Los tres estábamos sentados en casa, bueno, en lo que quedaba de ella. JungWon veía dibujos en el teléfono de TaeHyun, mientras que Tae y yo buscabamos trabajos por internet. Redactábamos nuestras mejores cualidades y enviábamos los correos de dos en dos probando suerte, pero aún no habíamos logrado conseguir trabajo.
Necesitábamos el dinero, teníamos dinero ahorrado, pero no lo suficiente como para poder comprar una casa. Sin las carreras nos sentíamos tranquilos pero a la misma vez estábamos cansados de buscar un trabajo por doquier.
Suspiré agotada y cerré el portátil con frustración. Rápidamente sentí una mano sobre la mía acariciándola con cariño, levanté mi vista y ahí estaba él, mirándome con ojos de corazón.
—Hey, vamos a conseguirlo, más tarde o más temrpano vamos a irnos de aquí y vamos a tener ambos un trabajo, ¿vale? Ahora descansemos un rato, nos lo merecemos.
Asentí lentamente y me acerqué hasta apoyarme en su hombro para cerrar los ojos lentamente. Él besó mi frente y dio caricias en mis manos para hacerme saber que estaba allí conmigo, eventualmente me quedé dormida.
Desperté tendida en el sofá. JungWon estaba sentado a mi lado dibujando y me miró cuando me vio moverme.
—Mami, papi me ha dicho que te diga que ha salido a casa del tito YeonJun, me dijo que tardaría poco y que cuando despertaras mmmmm—Se quedó pensando.
—¿Qué más cariño? ¿hay que hacer la compra? ¿cocinar algo?—Dije mientras me incorporaba y le miraba.
—No, no.—Negó efusivamente y cerró su libro de colorear.— ¡Vaciar los cajones!Solté una risita la ver la cara de satisfacción que se le había quedado cuando logró recordarlo y se levantó hasta darme un abrazo, sentándose encima mía.
—Está bien, pues lo haremos juntitos, ¿qué te parece? ya sólo queda el cuarto de papá y un mueble de aquí.
—¡Sí, juntitos!— Sonrió dando pequeños aplausitos mientras asentía.Ambos nos levantamos del sofá y nos dirigimos con cajas a la habitación de TaeHyun y empezamos a recoger su ropa y las cosas que tenía en los cajones. Entre las tantas cosas había álbumes de fotos, algún que otro reloj, la pulsera de nacimiento del hospital de JungWon y sorpresivamente cartas.
No quise ser cotilla, pero el papel estaba muy nuevo como para ser de hace tiempo. Tomé una de las cartas y la leí por encima, logrando leer amenazas de muerte hacia TaeHyun y hacia mi, amenazas en las que intervenía JungWon, fotos nuestras en casa, fuera de ella, incluso fotografías mías en la universidad. Todas firmadas por sus padres y por quien supuse que sería su antigua novia.
Mis vellos se erizaron al ver todo eso y decidí tirarlas directamente en una bolsa aparte para dejarlas apartas por si el día de mañana podían servir como prueba ante un tribunal de justicia. La puerta se oyó abrirse y pude escuchar los pasitos de JungWon corriendo hacia donde estaba su padre. Tras eso, TaeHyun apareció con el niño en brazos y palideció al verme limpiando ese cajón. Me levanté y coloqué mi mano en su hombro.
—Guardemos eso como pruebas, ¿vale? no las tiremos, pero debiste habérmelo dicho...
Él asintió lentamente y suspiró con calma dejando escapar una pequeña sonrisa.
—Traje algo de comida de casa de YeonJun, había hecho comida para JungWon pero decidió cocinar un poco de más para nosotros también.
—¿Comida del tío Jun? ¡Bien! —Comenzó a aplaudir el pequeño alegremente.Reí al verle así y asentí tomando la última caja y poniendo el precinto en esta para que no se abriera. La cogí para apilarla con las demás que había en esa habitación y limpié mis manos del polvo.
—Listo, vayamos a comer esa comida del tío Jun, a ver cómo de rica está y si cocina mejor que yo.
—No creo que esté mejor que la tuya, YeonJun solamente sabe cocinar macarrones.—Dejó escapar una pequeña risita burlona el pelirrojo.
—Puede ser que sí, habrá que enseñarle a cocinar algo más que macarrones.Los tres fuimos a la cocina y comenzamos a repartir en los platos la fiambrera que nos había dado llena de macarrones. Al primero en servirle la comida fue a JungWon que trató de esperar con todas sus fuerzas a que nosotros nos sentaramos con él pero le era imposible no coger algún macarrón.
Finalmente nos sentamos todos a la mesa y comenzamos a comer mientras compartíamos anécdotas y risas. Definitivamente no importaba como de desmontada estuviera la casa, seguía sintiéndose como un hogar si estábamos juntos.
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Mechanic Love.- Kang TaeHyun y tú.
Hayran KurguDice el refrán: "Dime con quién andas y te diré quién eres." no era el caso de _____. Sus amigas en la Universidad en la mala vida la llevaban con ella como una especie de "canguro" pero todo cambió cuando le conoció a él: El enigmático Kang TaeHyun...