Capítulo 4

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Las horas pasaban, y ella continuaba en su habitación. Aún estaba avergonzada por lo sucedido y un poco enojada con su tía.

Si ella no fuera tan insistente no habría pasado esa vergüenza...

Pensó mientras abrazaba sus piernas.

De todas formas él no dijo nada, ¿no?, si le hubiese molestado seguro me hubiese echado en cara que tenia una foto de él. Pero él solo guardó silencio...

Con un leve rubor miraba aquella foto de las tantas que tenia de él.

Debe ser porque es tímido, de todas veces que lo he visto no habla con nadie. Solo con su hermana o esa mujer de la tienda.

...

-Necesito darme un baño-habló Ume-espero que todo este bien en casa, ojalá mamá haya salido como lo hace a veces, y no vuelve en días.

-Ojalá-dijo Gyutaro.

-¿Podemos ver alguna pelicula?-le preguntó ella sonriendo.

-Esta bien-le respondió sacando las llaves para abrir la puerta de su casa.

Al entrar, todo estaba en silencio pero en completo desorden. Había botellas vacías en el suelo y uno que otro cigarrillo sobre la mesa. 

-Parece que hubo un accidente aquí-dijo Ume señalando unos vidrios rotos regados por el suelo.

-Siempre hace lo mismo...y deja todo desordenado, que estrés...-murmuró rasguñando su cuello con sus uñas.

-¡Hay que ordenar!-exclamó su hermana menor yendo por la escoba-vamos hermanito, ayúdame con este desastre.

-Esta bien-respondió el mayor con pesadez.

Para la suerte de ellos su madre había salido de casa, así que no tendrían que soportar sus quejas y gritos.

A la mañana siguiente t/n se preparaba para ir a su universidad.

Antes de salir de casa su tía le llamo.

-Toma chica, llévate tu almuerzo-le extendió un recipiente.

-Gracias tía-le sonrió.

-Buena suerte en tu universidad-le dedicó una sonrisa.

Luego de esto, la joven continuó el camino a su destino. Por cada paso que daba no podía dejar de pensar en su amado. Aún recordaba aquella expresión de total confusión al verla en aquella panadería. 

Quizás su voz no era de aquellas que le sacaran un suspiro a cualquier chica, pero no le desagradaba escucharlo hablar, es más, hasta cierto punto le relajaba escucharlo hablar. Ahora que lo recordaba, desde que lo conoció jamás vio algo raro en él. Ella al verlo por primera vez quedó flechada al instante. Aquellos defectos de él que a otros les desagradaba a ella le parecían perfectos. 

Sus pensamientos se esfumaron al ver lo salir de una cafetería.

¿Qué hace ahí?, Él nunca había venido a esta cafetería, ¿Quizás quiso probar algo nuevo?

Pensó confundida.

Lo vio caminar mientras bebía de su café. Al parecer no la había visto para su suerte.

Mientras lo veía desde atrás, no pudo evitar maravillarse con lo hermoso que se veía caminando por la blanca nieve. Los arboles al costado del camino le aportaban la esencia necesaria para que el ambiente de aquella foto fuera perfecta.

Se quitó su mochila para sacar su cámara. Aquel momento perfecto fue capturado con éxito. Esta foto era la mejor que había logrado tomar hasta el momento. Sin dudas la tendría que poner en un lugar importante y seguro. 

De manera cuidadosa, guardó aquella foto dentro de su mochila.

Luego de ponerse su mochila, apresuró su paso para estar un poco más cerca del bicolor. No pretendía llamar su atención, solo quería verlo un poco más de cerca. Si él llegase a notarla, podría excusarse de que ese era su camino a la universidad (algo que era verdad).

Mientras bebía de su café, Gyutaro no pudo evitar volver a sentirse observado. Esta vez, la sensación era peor, sentía como si alguien lo siguiese desde atrás. Con inseguridad, decidió mirar por encima de hombro, y efectivamente, de reojo pudo divisar alguien a sus espaldas. No supo qué hacer o como reaccionar. ¿Y si tan solo era una persona que iba por el mismo camino que él?, ¿pero, por qué sentía esa punzada en la nuca de como si alguien lo estuviese mirando fijamente?

Pasó una mano por su nuca clavando sus uñas sobre su piel. La situación lo estaba mortificando, necesitaba salir de esa incomodidad, debía hacer algo al respecto.

De manera abrupta detuvo su caminar para esperar a que la persona que estuviese detrás suyo siguiera el camino por delante de él. 

Esperó unos segundos hasta que los pasos se aproximaron y al fin pudo ver de quien se trataba. Era la chica del otro día, la misma quien tenia una foto de él. Ella pareció detenerse a unos paso de él para girar su cabeza y mirarlo.

Vamos t/n, dile algo, no seas  cobarde.

Se dijo mentalmente la joven. Luego de estar unos segundos en silencio, ella se armó de valor y habló.

-Disculpa por lo de la otra vez-le dijo ella.

Sacó de su bolsillo la foto que aquel día se le había caído frente a él.

-Quería disculparme de haberte tomado esta foto sin permiso-dijo mientras se la extendía-no lo volveré hacer.

Gyutaro permaneció en silencio mientras extendía su mano para tomar la fotografía. La observó por unos momentos. No le gustaba. 

-Traté de tomar un buen ángulo, suelo tomar fotos...-habló ella tratando se sacar conversación.

Él no la escuchó, observaba aquella fotografía. Cada vez que la seguía mirando, más rabia la daba. Todo en aquella imagen luciría perfecto, si tan solo él no estuviera ahí. 

Su aspecto era tan repulsivo, aquellas marcas en su cara lo hacia lucir peor. ¿Por qué no podía ser normal como cualquier persona? Si tan solo él fuese como cualquiera persona normal de aspecto no tendría que preocuparse por aquellas miradas de asco y burlas hacia él, ¿por qué la vida le dio un aspecto tan miserable?

Con enojo, tomó cada extremo del pequeño cuadro de fotografía y lo rompió en dos pedazos.

T/n abrió sus ojos con sorpresa y confusión.

-Estaba arruinada, la arruiné-masculló.

-¿No te gustó?-le preguntó ella un poco triste.

-Esa foto...estaría mucho mejor si yo no estuviese en ella...-le dijo con una mirada llena de frustración.

Luego de esto continuó su camino dejando a la pobre chica desconcertada. 

T/n se agachó para recoger aquellas dos mitades de la fría nieve. ¿Cómo podía decir eso?, ¿acaso no comprendía lo hermoso que era él? Sus defectos lo hacían único antes otros, lo hacia un ser totalmente perfecto y distinto. Claro, él no veía lo perfecto que era, pero ella si. Y haría lo posible para dejárselo saber.


...




"El interior" (Gyutaroxrayis)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora