Capitulo 12

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-NARRA IDRIL-

Desde que se fue Diaval siento que he estado distraída; los pájaros que vuelas sobre mi me recuerdan a él, a su libertad de no estar atado a nada más que a su ama; pero es la libertad que uno necesita para sentirse bien consigo sismo.

Por otro lado Elizabeth no ha sido como las otras damas y princesas que solo buscan al príncipe por su corona; ella parece estar más bien enfocada en aprender; algo que a Gabriel le atrae mucho.

Ahora estoy sentada en una rama del sauce del claro, mis alas sobresalen de la rama y disfruto de la suave brisa que acaricia mi piel y las pequeñas mariposas que vuelan cerca de las flores, esta sensación de tranquilidad es inigualable, algo que siempre he necesitado; pero mi tranquilidad se esfuma cuando escucho el particular sonido de una flecha dirigiéndose a mi por la espalda.

Abrí mis alas lo más rápido posible y caigo cubriéndome con ramas de sauce que qué he manipulado; las flechas siguen siendo disparadas, pero no veo quien lo hace, hasta que de un momento a otro se detiene y con ello un centelleo, una pequeña luz empieza a tintinear con el sol, eso solo significa una cosa.

Un guardia.

¿Por qué un guardia estaría hasta este lado del bosque? O peor ¿Por que un guardia me estaba disparando?

Dejo las preguntas para otro momento y me dirijo al tintineo con rapidez, al llegar manipulo las ramas de los árboles y sus raíces tomando aquello que brilla; para mi sorpresa solo es una armadura sola.

Una trampa!

Me vuelvo a cubrir con raíces y siento como las flechas caen como lluvia en mi dirección, lanzo pequeñas raíces que vuelan y dan a sus objetivos, no siempre acertando en el blanco; hasta que las flechas paran y solo se escucha el crujir de las hojas y es por que están huyendo!

Me encuentro en una persecución contra un hombre, no parece ser tan viejo pero tampoco es tan joven su habilidad para esquivar las ramas y raíces es casi nula pero entra en una parte donde el bosque es más denso, sobrevuelo las copas de los árboles tratando de ubicar una parte que no sea tan densa y la encuentro, caigo en picada y justo el hombre aparece en mi caída, lo tiro al suelo.

Idril: ¡Quien eres! ¡Por qué estás aquí! ¡Quien te mando!

Guardia x: ¡Tú especié merece morir!

Y con eso alcanza un frasco y se lo mete a la boca haciendo que el líquido pase por su garganta.

Idril: ¡NO! ¡no respondiste ninguna de mis preguntas! ¡Como guardia real yo...

No puedo seguir hablando por qué el hombre empieza a retorcerse y sacudirse sin que me diera tiempo para hacer algo y solamente veo como su piel empieza a pegarse más y más al hueso y sale un extraño líquido de su boca con burbujas de promedio; y eso solo significa una cosa.

Veneno.

Su frasco traía veneno, como no pude verlo u olerlo, este hombre no tiene ningún olor, solamente el de humano.

Empiezo a inspeccionar su ropa y su armadura cerciorándome que no traiga más, pero lo que me encuentro es algo peor, un anillo, el anillo del rey.
¿Un ladrón? No, no puede ser todos los guardias son especialmente entrenados para evitar un ataque directo al rey, pero... y si pasó algo mientras yo no estaba?

Rápidamente emprendo un vuelo con la desesperación y el corazón retumbando en en mis oídos haciendo que casi no pueda escuchar la siguiente flecha que se dirige a mi con más velocidad, alcanzo a moverme lo suficiente para que nada más me haga un corte en el brazo, es algo profunda pero nada que no pueda manejar.

De repente siento las alas pesadas, mis ojos más cansados, no puede ser la flecha tenía algo pero no se que es no tiene olor.

Sin darme por vencido sigo mi torpe vuelo.

Empiezo a ver las banderas del castillo y como este se hace cada vez más grande.

Veo una entrada y un montón de paja, no puedo pensar en otra cosa mas que cerrar mis ojos y sentir cómo caigo.

-NARRADOR OMNISCIENTE-

La guardia alada se desploma en el montón de paja haciendo que su caída sea menos dura y con ello un príncipe preocupado, una dama que no entiende y un guardia desesperado.

El primero en llegar es el príncipe preocupado por su amiga y aliada, ve la sangre y le pide a los guardias que la lleven a su alcoba para curar las heridas mientras que este se dirige a aquella dama que no entiende qué pasa.

Gabriel: Perdóneme mi lady tengo que atender un asunto con urgencia.

Elizabeth: Por supuesto príncipe.

Con aquellas palabras emprende su camino a la alcoba en donde están llevando a la guardia alada.

Mientras que el Guarida con desesperación empieza una investigación con un grupo seleccionado de guardias viendo de donde venía y dirigiendo hombres al bosque mientras ve un líquido rojo.

Sebastián: Es su sangre, la hirieron pero... ella nunca habría desertado a menos que se hubiera encontrado con algo.

Junto a la sangre un anillo de un dorado puro y rubíes resalta en el charco de sangre; al tomarlo se da cuenta de lo que es.

Al llegar a la alcoba de la recuestan en la gran cama mientras enfermeras y curanderas atienden los cortes y la mayor de estas se dirige a la herida más grave del brazo.

La herida claramente se ve que fue de una flecha pero esta empieza a verse morada y negra.

Gran enfermera: está herida pareciera que se está infectando pero avanza muy rápido

Gabriel: Eso solo quiere decir una cosa; es veneno.

Y con eso la enfermera se dirige a las cocinas y los jardines para conseguir las hierbas necesarias para curar a la guardia.

Al regresar la mujer que posa en la cama donde la guardia empieza a perder color en su piel haciéndola más pálida a cada segundo; la enfermera se apresura a colocar las hierbas.

El tiempo pasa y la chica alada se mantiene firme pero empiezan a perder esperanzas al igual que el príncipe que se niega a perder a la única persona que ha estado en su corazón.

- NARRA GABRIEL -

Tengo que salvarla; aunque sea lo último que haga; pero cómo hacerlo, si ella es un hada entonces tengo que conseguir algo igual a ella.

El Páramo tengo que ir allí.

Gabriel: madame cuide de ella mientras no estoy.

Gran enfermera: Por su puesto majestad haremos lo mejor que podamos.

Después de eso se dirige a los guardias que permanecen en la puerta de la alcoba.

Gabriel: no permitan que nadie más que las enfermeras entren y salgan los demás nadie puede entrar; su vida depende de la seguridad del reino.

Guardias: Si su majestad!

Posteriormente se dirige a los establos y con ello toma a su corsel más veloz "Ouni" cuyo nombre fue dado por la que ahora necesita ser salvada; y con esto emprende el viaje al reino vecino por una cura para su compañera y gran amiga.

- Layra Velázquez -

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Si si lo sé lo sé me he tardado mucho en subir capítulos pero ya estoy volviendo y como viene semana santa tendré más tiempo para ustedes.

En fin disfruten y espero que les haya gustado este capítulo.

Chau!

Yo cuidaré de tu corazón.🖤Diaval y tú🖤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora