Al día siguiente el sol se había asomado. El frio de anoche había desaparecido. Ahora solo una leve brisa y la fría nieve estaban presentes.
Ume comenzó a abrir sus ojos con pesadez, la dureza del suelo y la pared provocaba que le doliese el cuerpo. Fijó su vista en su hermano quién dormía aún. Ella decidió por dejarlo dormir. Sabia que no podía dormir en paz debido al estrés.
Se levantó con cuidado de no despertarlo. A paso lento se acercó al marco en donde debería haber una ventana. A pesar de ser un lugar abandonado la nieve le daba una hermosa vista con la luz del sol.
Luego de observar un rato el paisaje salió de la casa para poder hacer un muñeco de nieve. A pesar de que la nieve le lastimara sus manos ella continuo con lo suyo. Continuo haciendo aquel muñeco incluso cuando sus manos se entumecieron por el frio. Necesitaba distraerse con algo. Quería verle el lado bueno a la situación en la que estaban.
Me haré a mi y a mi hermano.
Pensó Ume sin detener su labor. A pesar de ser una chica de 16 años, mantenía su lado infantil algunas veces.
Luego de media hora terminó sus muñecos. Ella se levantó sacudiéndose la nieve de la ropa para luego observar su trabajo terminado.
-Quedó bien-sonrió.
Gyutaro despertó con un terrible dolor de cuello. Llevo una de sus manos a su cuello para acariciar la zona afectada. No tardó en percatarse que su hermana no estaba a su lado. Rápidamente se levanto mirando a su alrededor buscándola.
-¿Ume?-la llamó.
-Aquí hermanito, estoy afuera-le gritó con voz chillona su hermana.
Él salió rápidamente de la casa al patio. Al verla, se relajó.
-Mira, somos nosotros-le dijo ella con orgullo.
Él fijó su vista en aquellos muñecos de nieve mal formados. Uno de ellos tenia el ojo caído mientras que al otro le faltaba un brazo.
Podría estar peor.
Pensó Gyutaro.
-¿Te gusta?-le preguntó ella.
-Claro-le respondió él mientras acariciaba su cabello.
-Tengo hambre-dijo ella mientras lo miraba.
-Creo saber donde podrías comer algo, vamos-dijo caminando y ella lo siguió.
Pasado unos minutos llegaron a la panadería. La señora, dueña del local, al verlo, sonrió.
-Hola Gyu, llegas temprano hoy-le dijo con una sonrisa acogedora.
-Hola-le respondió.
-Veo que traes a Ume, hola querida.
-Hola-le sonrió ella-¿puedo comer algo?
-Claro querida, saca lo que quieras-le respondió con amabilidad para luego fijar su vista en el mayor-¿pasó algo?-le preguntó con preocupación.
-Lo mismo de siempre, supongo-se encogió de hombros.
-Esa mujer no cambia-dijo negando con frustración-¿no quieres comer algo?
-No es necesario, es solo que Ume tenia hambre.
-Seguro debes tener hambre, come algo, y no quiero un "no" como respuesta-le dijo cruzándose de brazos.
Gyutaro simplemente accedió.
-¡Gracias por la comida!-exclamó la menor con la boca llena de pan.
-No es nada querida-le sonrió la señora.
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"El interior" (Gyutaroxrayis)
Fiksi PenggemarAquella chica solía ir a visitarlo, pero él no lo sabia. Ella tenia sentimientos por él, en cuanto a él, ni siquiera sabia de su existencia. Él no era perfecto, pero eso no le importaba a ella, lo querría a pesar de su apariencia.