Capítulo 29 🍂 Presente

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Ariel

Asher se aparta de mí rápido y tira de mi para ponerme en pie

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Asher se aparta de mí rápido y tira de mi para ponerme en pie. Jamás me había vestido tan rápido como ahora. Asher maldice tantas veces que estoy segura que aún debe tener algo de ereccion. Va como alma que lleva el diablo hacia la puerta, lo detengo

—Que…

—Espérate — tiro de él y le arreglo el pelo.

Se va a acerca a besarme, pero lo piensa y solo asiente. Tengo un revoltijo en la cabeza, pero sí me hubiera besado… me apartaría. Me acerco lo que más puedo para ordenar los papeles pero algunos están hechos un verdadero desastre. La puerta se abre y trato de relajarme.

Casi vuelvo a caer pero redondita en las garras de Asher, en que estaba pensando. Solo tenía curiosidad de conocer su estúpido tatuaje, no perder el control y terminar apunto de tener sexo.

—Ya era hora — escuchó una voz con un asentó que no conozco. Es realmente de un hombre maduro, es ronca y áspera

—Dijiste que llamarías — el gruñido de Asher no pasa para nada desapercibido

—Ala… No me digas que te corte el rollo

Mis mejillas se ponen rojas y me concentro en ordenar los papales.

Recuerda que por lo menos debemos querernos un poco

Lose, debo acordarme todo lo que vi en la oficina y lo que él mismo me dijo

—Ya pasa de una vez

Parpadeo y trato de respirar para calmarme.

—Claro que lo hice. Alex y Kevin estarán conmigo — dice el hombre entrado — No es que no te tenga confiesa pero ya sabes…

—Hola Tucker — otra voz habla y por el tono trago saliva

—¡Asher, tanto tiempo!

Y es cuando levantó la cabeza. Una chica entra, tiene el pelo negro como la noche y es casi de la misma estatura que Asher, quien solo asiente y le da una leve sonrisa.

—Vaya, vaya… — parpadeo cuando escucho una vez casi cerca mío. —Así que aquí tenemos a la señorita Montt

Casi me atraganto con mi propia saliva cuando fijo la mirada en el hombre que tengo en frente. Si dios existe, pues hicieron a este hombre con demasiado amor, sus ojos son tan profundos que demuestran más cosas de las que están permitidas, sus ojos son de un azul muy claro que le combina a la perfección con el pelo negro con corte casi militar, su cuello está lleno de tatuajes y se le puede ver que hasta en las manos. Bajo la mirada va vestido con una camiseta arremangada hasta los codos y unos pantalones negros gastados, llevando una botas tipo militar. Pero lo que llama mi atención en su rostro, es como si fuera un niño de dieciocho años o menos.

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