7- Estrellada

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Ambos estaban en la azotea de la escuela, Kazutora solo miraba al frente como si no tuviera nada mejor que hacer, mientras la chica a su lado bufaba de vez en cuando, agarrando una goma de borrar, para así eliminar los fallidos trazos en su cuaderno.

Desvió su mirada hacia ella, viendo con desgano su cuaderno —Deja eso, Dana, no puedes hacerlo.

—Sí puedo hacerlo, solo debo poner más empeño.

Miró cómo trazaba de nuevo números, tratando de resolver así el ejercicio de matemáticas que había olvidado por completo hacer, y debía ser entregado al final del receso.

—No creo que suceda nada malo, siempre entregas todo a tiempo, uno no marcará diferencia.

—No puedo simplemente rendirme por eso, y tu deberías estar haciendo lo mismo.

—No pienso estudiar.

Estuvo a punto de regañarlo, pero una mejor idea vino a su mente, se había prometido hacerlo estudiar y eso haría.

—Como sea, ¿tienes algo que hacer hoy?

—En realidad no, ¿tienes alguna idea?

—Sí, y es una muy buena —cerró su cuaderno ya que había terminado con lo que hacia, mirándolo esta vez —, se me acaba de ocurrir y la haremos en mi casa.

—¿Tu casa? ¿qué haremos?

—No te lo diré aún, cuando lleguemos entenderás que es.

—Por alguna razón no me gusta cuando hablas así.

Se levantó del piso, mientras el aún seguía sentado, aprovechó aquello para dar un par de palmadas suaves y amistosas a su cabeza —Me alegro de que seas intuitivo.

Volteó para mirarla pero ya se encontraba caminado hacia la salida, también se levantó, siguiéndole mientras bajaban las escaleras de nuevo hacia las clases.

—Oye, ¿qué significa eso? —preguntó tomándola del brazo, sin hacerle daño pero haciéndola parar y voltearla un poco hacia él.

Dana lo miró, lo notaba confundido pero con un ligero ceño fruncido debido a ello. Sonrió para después decir: —Sigue pensando, Kazu.

La soltó, viendo cómo se alejaba al terminar de bajar las escaleras.

¿Kazu? —se preguntó.

Sus cabellos se movieron ligeramente, mientras caminaba, solo la observó para después sonreír de manera ladina, sea lo que sea le intrigaba, pero sabía que con ella nunca se aburría.

***

—¿A tu madre no le molestará esto?

—No, estará feliz de conocerte, le conté que tengo un amigo en la escuela.

Parpadeó un par de veces, pero no paró de caminar, ya conocía su casa por haber venido en veces, así que pudo mirar un poco más los alrededores. Parecía un lugar tranquilo, con casas normales, los cuales algunas tenían jardines en frente.

Pararon frente a su casa, por alguna razón sentía algo de nervios por estar allí, incluso una parte suya se arrepentía de haber venido, nunca había sido muy educado o formal como para saludar a la madre de Dánae, trataría de hacer su mejor esfuerzo.

Ella abrió la puerta con sus propias llaves, para después anunciarse.

—¡Estoy en casa! —anunció en un tono no muy alto.

11 𝘣𝘦𝘴𝘰𝘴 ━━━━━ 𝘒𝘢𝘻𝘶𝘵𝘰𝘳𝘢 𝘏𝘢𝘯𝘦𝘮𝘪𝘺𝘢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora