12- Verdades y Mentiras

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Salieron de la casa y caminaron por la calle que llevaba a los lugares más transitados, ambos caminaban en la misma velocidad, al lado del otro, Kazutora sentía una sensación inquietante, y no era para menos, lo único que tenía en su cabeza era aquello que haría.

—Bueno, Kazu, comenzaremos por mirar supongo ya que a lo largo de esta calle sólo hay tiendas, pero de vez en cuando atracciones de artistas callejeros, bastante habilidosos por cierto, así que por ahora veremos eso.

Asintió y siguieron su camino. La calle justo cómo había dicho Dánae estaba lleno de tiendas, gente circulando por allí y vehículos transitando, no tenía nada de raro a los ojos de Kazutora, tampoco nada muy maravilloso, pero si pensaba en que estaba junto con ella y esta sería su última salida hacía que todo fuera magnífico y también triste.

Dánae estaba contenta caminando con él, verlo curioseando por el lugar y preguntando por alguna cosa que no conocía, ella respondiéndole con gusto y riendo juntos cada vez que veían algo gracioso, eso estaba haciendo que viera todo con un brillo especial.

Algo en su interior sospechaba que Kazutora se encontraba sumamente triste, pero también lo veía contento, sonriendo y bromeando, tal vez sólo era su impresión... Esperaba que fuera así en realidad.

—Allí están —dijo Dánae señalando una esquina próxima, tomó la mano de Kazutora y hizo que corriera con ella hasta allí —presta atención, no nos podemos perder esto.

Kazutora parpadeó un par de veces cuando ya se encontraba en medio de varias otras personas que también miraban, al parecer una mujer junto con un hombre comenzarían a tocar el instrumental de una canción con un par de violines.

Cómo ya habían llegado Dánae aflojó su agarre en la mano de Kazutora para así soltarlo, pero se sorprendió al sentir cómo Kazutora la agarraba con fuerza.

—No me sueltes por favor, no ahora.

Al mirarlo a los ojos lo supo, no era solamente su impresión, Kazutora estaba triste y ella tenía que hacer algo. Luego de terminar de escuchar aquella canción lo llevaría a un lugar apartado, necesitaba hablar con él, tal vez podía ayudarlo.

Y el instrumental comenzó, el violín resonó y todos estaban maravillados con la melodía en verdad bella, su ritmo no era rápido pero tampoco lento, era justo algo intermedio y bueno para todos los que estaban allí. Kazutora disfrutó de aquello, nunca tuvo mucho interés en los instrumentos musicales pero sí apreciaba sus sonidos, y aquello era bello a sus oídos, servían para calmar la tormenta que se liberaba en su alma y su corazón.

Ambos jóvenes que interpretaban estaban sumidos en su propia melodía, lo cual hizo surgir un pensamiento en Kazutora ¿Por qué lo hacían? En parte lo entendía, si no se concentraban de esa manera probablemente el sonido sería feo y nadie apreciaría la canción, pero le causaba intriga la manera en cómo se entregaban al parecer por completo a una melodía efímera, sin importar nada más a su alrededor, en ese momento sólo era la melodía.

¿Será bueno hacer eso? Entregarse por completo a algo efímero... ¿Es recomendable?

Y llegó a la conclusión de que no era recomendable ni bueno, porque él en este tiempo se había entregado por completo a su efímero relacionamiento con Dánae sin siquiera darse cuenta y ahora debía buscar una manera de salir de eso, de ya no entregarse, borrarlo todo.

¿Sería bueno borrarlo todo?

Ya no encontró respuesta para aquello.

La música paró y todos allí aplaudieron, ambos músicos hicieron una reverencia y las personas dejaron dinero en los estuches como muestra de su agradecimiento por la melodía, Dánae y Kazutora hicieron lo mismo y luego siguieron caminando.

11 𝘣𝘦𝘴𝘰𝘴 ━━━━━ 𝘒𝘢𝘻𝘶𝘵𝘰𝘳𝘢 𝘏𝘢𝘯𝘦𝘮𝘪𝘺𝘢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora