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Meer

Feeling good.

Me siento bien.

Muy bien a decir verdad.

Me despierto por primera vez, sin ninguna queja de los rayos del sol que se cuelan por el gran ventanal.

Me siento sobre la cama, y admiro el mar desde mi habitación.

No hay tiempo que perder, por lo que me levanto rápidamente a tomar una ducha. Dejo mi maleta lista y solo tomo lo que necesitaré; hospedarnos en un hotel lejos de la capital del país tiene sus desventajas tanto como tuvo sus ventajas.

Ahora viene la mayor desventaja, correr muy temprano en la mañana porque estamos casi al otro lado del país.

Tomo un baño y me visto lo más rápido posible, pintando mis labios de rojo en segundos, salgo de la habitación luego de asegurarme, por quinta vez, que no me he dejado nada olvidado.

—¿Lista?—escucho una voz a mis espaldas preguntar, cierro por completo y me giro hacia Lucas.

Asiento y rápidamente me encuentro besándolo en medio del pasillo.

—¿Entonces es oficial?—me sobresalto al escuchar la voz de Jace tras nosotros—. No estoy espiándolos, pero acaparan todo el espacio y bueno...

Lo miro e intento hacer espacio, apartando mi maleta, Lucas imita mis movimientos con su maleta y Jace pasa, no sin antes observarnos subiendo y bajando sus cejas sugerente.

Rio y niego con la cabeza.

—¡Cierto!—chillo haciendo sobresaltar a Lucas frente a mi—. A que no adivinas que consiguió tu representante ayer.

Toma mi cintura entre sus manos y me acerca a él, mis mejillas se enrojecen y una sonrisa llena por completo su bello rostro.

—Mmm...—murmura—. ¿Conseguiste ponerme duro?

Abro mis ojos hasta que siento que se saldrán de su cuenca, Lucas ríe observándome y niego.

—Bueno... además de eso—respondo, con una sonrisita en mi rostro.

—Ilumíname, cielo—pide.

Toma ambas maletas y comienza a caminar lo que resta del pasillo.

—¡Una nueva colaboración!—chillo.

—Muy bien... ¿Y con quién?—presiona el botón de elevador.

—Es bastante nuevo de hecho, pero sus canciones me parecieron bastante buenas y tampoco tiene mucho reconocimiento en la industria, creo que podrían hacerle un bien al hombre—hablo con rapidez, y nos adentramos al elevador cuando este llega—. Se llama Elliot Taylor Krigman.

—Vaya nombre...—susurra con una sonrisa.

—Aun debo comentárselo a Jace, pero quería saber que opinabas.

—Escuchemos su música, y si tiene potencial, es bastante probable que aceptemos.

Asiento y suspiro, mantengo mi motivación del día ya que sé que la música del chico les gustará tanto como a mí. O al menos para hacer una colaboración.

Al encontrarnos en el último piso, el elevador tarda al bajar. No puedo evitar pensar en ese día en el que estábamos en la misma situación, hace tan solo dos días. En el que la tensión entre ambos podía cortarse con un cuchillo y yo solo podía mantener mi vista fija en el frente, esperando el momento en el que desapareciera la tensión por arte de magia.

Y, aunque ahora me encantaría que hiciera lo que en ese momento no hicimos, me habla sobre persona que... no creí que escucharía nuevamente.

Y esa persona en esta historia se hace llamar Ariana.

Counting StarsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora