Lizbeth- pregunto y mi padre no hace más que una mueca y agacha su cabeza.
-Solo esta Ana, lleva durmiendo varias noches en la sala de espera, ¿Quieres que la llame?- me dice.
-¿Lo podrías hacer?
-Ahorita les digo que la dejen pasar- toma su celular y sale de la habitación, 15 días desde lo del accidente de Molly pienso, y bebo del vaso con agua, mierda, ya puedo recordar todo me digo a mí mismo dejando caer el vaso de agua sobre mí como si me hubiese quedado en pausa y todo lo demás siguiera normal.
La puerta del cuarto se abre y es cuando entra Ana, casi salto de la cama al verla.
15 días pueden ser casi una eternidad y más cuando solamente has estado dormido, detrás de Ana entra Karyme una chica pelirroja de pelo lacio, novia de uno de mis antiguos amigos de la secundaria. Ambas entran y se sientan junto a mí.
-¿Qué está pasando?- pregunto, ellas se miran una a la otra sin saber que decir.
-¿Qué está pasando?
-¿Qué pasa con qué?, te golpeaste nuevamente en la cabeza- responde Ana.
-¿Nuevamente? ¿A qué te refieres?- digo confundido.
-Tienen un sospechoso más en el caso- dice Kary.
-¿Quién es?- preguntó.
-Joanna- contesta Ana.
-¿Joanna? ¿Porque quería matar a Molly?- digo y señalo a Karyme.
-No recuerdas nada ¿verdad?- pregunta Ana.
-Ya recuerdo todo- respondo.
-¿A qué te refieres con todo?
-Sobre el accidente de Molly- digo y me acomodo en la camilla.
-Ángel, eso lo recordaste hace 7 días- me dice.
-Pero estaba durmiendo- le digo confundido.
-No, llevas en el hospital un día- me dice Ana.
-¡No recuerdo nada¡- le digo y me vuelvo hacia las ventanas de la habitación-. ¿Mi accidente fue real?
-Sí, saliste a los 4 días después de lo de Molly- responde.
-Entonces, ¿Que hago aquí?- les pregunto.
-Te golpearon- responde Karyme.
-Espera un momento, Joanna, ¿De qué es sospechosa?- pregunto desconcertado.
-De matar a Lizbeth- responde Karyme y es cuando recuerdo verla morir.
-Le dispararon- me dice y señala al fondo del pasillo, corro hacia el fondo y es ahí cuando la veo tendida en el suelo, Lizbeth está sangrando, pero se mantiene despierta, me coloco en cuclillas y la sujeto.
-Vas a estar bien ¿De acuerdo?- asiente con la cabeza mientras lágrimas salen de sus ojos.
-Quien diría que se repite lo mismo- me dice riendo.
-Vas a estar bien- le digo y acarició su cabello, pero sé que no lo está, muere lentamente y no se da cuenta, o puede que si lo sienta y por ello quiere estar feliz y bromeando.
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¿Quién mató a Molly?
Mystery / ThrillerLa muerte no es algo sencillo, y aun mas cuando nadie sabe que le paso a Molly. ¿Nuestra perdida? ¿Mi pérdida? ¿La perdida? -Molly esta muerta- decía Alan mientras recorría los pasillos de la universidad tratando de buscar como limpiarse las manos c...