Dice el refrán: "Dime con quién andas y te diré quién eres." no era el caso de _____. Sus amigas en la Universidad en la mala vida la llevaban con ella como una especie de "canguro" pero todo cambió cuando le conoció a él: El enigmático Kang TaeHyun...
Había pasado otra semana desde entonces. Iba casi a diario a visitarles y a ayudar a TaeHyun por si tenía que salir o ir a arregar cualquier cosa en casa de YeonJun o BeomGyu. La mirada de TaeHyun ahora se me hacía afilada por los escalofríos y las mariposas que me hacía sentir.
Por supuesto, aunque JungWon fuera pequeño ya nos miraba curiosos al sentir un ambiente tan tenso sin ser necesariamente malo. TaeHyun se había acostumbrado a despedirse con un beso en la mejilla de mi, y exactamente eso es lo que acababa de pasar, haciéndome sentir un tomate cherry. JungWon rió y dio con un dedo en mi mejilla mientras que TaeHyun salía de casa para ir a visitar a su hermana.
—Bueno, JungWon, volvimos a quedarnos solos, ¿Qué quieres hacer hoy? —Quiero helado, _____. —Comenzó a poner esa mirada de pena que sabía que me convencía tan bien. —¿Quieres helado? mmm pero tienes que portarte bien, ¿vale? y hacer tooodos tus deberes.
El niño comenzó a asentir con frenesí y corrió a su habitación para comenzar a vestirse con la primera ropa que encontraba, a lo que yo acudí con rapidez tomando ropa decente para salir a la calle y dándosela. Él la tomó sin rechistar y se la puso junto a sus zapatitos de velcro para luego mirarme.
—¿Listo?—Volvió a asentir sonriendo y tendiendo su mano a mi para que la tomara.
Tomé su mano eventualmente y comenzamos a caminar hasta la puerta. Comprobé que llevaba todo en la mochila y salimos de casa en dirección a una heladería cercana para no irnos muy lejos de casa. Al llegar, él quiso pedirse un helado con galletita de chocolate, mientras que yo pedí uno con caramelo. Tomó el helado con gran ilusión y fuimos a sentarnos juntos en una mesa.
—_____, ¿puedo probar tu helado? —Por supuesto, mi vida. —Acerqué mi helado a su boca y con la pequeña cucharita de color azul tomó un poco del helado, abriendo sus ojos ante el sabor. —¡Está muy rico!
Reí por su expresión de felicidad y continuamos comiendo helado, pero sentía que no estabamos solos. Una chica con mejillas regordetas al igual que JungWon nos miraba desde una mesa cercana fijamente. Yo la miré inquiriendo con la mirada qué quería de nosotros y por qué nos miraba. La mujer sólo apartó la vista y yo volví a mi conversación con JungWon.
Apenas unos minutos más tarde la mujer se acercó a nosotros y yo me acerqué más al niño sólo por las moscas.
—¿Necesita algo, señorita?—Pregunté todo lo educada que pude. —Oh, no, no. Sólo pasaba por aquí y no pude fijarme en su sobrino... Es realmente lindo.
JungWon sintió desconfianza desde el primer momento y se agarró a mi brazo, yo por mi parte sonreí incómoda y negué varias veces.
—Oh, no es mi sobrino... es mi hijo, ¿a que si JungWonnie?
El pequeño asintió rápidamente y la mujer sonrió apretando sus dientes.
—Conque JungWon, ¿eh? no os pareceis en nada, supongo que se parecerá al padre, ¿no? —Así es, se parece a su padre. —Ha sido un placer conoceros, nos veremos pronto, o eso espero. —Acarició sin permiso el cabello de JungWon.— Adiós, chicos.
Me resultó inquietante la manera en la que acarició su cabello y JungWon me miró igual que yo. Decidimos volver a casa sin rechistar y él por supuesto sin querer soltar mi mano.
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Un poco más tarde en casa, yo estaba haciendo algo de cena para ellos, hice un poco de más por si llegaba a quedarme con ellos. De pronto sonó el timbre e inocente de mi pensé que sería TaeHyun, pero en cuanto abrí un poco la puerta, esta se abrió violentamente de sopetón y dejó ver a dos señores bien vestidos pero no de lujo y a la chica que vimos anteriormente en la cafetería.
Fruncí mi ceño molesta y no les permití pasar poniéndome delante del marco de la puerta de forma brusca.
—¿Quiénes sois y qué hacéis aquí? —Habla con más respeto niñata, somos los padres de TaeHyun, y ella es la madre biológica de JungWon.
Mi rostro se puso pálido y mis piernas se tambalearon. Negué varias veces y bufé.
—Ella murió en el parto, no puede ser ella. —Ella sólo era demasiado joven para tenerlo. Ha madurado y quiere estar con su pequeño y no eres nadie para impedirlo. —Escupió con asco la mujer. —Por supuesto que puedo impedirlo.—Me enfrenté a ellos rezando para que TaeHyun estuviera al caer.
