Capítulo 26

199 25 4
                                    

Ya había pasado unas semanas desde que llevo a Ume al hospital.  Para suerte de ella, la fractura (a pesar de no haber sido tratada en su momento como se debía), había evolucionado de manera positiva. Así que volvieron a enyesar su pierna. En cuanto a su mano, habían tenido complicaciones debido a la cantidad de huesos rotos. Tuvieron que intervenir en una pequeña cirugía. Debido a esto, tenia que arreglárselas para hacer algunas labores que antes le eran sencillas ahora se le hacían horriblemente complejas. Una necesidad tan básica como bañarse le era de lo peor, no podía hacerlo sin ayuda, y tener solo a su hermano no le ayudaba para nada, le era vergonzoso pedirle ayuda para bañarse. Quizás si estuviese t/n seria mucho más fácil, no se avergonzaría tanto al momento de meterse a la ducha. 

-¡Ya terminé!-exclamó la peliblanca desde la ducha.

La puerta del baño se abrió. Gyutaro entró sosteniendo una toalla mientras mantenía sus ojos cerrados.

-Ten cuidado con el retrete, recuerda, a tu izquierda.

Le advirtió ella debido a que la ultima vez chocó con la tasa del baño casi termina con la nariz rota. 

-Estas cerca-extendió su mano para tomar la toalla y cubrirse con ella.

Al mirarlo no pudo evitar reír, le daba gracia verlo así. Intentaba ayudarla con sus ojos cerrados.

-Ya estoy lista-le dijo ella jalando de su polerón.

Él la ayudó a levantarse. En todo momento intentaba no tocar donde no debía. 

-¿Crees que a t/n no se moleste en ayudarme?, desde que salí del hospital no la he visto, ¿dónde esta?-le preguntó la peliblanca con curiosidad.

-No la he visto desde hace semanas, he intentado verla, pero ella no pasa en casa. Hoy fui a su casa pero no estaba.

-Okey, por cierto, ya puedes abrir los ojos, no quiero que tropieces con algo y termine peor.

Luego de ayudar a su hermanita, decidió ir a nuevamente a la casa de t/n, quizás ahora si tendría un poco más de suerte y podría encontrarla.

A pesar de darle temor dejar a Ume sola, ella logró convencerlo para que saliera a verla. Ella no quería que él se la pasara obligado cuidándola, sin siquiera poder salir o tener tiempo para él.

De camino a casa de la chica, no podía evitar sentirse relajado, aunque por un lado sabia que no debía confiarse y bajar la guardia, aún quedaba el tipo del sombrero, y quien sabe qué es lo que podría estar tramando aquel sujeto, porque, no era probable que lo dejara ir así sin más.

Al llegar a casa de t/n, golpeó la puerta y esperó a que le abriese (claro, si es que estaba). Para su suerte ella si estaba esta vez. 

-Hola Gyutaro-le saludó t/n con pocos ánimos.

-Hola, hace un tiempo no te veía-se le acercó para abrazarla pero ella se alejó.

-Vamos a caminar-le dijo ella mientras cerraba la puerta tras ella-quiero tomar aire.

-Esta bien-dijo el de puntas verdes confundido por su reacción. 

T/n en todo momento miraba de reojo a la mujeres que estaban hablando fuera de una casa, solían vigilarla y ella lo notaba. Estas tipas eran como las fisgonas de su padre. Ya estaba harta de estas tipas chismosas. Al parecer no tenían nada mejor que hacer que estar pendiente de ella.

-Quiero tomar café-habló ella tomando la mano de su amado mientras caminaba destino a una cafetería.

-¿Estas bien?-le preguntó él con preocupación. 

-Me gustaría comer algo dulce también-agregó ella.

-T/n, ¿qué es lo que te sucede?-se zafó de su agarre, le estaba molestando por su actitud tan rara.

-Tuve una discusión con mi padre-admitió con fastidio. 

-¿Y qué te dijo?-la miró con atención. 

-No quiere que este contigo, pero me importa una mierda, no me alejaré de ti solo porque escuchó los comentarios de unas mujeres sin vida.

-¿Comentarios?

-Olvídalo, es estúpido,  ¿si?, es solo que él prefiere confiar en las palabras de cualquier otra persona menos en mi-se cruzó de brazos con enfado.

-¿Así que tenias problemas con tu padre?, ya veo...¿por eso te desapareciste por dos semanas?-alzó una ceja.

-Es complicado, ¿si?-bufó.

-¿Dónde estuviste durante estas dos semanas?

-Pues en la universidad, ya estoy harta de pasar sola en esta casa solo para que al llegar mi padre me termine juzgando solo por comentarios ajenos.

Al escucharla hablar se dio cuenta de lo estresada que estaba, aquellas ojeras bajo sus ojos, la palidez de su piel y el mal humor dejaban en claro que estas semanas no habían sido para nada buenas. Por un momento le recordó a él cuando se la pasaba todos los días soportando las quejas de su madre y se hundía más al escuchar las criticas ajenas. 

-Oye-tomó su cara entre sus manos-comprendo como te sientes, t/n. Sé que la gente suele inventar mierda para tratar de joderte sin razón alguna, y tu padre no es capaz de ver lo increíble que eres, solo se deja guiar por rumores, pero, ¿sabes qué?, creo que eso no importa en lo más mínimo si estamos juntos, por más que tu padre no quiera que estés conmigo, yo no me alejare de ti, no luego de todo lo que has hecho por mi, no sabes lo agradecido que estoy porque no te hayas alejado de mi. Me hiciste ver las cosas de otra forma.

Ella se ruborizó, jamás en su vida le habían dicho eso. Sintió su corazón golpear su pecho con fuerza.

No pudo articular palabra alguna luego de eso. La había dejado sin palabras. 

Logró reaccionar al sentir que él la abrazaba, solo en ese entonces, ella correspondió al abrazo.

-Necesitas un pequeño descanso-le dijo Gyutaro acariciando su cabeza.

Ella permaneció descansando su cabeza en el pecho del chico. Una tranquilidad inundaba su interior, no tenia idea de que él seria capaz de calmarla de un momento a otro.









"El interior" (Gyutaroxrayis)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora