Capítulo 20

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-Jamás te he visto por aquí, además, no llevas ropa elegante-dijo el rubio ocultando su nariz y boca tras el abanico. 

Ella se volteó y fijó su vista en sus hermosos ojos arcoíris. ¿Era real el color de sus ojos, o acaso usaba lentes de contacto?, jamás había visto a una persona con unos ojos tan peculiares. 

-Pues...em...-no se le venia nada a la mente para inventar.

-Ella también hace entregas-dijo Gyutaro interviniendo-pero creo que esta vez se equivocó de lugar, ¿no es verdad?-le preguntó a la joven.

Que el bicolor apareciera tan de repente la había tomado por sorpresa, pero estaba más relajada al poder verlo después de tanto tiempo.

-Oh, si. Me equivoqué de dirección, perdón por entrar así, señor-dijo ella agachando un poco la cabeza.

-Ya veo-habló con su rostro inexpresivo-¿me prestas tu brazo, entonces?

T/n lo miró con desconfianza, dudó en si hacerlo, Douma notó de inmediato esto. 

-No te preocupes, solo quiero probarte, tengo curiosidad por tu sabor-admitió el rubio con una sonrisa perversa.

Antes de que pudiera tomar el brazo de la joven Gyutaro la jaló de la muñeca ocultándola detrás de él.

-Ella ya esta reservada-habló el chico con tranquilidad.

-¿Ah, si?, ¿de quién es?, quizás pueda comprarla-dijo él sin quitar su sonrisa inquietante.

Gyutaro negó.

-El dueño de esta chica no es alguien que le interese los negocios, eso tengo entendido.

-Vaya, alguien difícil de convencer-murmuró Douma mirando el techo como si estuviese pensando-pero tampoco quiero problemas con alguien, bueno, solo será un cortesito, no creo que él se de cuenta-dijo para volver a sonreír.

Cerró de golpe su abanico, unas pequeñas cuchillas se asomaron de la punta del abanico. T/n lo miró un poco asustada mientras retrocedía, quería alejarse del rubio pero este tomó su brazo acercándola a él. Con las cuchillas filosas del abanico cortó su piel, ella solo apretó sus labios. El corte no fue tan profundo ni tan grande, solo cortó lo suficiente como para se asomara la sangre. Gyutaro pedía porque le supiera asqueroso su sabor, no quería que ella terminase en manos de ese psicópata. 

-No estas nada mal-habló finalmente el de ojos arcoíris relamiendo sus labios-es una lástima que ya estés reservada, en fin, puedes ir te-le sonrió para luego ir se.

Esa chica tiene una piel bastante limpia.

Pensó Doma sonriendo.

-Sal por la puerta de allá-dijo señalándola-no te detengas si te hablan.

-¿Y tú?-le preguntó ella mirándolo.

-No veremos a fuera-respondió alejándose.

Ella hiso caso a sus indicaciones. Caminó hacia la puerta  que el bicolor le indicó. Una mujer intentó hablarle pero ella la ignoró. 

Cuando por fin salió de la mansión caminó alejándose un poco de la casa.

Luego se detuvo esperando a que él también saliese. Pasaron unos segundo y él salió

-Alejémonos un poco de este lugar, no es seguro estar aqui-le dijo mientras caminaba. Ella lo siguió.

Tenia  demasiadas preguntas que hacerle, pero esperaría hasta que él se de tuviese, le parecía raro que dijese que el lugar no era seguro. Lo mejor era hacerle caso por el momento.

Cuando finalmente estuvieron lejos de aquella mansión ella habló.

-¿Qué hacías en ese lugar?-le cuestionó ella.

-Eso mismo te pregunto a ti.

-¿Disculpa?, no nos hemos visto por casi 3 meses, merezco una explicación, prometiste que me contarías todo cuando regresaras pero al final fui yo quien tuvo que encontrarte...¿era verdad eso de que volverías?...

-¡Por supuesto que si!, es solo que aún no es momento, pero eso es lo que tú no entiendes-le respondió él enojado.

-¡Yo no quiero alejarme de ti, no me importa que tan complicada es la situación en la que te encuentras o si eso me pone en peligro!-exclamó ella.

-Eres tan terca-dijo él negando con su cabeza-no tienes idea en donde te estas metiendo.

-No me importa, si eso significa poder estar contigo, me arriesgaré-murmuró tomando sus manos-puedes confiar en mi, yo haré lo posible para ayudarte o apoyarte en lo que hagas-dijo con seriedad.

Gyutaro se vio acorralado por la palabras de t/n,  no quería meterla en estos asuntos y ponerla en riesgo. Tenia miedo que le pasara lo mismo que a su hermanita, y él no sabia si estaría ahí para protegerla. Pero por la insistencia de la chica, no tuvo más opción que aceptar y contarle la verdad.

-Vamos a casa-le murmuró-no es seguro que te lo diga aquí.

Ella asintió. Se sentía mejor al saber que por fin le contaría la verdad.

Luego de caminar por una hora, llegaron finalmente a la casa de Gyutaro.

Ella entró rápidamente para luego fijar su vista en él.

-¿Entonces?...-dijo ella esperando a que hablase.

-Fui a esa casa a hacer un favor, más bien una entrega-habló.

-¿Qué tipo de entrega?-cuestionó ella.

-No es nada agradable. Verás, terminé ahí por culpa de mi madre, ella tenia deudas con tipos peligrosos, como jamás les pagó, ellos buscaron otra forma de recuperar el dinero. Y esa forma éramos yo y Ume.

-¿Y tu madre?-preguntó ella sintiendo rencor por esa mujer.

-La entregué. Pensé que con eso estos tipos se irían, pero no fue así, ellos querían el dinero, no al endeudado. Así que me obligaron a realizarles "favores"

-¿Y Ume?...

-Esos bastardos la tienen, yo...desobedecí una de las tantas instrucciones y ella pagó las consecuencias-dijo con rabia-gracias a mi se la llevaron.

-Pero ella estará bien, ¿no?-preguntó t/n con preocupación. 

-Me llegó una carta la semana pasada con una foto de ella, decía que debía seguir las reglas para que ella estuviese bien.

-Eso es horrible-dijo ella con impotencia.

Encontraba cobarde las acciones de esos tipos, no había necesidad de meter a Ume en el asunto. Sin dudas estos tipos eran capaces de todo para mantener a Gyutaro a sus pies.

Ella fijó su vista en él. El de puntas verdes tenia una mirada llena de rencor, seguro pensaba en esos sujetos que habían secuestrado a su hermana.

-Ella podrá salir bien de esta situación, Gyutaro-dijo mientras lo abrazaba-yo estaré aquí para ti, así que no preocupes demasiado, podrás recuperar a Ume.

Él correspondió a su abrazo.

-Gracias t/n-susurró.





"El interior" (Gyutaroxrayis)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora