Pasaron las semanas y Gyutaro continuo recibiendo información respecto a su hermana, siempre que le llegaba un sobre, él esperaba por saber de su hermana. Cada vez que recibía una foto de ella se relajaba un poco, ella seguía viva. Pero por otro lado estaba harto de que ellos la tuviesen, no confiaba en esos sujetos.
Nuevamente estaba haciendo uno de los tantos favores, pero esta vez, tenia algo planeado. Con el tiempo que llevaba haciendo entregas, comenzó a aprender de los que lo rodeaban, algo tenia claro, aquel sujeto del sombrero no tenia tanto poder como pensaba, este solo era el encargado de saldar las cuentas con los deudores. En comparación con el rubio psicópata, tenia mucha más influencia que el tipo del sombrero. Para su suerte, Douma le había tomado una especie de cariño raro, ¿qué cómo llegó a esto?, pues, teniendo que soportar sus estupideces y acceder a comer carne humana (aunque no le desagradaba su sabor). Solo con esto ya se podía ganar un poco la confianza del rubio. Además de hacerle algunos favores que le pidiese.
En cuanto a t/n, solían verse de vez en cuando, aunque ella pasara la mayor parte del día en la universidad, tenían momentos para poder encontrarse.
Ahora se encontraba camino a la mansión del rubio. Le había llamado de nuevo seguro para que le hiciera otro favor.
Al llegar, fue recibido de mala gana por el mayordomo. El hombre lo hiso pasar con desinterés. Gyutaro entró ignorando la desagradable actitud del sujeto.
-Esta en el segundo piso, en la oficina-dijo el tipo de manera seca.
Él caminó hacia las escaleras de la mansión y subió al segundo piso. Llegó a la oficina para encontrarse al rubio sentado en un sillón turquesa.
-Hola-lo saludó el de ojos arcoíris con una sonrisa-siéntate Gyutaro-invitó.
Él se sentó en el sillón del mismo color frente al rubio.
-Creo que la carne últimamente ha salido a algo dura, ¿será porque pasan tiempo en el congelador antes de cocinarse?-se preguntó el rubio el voz alta.
Gyutaro permaneció en silencio, no tenia intenciones iniciar una charla con él.
-Ya sé, ¿qué tal si descubres por mi la razón por la cual la carne no esta tan blanda últimamente?-le dijo Doma.
-Quizás las victimas se tensan demasiado antes de morir-dijo sin pensarlo. Solo quería darle alguna idea.
-No lo había pensado, lo tomaré en cuenta-dijo sonriendo.
-Quería saber si podría pedirle un favor-habló finalmente Gyutaro.
-¿Favor?, ¿cuál favor?-preguntó con curiosidad.
-Yo...necesito recuperar a mi hermana.
-¿Hablas de los tipos a los que le trabajas?-preguntó ladeando un poco la cabeza mientras abría su abanico-ellos tienen a tu hermana, ¿no?
-Si-respondió.
-¿Estas seguro de que esta viva?-preguntó mirando aquellas pequeñas cuchillas que salían del extremo del abanico.
-Eso espero-dijo con inseguridad-de todas formas quiero sacarla de ahí.
-Mmm...¿y qué recibiría yo si te ayudo a rescatar a tu hermanita?-preguntó con interés.
Gyutaro permaneció en silencio por un momento, no había pensando en eso. Vaya tonto era al pedirle algo sin saber qué ofrecerle.
-Supongo que hay algo que me puedes ofrecer-habló al no recibir respuesta por parte del chico-ya que sacaré a tu hermanita de donde quiera que esté, quizás que trabajes para mi de por vida no seria mala idea.
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"El interior" (Gyutaroxrayis)
FanfictionAquella chica solía ir a visitarlo, pero él no lo sabia. Ella tenia sentimientos por él, en cuanto a él, ni siquiera sabia de su existencia. Él no era perfecto, pero eso no le importaba a ella, lo querría a pesar de su apariencia.