24

33 4 9
                                    

Lucas

Bruja.

Me mantengo con la mano de mi novia sobre el regazo, mi rodilla sube y baja con velocidad al escuchar las palabras de su padre, sé que debo quedarme en silencio para no cagarla, pero mi padre siempre me enseño que, aunque sea una persona de mayor edad que la mía, tiene el mismo derecho que yo para ofenderle, ninguno.

—Lo siento tanto—Sharon habla conmigo mientras mi señora se va a hablar con su padre, no me pasó desapercibida la mirada enfurecida en sus bonitos ojos y, confirmo lo que ya pensaba, no me gustaría hacerla enojar, jamás—, no te pido que le entiendas porque se ha portado fatal contigo, pero, comprendo mejor que mi hija que, él también sufrió y, quiere protegerla.

Comprendo entonces el porqué de su trato hacia conmigo, un padre que también ha sufrido porque su única hija, aunque no sea de sangre, ha sufrido tanto y salido adelante sola, por su cuenta, porque así fue su manera de salir adelante; por su cuenta, todos tenemos una manera distinta de salir adelante, algunas personas quieren sentirse amadas porque les han hecho creer que no lo son, otras se alejan del contacto físico sintiendo pavor al ver a una persona intentando demostrarle cariño físico. Ella, se alejó de todo y todos, concentrando su cabeza en estudios y próximo a ello, el trabajo.

—No te culpes por algo que nunca imaginaste—le digo mostrando mi rostro más sincero.

Mi novia llega tomando asiento, besando mi mejilla y volviendo a tomar mi mano en el proceso.

—¿Cómo comenzaste con tu carrera?—continúa inquiriendo su madre, cambiando de tema—, disculpa que sea tan entrometida pero, ya sabes, Mila nunca nos ha presentado una pareja y.... no pudimos evitar investigar un poco sobre ti.

—Mamá—le habla su hija con tono acusatorio, sus mejillas rojas no pueden dejar de parecerme lo más lindo que he visto.

—No se preocupe, Sharon, pues la verdad... todo comenzó cuando mi madre enfermó; ella tiene diabetes tipo dos, no teníamos suficiente dinero para conseguir sus medicamentos, la insulina y otras medicinas orales podían llegar a ser muy caras para una familia que acababa de perder a la única persona que llevaba dinero a su hogar.

Hablo sin temblores en la voz, es una anécdota que me agrada mucho recordar, y, mi madre nos hace a Jace y a mi contársela seguido. Mi padre fue una persona increíble que, murió por una injusticia y, me gusta mucho recordarle, no con tristeza, sino con amor y alegría, justo lo que él le brindaba a su familia.

»—Mi hermano y yo veíamos la desesperación en mi madre, los fondos apenas iban a alcanzarnos para final de mes y, su estado iba empeorando con el tiempo. Así que, un día que nos dirigíamos a la escuela, por la ventanilla del autobús, vi a un hombre en el andén, con una guitarra, tocaba y algunas personas se detenían a dejarle unos cuantos dólares o monedas. Ahí vi nuestra solución.

»—Dejamos de subir al autobús y, nos dirigíamos al parque más cercano, yo, tocaba mi ukelele, mi padre me había enseñado a tocarlo con algunos videos de YouTube, y Jace, cantaba algunas letras de canciones infantiles, las personas se enternecían y acababan por darnos más de lo que le darían a un hombre de edad avanzada. Le llevamos ese dinero a nuestra madre y, enfureció pero nos lo agradeció tanto; así que ambos, después de continuar ganando dinero, nos decidimos por llevarlo a gran escala—sonrío recordando mientras continúo hablando sobre mi experiencia—. Nuestro representante nos encontró siendo un par de adolescentes que vendían su talento. Y él sólo, nos convirtió en lo que hoy somos.

—No fue solo por él—me asegura Meer—, las personas buscan talento que llamen su atención, Liam se movió lo suficientemente rápido para que ambos triunfasen por sus talentos.

Counting StarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora