14- El Dolor en un Beso

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Tal vez... Solo tal vez... La quería demasiado. Tanto que era capaz de romper el corazón de ambos.

Mientras estaba aún sentado en el piso, con la espalda en la puerta y pensando en la tontería que hizo para lastimar a Dánae, recordó algo que en un momento prometió a Dánae.

Y era que él le conseguiría a alguien a quien darle su primer beso, el beso de sus sueños, aquel beso lleno de sentimientos y cariño con el que soñaba.

Pero la verdad es que luego de un tiempo borró por completo la idea de presentarle a alguien, tal vez incluso nunca tuvo la intención, porque siempre quiso ser él.

No podía imaginarla con otra persona que no sea él, quería tanto sus besos como todo lo demás, quería ser él quien le diera aquel beso con el que ella soñó, él y nadie más, perderse en sus labios mientras le susurraba que tanto la quería.

Pero ahora todo esto era imposible, ya no podía hacerse realidad.

Frotó sus ojos y miró hacia el techo, no era completamente consiente de todo lo que le sucedía, nunca antes había sentido tantas emociones en tan poco tiempo, y no sabía que hacer con estas emociones.

Llevó su mano hasta su bolsillo y miró la pantalla de su móvil.

Tal vez estaba a punto de cometer una tontería.

***

No estaba bien, lo sabía pero también sabía que necesitaba salir de su casa e ir a hablar con Keisuke.

Agradecía que nadie estuviera en su casa, tanto su madre como padre estaban afuera, en alguna parte, y lo agradecía porque ahora no podía darle explicaciones de porque se sentía así a nadie, a nadie que no conociese a Kazutora, por eso necesitaba hablar con Keisuke, llevaba una buena relación con ambos de sus padres, y tal vez les contaría lo que acababa de suceder, pero no ahora.

Escuchó el tono al otro lado de la línea mientras caminaba hacia su espejo para verse, tenía los ojos hinchados y su rostro desecho, lastimosamente no podía mejorarlo.

—¿Hola?

—Keisuke… Soy Dánae y necesito hablar contigo, es muy necesario que sea ahora de ser posible.

—Claro… ¿Quieres que vaya?

—No, mándame tu dirección y pronto estaré allí.

Colgó la llamada y al recibir su dirección tomó un bus para ir camino a allí.

Al estar en el bus miraba hacia la ventanilla, y le parecía estar lejana de sí misma, no se sentía como ella, como si estuviera en dos partes separadas.

Cómo si estuviera rota.

Y le dolía demasiado.

No supo si llegó muy rápido a la casa de Keisuke o si estaba tan perdida en sus pensamientos que el tiempo pasó sin que se diera cuenta.

Tocó la puerta dos veces y el chico de negros y largos cabellos abrió la puerta, lo miró y no pudo evitar que sus ojos nuevamente se llenen de lágrimas.

—¿Qué te sucedió? Te ves muy mal.

—Lo sé, vine a decirte que me sucede de hecho.

—Oh… sí claro, pasa —pidió haciéndose a un lado —Puedes ir a la sala, mi madre no está y nadie nos molestará al hablar.

—Claro, gracias.

Caminó hasta el sofá y tomó asiento allí, Keisuke se sentó también allí, ambos se miraron y Dánae suspiró, se sentía tan cansada, quería dormir pero sabía que no podría.

11 𝘣𝘦𝘴𝘰𝘴 ━━━━━ 𝘒𝘢𝘻𝘶𝘵𝘰𝘳𝘢 𝘏𝘢𝘯𝘦𝘮𝘪𝘺𝘢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora