¿Quién mató a Molly?

Capitulo 25

MOLLY

Rafajas de recuerdos recorren mi mente, como si un película de mi vida pasará frente a mis ojos y se proyectará en mi memoria.
La piel se me eriza y una sensación de frío recorre mi cuerpo por completo.

Un disparo suena en mí.
Un disparo es lo que siento.
Un disparo entra por mí y después todo se vuelve negro, absolutamente negro.
No siento mi cuerpo, nada en absoluto.
No siento mi alma.
No siento mi mente, no puedo ni siquiera pensar.
En sí, no siento nada de mí, nada de mi cuerpo, lo que queda de mí está tendido en el suelo, es como si me hubiera convertido en partículas y me hubiera elevado, veo como discuten, estoy con ellos, pero ya no me ven, los siento pero no puedo tocarlos.
Veo mi cuerpo.
Veo como éste comienza a arrojar sangre por debajo, cómo éste se vuelve nada.

Aún me siento ahí, pero no estando ahí.
Me siento viva estando muerta.

Mi respiración no existe.
Mi oxígeno se va.
Todo lo que soy, todo lo que fui y lo que seré se extingue.
Mi vida pasa frente a mis ojos, desde que nací hasta que comencé a caminar, comencé a hablar, entre a la primaria, secundaria, preparatoria y los primeros días en la universidad, mis padres, mi familia, mis amigos.

Recuerdo esa chispa de alegría, ese brillo en mí se forma.
Flash.
Recuerdo todo mi cuerpo de arriba abajo, brilla. Pero aún se mantiene negro. Veo el cielo.
Veo la luz al fondo del túnel, pero ni siquiera este mismo me puede ayudar, ni siquiera este mismo es lo que se ve en mí. Me asfixio cada vez más.

Ya no los veo. Ya no veo a nadie.
Pero me siento bien.
Siento como el aire roza mis mejillas, mi pelo, mi cuerpo completo.
El agua moja mis pies de un lado a otro.
Respiro.
Ahora es oxígeno nuevo, puro, el que llena mis pulmones.
Soy una persona nueva. Algo nuevo en este mundo.
Pero poco a poco eso se desvanece.
Se convierte en una alarma en mis oídos, una alarma, un sonido, el de una patrulla seguida de una ambulancia, unas personas gritándome que despierte.
Abro los ojos, me levanto en la camilla y lo primero que puedo decir es
-Ana Sallow- grito y me levanto de un golpe, pero no tardó ni un segundo y caigo nuevamente, no veo más.
No veo luz, solo oscuridad, pero sé que están ahí. No se escucha un decir.
Ahora soy un ángel.
Un ángel que ha regresado a la vida y se ha convertido en una muerta viviente.

Un disparo
Un disparo es lo que siento.
Un disparo sale de mí y después todo se vuelve negro, absolutamente negro.
No siento mi cuerpo.
No siento mi alma.
No siento mi mente.
En sí, no siento nada de mí, nada de mi cuerpo, las sirenas siguen sonando, escucho ruidos a mi alrededor pero no me puedo mover, nada, ni despertar.