Capítulo 18

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ANGEL

Salgo del hospital y lo primero que hago es ir directo con Marinne, no pienso en dada más que en restaurar mi mente.

Me vuelvo hacia la derecha, después hacia la izquierda y veo que no pasa ningún automóvil, así que cruzo la calle, 20 pasos adelante doblo hacia la izquierda, 30 pasos a la derecha, 68 pasos a la izquierda, paro, cruzo la calle a 15 pasos y vuelvo a girar a la derecha 90 pasos delante, “ya has llegado a tu destino” decía mi pequeño juguete cuando mi madre me traía de pequeño.

Entró por un callejón que da a unas escaleras en forma de caracol, subo, sigo por un pasillo lleno de flores y algunas enredaderas, y al final de estas esta una puerta café de madera, toco dos veces y ella abre, mi doctora de la infancia ha cambiado su aspecto, ahora se ve más grande, su cabello es diferente, lo tiene más chino y largo, rubio en las puntas y negro en la raíz, sus ojos le juegan bien a su tono de piel, azules y su mirada siempre tan imponente,  aunque ahora usa lentes y su sonrisa es más rosa de lo que acostumbra.

-¿Ángel?- me dice.

-Sí, así es- le respondo.

-¿Cómo es que estas aquí? ¿Tan alto y guapo?- pregunta.

-Ya ve, las cremas nos mantienen así.

-Tu padre, ¿cómo está?, ¿ustedes cómo han estado?- me dice moviéndose para que podamos entrar.

-Bien gracias saliendo de lo malo- respondo.

-Así es- responde.

-¿Tengo cita contigo?- me pregunta acomodando sus lentes.

-No, pero quiero que me ayude- me respondo y su cara se trasporta a la infancia, justo cuando mi madre llego aquí para pedirle ayuda.

-Claro, pasa, pasa- me dice y entramos a su consultorio.

Aun lo recuerdo como si fuese ayer.
El consultorio esta igual que antes, sus sillones rojos aún tienen el mismo color que hace 13 años, al igual que sus cuadros de aquellos gatos que la han dejado, ella toma asiento y detrás de ella, ya hace un televisor sobre un mueble en los cuales tiene animales de cuarzo, sobre nosotros un ventilador que se mueve de un lado a otro mientras gira sobre se mismo, las plantas se mantienen más vivas que hace años, lindas y grandes, Marinne enciende una de las lámparas que tiene detrás de ella y se sienta en un sillón individual que da hacia otros dos sillones, uno grande y otro pequeño, Ana y Karyme se sientan en el grande y yo voy hasta el pequeño, me vuelvo hacia Marinne y ella saca una libreta del mueble pequeño que está debajo de la lámpara.

-¿En qué quieres que te ayude?- me pregunta.

-A recordar- le digo-. Me golpee la cabeza y no recuerdo nada desde la última vez que salí del hospital. Sigo diciendo

-¿Qué quieres recordar?- me vuelve a preguntar.

-Quiero recordar que ha pasado en estos últimos días- respondo.

-Bien, lo haremos- me dice quitándose los lentes, traga algo de saliva y se acomoda en el asiento-. ¿Recuerdas lo que tienes que hacer?

-No, solo recuerdo respirar- le respondo.

-Así es, solo recuerdo que tengo que respirar- me dice y asiento con la cabeza algo nerviosa.

-Bien, hagámoslo- me dice y se levanta para llegar hasta mí, me toma y hace que me recueste en el sillón, toma mis orejas y comienza a sobarlas mientras cierro los ojos-. Te advierto algo, iremos un día a la vez desde que saliste del hospital hasta el día de hoy, ¿para ello han pasado?- dice y abro los ojos para volverme hacía arriba  y mirarla a los ojos.

-12 días desde que salí del hospital después de tener el accidente, en si van 15 días- respondo.

-No es así Ángel- interrumpe Ana y me vuelvo hacia ella-. Desde que tuviste el accidente, hasta ahora llevas 17 días, ¿tu padre no te lo dijo?

-Sí, él me dijo que eran 15 días.

-Pero desde que él llegó al hospital, él llego cuando te dieron de alta y no desde el accidente- me dice.

-Entiendo, entonces quieres recordar los últimos 14 días ¿cierto?

-Al parecer sí, bien, no te preocupes, comenzaremos con el día 1 después de haber salido del hospital- me dice cerrando mis oídos y conectándose con ellos para que solo ella y yo sepamos lo que pasa dentro de mi cabeza.

-Tu sabe es que hacer, cierra tus ojos y respira hondo, inhala por la nariz y exhala por la boca para que tu cuerpo se oxigene y sea mucho más fácil entrar en él.

Y eso hago, inhalo por la nariz y exhalo por la boca, no rápido y no lento, regular, en lo que se oxigena mi cuerpo, mi mente es la que se libera y deja que las personas entren en mis recuerdos o en mi pasado, es como cuando quedas vulnerable, como cuando un elefante bebé se encuentra vulnerable ante una presa como él león, imaginen, mi mente es la que está vulnerable y me refiero a que mi mente es un elefante bebé, que está sin su madre y el león viene tras él para devorarlo.
Así me siento, o eso está pasando ahora.
Mi mente es el elefante y Marinne es él león que tratara de entrar en mis pensamientos.

Siento como todo en mi mente se borra y se convierte solo en oscuridad. Como si estuviese en un cuarto vacío, en este se comienza a crear un eco que golpea de un lado a otro en todas las paredes de mi cabeza, como si esta estuviera hueca, como si yo o talvez mi conciencia o mi yo interno se hubiesen encogido y se quedaran en mi mente hueca y sola escuchando la voz de Marinne dentro de mí, que dice cosas que no logro entender pero que las respondo sin ninguna dificultad.

Es como si mi conciencia supiera que responder, sin escuchar lo que está pasando afuera. Veo un punto de luz y este se vuelve una explosión de colores que se convierten en una ola expansiva de aire y color que me hace despertar...



14 DIAS ANTES DEL GOLPE

Despierto, Hana está frente a mí y me revisa el pulso.

-Buenos días dormilón- dice y termina de hacerlo.

-¿Cuánto tiempo he estado dormido?- le pregunto.

-Unas cuantas horas, no ha pasado nada aún- responde.

-Está bien.

-Revisaré tu temperatura- me dice.

-Claro, una pregunta ¿En dónde está Mónica?- pregunto mientras ella acerca el termómetro hacia mí.

-Está en su descanso, vendrá en unas horas.

-Muy bien, muchas gracias- le digo y termina de anotar en su libreta mi temperatura.
Me recuesto y ella sale de la habitación, la puerta queda abierta por lo que puedo ver como las personas pasan de un lado a otro, el brazo me duele, se supone que debe hacerlo, me rompí el brazo me repito.
Así que me acomodo en la camilla y me tapo hasta la cintura.

Tomo mi celular y veo la hora.

7:00 am
Demasiado temprano, así que me vuelvo a recostar e imagino que nada de esto es real, hasta que escucho el metal chocar con metal.
Me vuelvo hacia la puerta y veo nuevamente a Sam que entra con su carrito de comida.

-Hola bello durmiente- me dice.

-¿Tanto tiempo dormido?- le pregunto.

-Te perdiste la cena- me responde.

-¿Que dieron de cenar señor chef?- le pregunto.

-No te hubiese gustado- me responde-. Consomé con arroz y unas fajitas de pescado y de postre atole y un pan.

-Exacto, no me habría gustado- le digo con cara de asco.

-Obvio, te conozco, ¿recuerdas la primera cena que tuvimos con mis padres?- me pregunta riendo.

-Sí, lo recuerdo, y aun me siento apenado con tu madre- respondo.

-El pescado no es tu favorito- me dice sonriendo.

-Ni las verduras- le digo.

-Recuerdo tu cara cuando mi madre te sirvió el pescado, casi sales corriendo por el olor- ríe.

-Creo que hice sentir mal a tu madre ¿verdad?- le digo apenado.

-No, le gusto tu actitud respetuosa y que dieras el primer bocado- responde poniendo el plato de comida en la mesa.

-Aunque después casi vómito sobre su mantel- le digo.

-Lo sé- dice y me mira a los ojos-. Lo mejor fue la primera cita. Sigue diciendo mientras parpadea y muerde sus labios.

-¿Si te gusto?- le pregunto alzando una de mis cejas.

-Si, en tu departamento, los dos y con vino, fue perfecto- se sonroja y yo hago lo mismo.

-Que tiempos- le digo.

-Exacto, deberíamos retomarlos alguna vez- me dice y aclara su garganta-. Te llamo cuando salgas.

-Espero tu llamada- le digo.

La cabeza de una de las enfermeras se asoma por la puerta y le dice a Sam.

-Samuel, otra gente espera su desayuno, más trabajo y menos charla.

-El trabajo te llama- le digo riendo.

-Así es- responde.

-A trabajar se ha dicho- le digo suspirando.

-Toma, desayuna bien- dice y me da un tenedor de plástico y pone los vasos de jugo y te sobre la mesa, el me la acerca y coloca doble postre.

Recuerdo cuando iniciamos nuestra relación, fue una ocasión en el cine y puede que haya sido muy apresurado pero ya había terminado con Emma unas semanas antes cuando Sam me invitó a salir al cine, recuerdo que se estaba estrenando una de mis películas favoritas de esas que hablan de la vida y la muerte de un padre que había dejado a sus hijos, la chica es rebelde y le gustaba tocar el piano con su padre hasta que el divorcio los alejó, el padre trata nuevamente de crear algo con sus hijos pero el cáncer hace que él muera y que la chica recapacite para volver a tocar por él.
Me gustó mucho y ahí fue cuando todo comenzó, se podría decir, que una lágrima recorría mi rostro y si, lo sé, soy una persona verdaderamente dramática en ese caso, pero me llegan demasiado las películas donde involucran a la muerte de alguno de los familiares.
Bueno, el caso es que estaba en ese momento tan nostálgico en donde la chica canta una última canción para su padre, el llorar en público para mi es algo complicado ya que siempre quiero que me vean con la cara en alto, así que él se sorprendió, además de que tenía unos pocos años de que mi madre había muerto en un accidente de auto.
Así que tomó mi mano y se acercó a mí para decirme.

-¿Estás bien?

-Sí, solo que al ver la película recuerdo a mi madre.

Y por lo visto a él fue a la primer persona que le conté sobre la muerte de mi madre, ya que muchos saben que está en otro país, y eso para no sentirme diferente a los demás.
Mi madre murió cuando yo tenía 10 años, recuerdo que había hecho berrinche para ir por un helado y mi madre decidió llevarme, por lo que cuando íbamos en camino cerca del lago, un auto salió de la nada y nos impactó lanzándonos al lago, mi vidrio estaba abajo y no traía cinturón por lo que pude salir rápido, pero mi madre fue la que no pudo salir, los forenses dijeron que intentó salir, pero que el cinturón se le atoró y no lo logró.
Por ello es que siempre que recuerdo a mi madre me siento culpable de ello ya que yo fui quien la mató por el hecho de querer un helado, es ahí cuando sujeta mi mano aún más fuerte y así seguimos por lo que resta la película, sujetados ambos de la mano.

Cuando termina, nos levantamos y esperamos a que todos salgan para no salir con el caos, el sale por la derecha así que lo sigo, sostiene la charola de las palomitas y no se da cuenta de que hay un poco de soda tirada en el suelo por lo que resbala y cae, me agacho para sujetarlo y levantar todo aquello que se cayó, lo sujeto de la mano y en ese momento de levantarlo se vuelve a resbalar por lo que me jala con él haciéndome caer sobre su pecho y es ahí cuando me besa y así permanecemos por algunos minutos hasta que la personas del cine nos dicen que tenemos que salir porque tienen que limpiarlo.



Desde ahí comenzó la relación por un año ocho meses. Hasta que la relación termino cuando le dije que tenía un hijo de cuatro años.
¿Se imaginan eso?

-Gracias- le digo y empuja su carrito para salir de la habitación.

Me acerco más la mesa para desayunar, había dejado arroz con huevo y salchichas, junto a ello una telera y un pan de dulce mini, de tomar, té de manzanilla y jugo de naranja de postre, arroz con leche y un hot cake.
Creo que aquí me alimento más que en mi propia casa.

Siéndoles sincero, aun no puedo recordar absolutamente nada, solo el nombre de Alan y eso era todo, ya quería salir de aquí para que se activaran mis recuerdos, o por lo menos ver a una persona para que ella los activara.
Comienzo a comer lo que dejó Sam y me vuelvo hacia la derecha, en el sillón que está en la habitación está una almohada y una cobija, seguramente de mi padre.

-Tal vez se está quedando por las noches a dormir y se va temprano a trabajar- Pienso, pero sigo comiendo.
Llego al postre y lo que pienso es en ¿Qué pasó durante mi accidente?
Habrá personas que recuerden el momento exacto del mismo, ósea que sientan desde que fueron baleados, apuñalados, chocaron u otra cosa hasta que llegan al hospital.
¿Habrá personas que lo recuerden?

Termino el postre y alejo la mesa hasta mis pies.
Me recuesto nuevamente porque es lo único que se hacer hasta ahora y pienso más en que es lo que hago o cómo fue que pasó lo que pasó, los disparos, el recuerdo de Alan, ese beso con él, será de mi pasado, ¿seré yo?
Pues por lo visto tenía algo que ver con él, pero no sé qué es, tengo que verlo y hablar con él.

Me entran las ganas de ir a hacer pipí, por lo que me levanto y tomo el tubo de donde sostienen mi suero y comienzo a caminar, no he caminado en tres días así que se me dificulta hacerlo. Y se preguntaran ¿Cómo he hecho del baño? les explico, el día de la operación pues no tengo ni idea de cómo hice, cuando estuve en observación después de la operación fue el día de hacer hice pipi en una jarrita en frente de más de diez personas y acostado, ya que aún no me podía parar como para ir al baño. Yo un master en esto de estar en el hospital ¿No lo crees?

Salgo de la habitación y le pregunto a una de las enfermeras que donde está el baño por lo que ella me señala en donde se ubica.

Ella me ofrece ayuda, y siendo sincero la necesito pero era una mujer y no iba a dejar que ella entrara al baño de los hombres sólo para ayudarme, así que le digo que no se preocupe y sigo solo hasta que alguien me toma de la cintura y toma el… digámosle "perchero" de donde se coloca el suero y me ayuda, no lo veo hasta estar dentro del baño.

-¿Cómo los viejos tiempos eh?- me dice riendo.

-Nunca entraste conmigo al baño- le digo dudando.

-Claro que sí- me responde.

-Que yo recuerde, nunca- le digo.

-Exacto, que tu recuerdes nunca, pero fue una ocasión de esa cuando te ponías totalmente ebrio y querías hacer del baño en cualquier lugar por lo que yo te llevaba siempre al baño- me dice sonriendo.

-¡Ah!

-Oh dios mío.

-Esa sonrisa me mata.

-Calla, ¡En ningún momento pasó eso!- le digo dudando de lo que acabo de decir.

-Sí, lo juro yo te ayudaba, bueno, no importa- dice y me acerca a él mingitorio.

-Te ayudo- me dice.

-Gracias, a si estoy bien- le digo apenado y sonrojado, me mantengo parado esperando a que él se voltee, pero por lo visto no lo hace, por lo que me vuelvo hacia él y lo miro con cara de espera.

-Oh cierto, me volteare- dice y lo hace, se vuelve poniendo sus brazos detrás de él.

-Gracias- le digo y levantó la bata.

-Por cierto, ya te lo he visto- dice.

-Ha cambiado en estos dos años- le digo.

-Eso supongo- me dice y hace una risa burlona.

-¿Ya creció más?- me pregunta y me sonrojo.

-Eso no lo sabrás- le respondo.

-Porque el mío ya- exclama seguro.

-Sam, no te lo pregunté- le digo burlándome mientras el ruido de mi pipí cayendo en el retrete crea el eco en la habitación.

-¿Lo quieres ver?- me dice volviéndose hacia mí.

-Mejor hablamos luego- le respondo, termino de hacer pipí y lo sacudo un poco antes de volver a guardarlo, me vuelvo bajándole la palanca para que se valla toda el agua, así que él me toma nuevamente para llevarme a lavar las manos, lo cual hago rápidamente para volver a mi cuarto y salir de ese momento incómodo.

-Gracias por cierto- le digo.

-Por nada- me responde sonriendo pero sintiéndose apenado de lo que acaba de pasar.

La relación no termino nada bien, y no es por Maven, mi hijo, sino porque le oculté el hecho de tenerlo por casi 2 años que duro nuestra relación.

Recuerdo que estábamos en camino a su departamento, quedamos esa noche para pasarla juntos y ver películas cuando mi papá me marcó, diciendo que Maven aún no quería dormir, mi error de dedo hizo que el altavoz se activara y escuchó todo. Paro el auto, le dije la verdad y solo dijo tres palabras.

-Baja del auto.

Por lo que eso fue lo que hice, baje del auto y no lo vi por los siguientes meses.

Caminamos hasta mi habitación y me deja en la entrada, doy unos pasos hasta la cama y me recuesto en ella, vuelvo a dormir un poco antes de que la doctora Mónica llegue.

¿Quién mató a Molly?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora