Capítulo 1 🍂 Pasado

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Ariel

Miro hacia la casa esperando poder tener al fin el maldito valor de entrar y cerrarle la boca a John, pero a la vez una parte de mi me dice que él tiene razón, pero no quiero creer eso, por mucho que tenga lógica lo que me contó, me niego a creer ...

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Miro hacia la casa esperando poder tener al fin el maldito valor de entrar y cerrarle la boca a John, pero a la vez una parte de mi me dice que él tiene razón, pero no quiero creer eso, por mucho que tenga lógica lo que me contó, me niego a creer que en este lugar esté pasando eso.

Llevo diez minutos estancada en el auto sin poder moverme, solo las lágrimas que caen por mis mejillas sin control son mi único acompañante, porque los miles de escenarios que se han creado en mi cabeza, ninguno me lleva a no encontrar nada. Y eso me mata por dentro, porque si es verdad toda confianza se va por el caño

—Tú puedes, debes creer en él — me animo un poco más antes de abrir la puerta y salir. —Que sea lo que él de arriba quiera.

Camino a paso firme hacia mi casa, paso por alto que no estén los autos de mis padre pero si el de Elizabet, mi hermana mayor. Camino con las piernas temblando, entre los temblores de mi mano introduzco la llave en la cerradura. Al abrirla el silencio logra ponerme más nerviosa.

Miro para todos lados y no encuentro nada ni nadie, el gato blanco de mi hermana es el único que está en el sillón mirándome como si supiera a lo que vengo. Miro hacia las escaleras y me armo de valor para subirlas.

Hace dos meses que no venía a casa, decidí irme a vivir con mi novio de una vez por todas por las miles de peleas que tenía con Elizabet, jamás he sido la hija perfecta y estoy muy lejos de serlo, pero mi quiera hermana siempre a querido ser más que yo, cosa que jamás me a importado. El pasillo que da hacia la que era mi habitación y la de ella está en un silencio que da miedo.

Llego a mi habitación agarro el plomo con la mano temblando, pasó saliva y decido terminar con esto de una vez por todas, por ello abro de golpe, no hay nada, todo está tal cual lo dejé la última vez que estuve aquí. Me giro un poco y me encuentro con la habitación de mi hermana, sin esperar más tiempo, hago lo mismo, con la diferencia que me encuentro con la peor imagen que pude ver.

Los ojos se me llenan de lágrimas de manera automática y debo taparme la boca para no soltar un sollozo de golpe, todo mi mundo se va desmonrando en cada segundo qué pasó parada en el umbral de la puerta. El corazón me late fuerte y juro que siento como se va haciendo pedazo lo que creí que jamás se rompería.

¡Habla! ¡Descubre su maldita mentira!

Sacudo la cabeza mientras mi propia conciencia me grita que haga algo, pero estoy tan devastada que apenas soy consciente de que mis propios pies se adentran a la habitación, tendría que salir corriendo, hacer otra cosa que estar a solo unos pasos, pero no puedo.

Algo me dice que necesito ahora, en este preciso instante escupirle en la cara, saber porque me ha echo esto a mi. Sacando el poco valor que me queda...

—¡Asher! — el grito desgarra mi garganta y el sollozo fuerte también.

Su cuerpo da un salto por el grito haciendo que se caiga de la cama, desde el suelo parpadea muchas veces cerrando los ojos de golpe para abrirlos y hacer lo mismo una y otra vez, al parecer debió de estar bastante relajado para llegar a ese punto de apenas poder despertar.  Mira para ambos lados para después ver hacia donde estoy

Efecto Secundario✔️ / ✔️✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora