10- Huellas

770 90 28
                                    


Cerró la puerta de su cuarto luego de hablar con sus padres y explicarles que había estado en casa de su amigo Kazutora haciendo tarea, una mentira inocente para no dejar en descubierto lo que en realidad habían hecho.

Se dejó caer en su cama de espaldas ahora mirando al techo, sonrió y cerró ligeramente sus ojos, estaba feliz justo ahora y no tenía dudas de ello.

—Fue increíble —susurró.

Pensaba en Kazutora, había tenido un gran progreso a su parecer desde el momento en el que lo conoció, y ella también, pese a que para algunos tal vez parecería poco tener a sólo un amigo, para ella era lo suficiente, había pasado gran parte de su vida sin amistades, era maravilloso ahora contar con alguien.

El tono de su teléfono hizo que volviera a abrir los ojos, estaba a punto de quedarse dormida cuando resonó. Se levantó con desgano y lo tomó, viendo así el mensaje desde la pantalla, era Kazutora.

«Mañana llega media hora antes a la escuela, te presentaré a alguien»

Dudó un poco en responder pero terminó diciendo que lo haría para después volver a dejarse caer en su cama, pensando en el mensaje.

Al principio, y cuando se habían conocido el trato fue que él le presentaría a alguien para tener aquel beso soñado suyo, era en ese entonces pero ahora no tenía intenciones de conocer a nadie en ese sentido, ya que Kazutora iba instalándose poco a poco en su corazón.

—No hay porque preocuparse, tal vez no sea nada, y aunque lo fuera solo diré que no —susurró para sí misma y después acomodarse para dormir.

***

Y allí estaba ella, justo como Kazutora se lo pidió, media hora antes de ingresar a clases, esperándolo cerca del portón con los auriculares puestos.

Hasta que vio por el otro lado a Kazutora acercarse caminando pero también platicando con otro chico a su lado al cual ella no conocía, supuso que era el amigo del que habló la noche anterior.

Guardó sus auriculares y caminó hacia ellos, encontrándose con ambos.

—Dana —se apresuró en decir Kazutora —él es Keisuke Baji, el amigo del que te he hablado, quería que se conocieran ya que habías dicho en algún momento querer conocerlo.

Dánae se fijó un poco en él, sus cabellos eran negros y largos un poco más abajo de sus hombros, sus ojos de color avellana mientras su altura era casi la misma que Kazutora.

—Oh, seguramente lo dije sí —sonrió para dirigirse hacia Keisuke esta vez —Dánae Hamasaki, un gusto —extendió su mano hacia él.

El chico asintió con una ligera sonrisa a su saludo, estrechando su mano —Escuché algunas cosas sobre ti, al parecer tienes la difícil tarea de soportar a este tonto —bromeó hacia Kazutora quien tenía el ceño fruncido y Dánae reía.

—Claro, pero la tarea no es difícil, es gustosa —respondió.

—Sí sí lo que sea —lo cortó Kazutora —ahora vámonos.

—¿A dónde vamos? —preguntó Dánae.

—Tomémonos el día libre ¿quieres? No vayamos a clases.

—Kazutora yo no puedo.

—Solo será en esta ocasión, pasemos la tarde los tres juntos así de paso lo conoces.

11 𝘣𝘦𝘴𝘰𝘴 ━━━━━ 𝘒𝘢𝘻𝘶𝘵𝘰𝘳𝘢 𝘏𝘢𝘯𝘦𝘮𝘪𝘺𝘢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora