8- Un avance en su consideración

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Camino con tranquilidad por los pasillos, la falta en un par más para llegar hasta su salón, la música resonaba en sus oídos haciendo así que no prestará mucha atención a su alrededor.

Ya estando en el último  pasillo el cual daba a su salón sintió como la sostenían del brazo, paro de caminar mirando automáticamente a la persona que la había agarrado, viendo así a una chica de castaños cabellos, si no se equivocaba era alguien que se sentaba cerca de ella en el salón. Bajo todo el volumen de su música para decir:

—¿Podrías soltarme por favor? —pidió al sentirse incomoda, ya que aun no la soltaba, comenzaba a doler.

—Oh, si. Quería hablar contigo por eso te retuve —la soltó.

—Claro, ¿que querías decirme?

—Es sobre Kazutora.

Ya se imaginaba por donde iría la conversación —¿Le sucedió algo?

—No, es sobre su mala fama en la escuela, ¿sabes que estuvo en la correccional? ¿sabes por qué fue? No es bueno que t— la interrumpió.

—Dejalo, aprecio tu buena intención, pero sé que él estuvo en la correccional, lo sabemos todos, aún no se la razón pero creo que me lo dirá cuando sea necesario. No se a que quieres llegar, pero no es necesario que nadie se preocupe por mí. Aun así lo aprecio.

La chica frente a ella frunció el ceño, no era la respuesta que esperaba.

—Claro, que más se podía esperar de la antisocial del salón.

Giro los ojos, volviendo a subir el volumen de su música para seguir hacia el salón, pudo haber respondido a aquello pero prefería no hacerlo, no quería un conflicto.

Tomó asiento, esperando a que llegara Kazutora, aunque de todas maneras sabía que llegaría segundos antes de la hora marcada, se había acostumbrado a aquel habito suyo, nunca llegaba tarde pero siempre casi tarde.

En la noche anterior, luego de que la noche se adentrara el se había ido luego de despedirse de ella, parecía contento, al mismo tiempo pensativo, pero por sobre todo contento.

Vio sus mechones amarillos asomarse por la puerta, sonrió por eso pero también vio a un par de hombres tras el, por sus uniformes suponia que eran también de la misma escuela pero se veían distintos, como si fueran a dar miedo.

Al parecer intercambio palabras con ellos y luego camino por el salón —Hola —saludo con simpleza para después tomar asiento frente a ella como siempre.

—¿Te molesta si te pregunto algo?

—No lo sabre si no lo dices, dilo.

—Esos dos hombres que estaban contigo, ¿son tus amigos?

—¿Amigos? Son miembros de Vallhara.

—Oh... tiene sentido, habitualmente los pandilleros dan un poco de miedo, debió ser por eso que les temi.

—Miedosa —sonrió de manera ladina.

—No lo soy, además tu no me das miedo y también eres de pandilla.

—Pues entonces debería darte miedo.

—No me das miedo, y tampoco creo que me des miedo nunca —sonrió.

—¿Iremos a la azotea? Quiero pedirte algo.

—Uh claro, ¿pero no puedes decírmelo ahora?

—No.

—Esta bien iremos ahí. Por cierto hoy traje de esos cupcakes que probaste la primera vez que nos conocimos, se que te gustan.

—Perfecto.

11 𝘣𝘦𝘴𝘰𝘴 ━━━━━ 𝘒𝘢𝘻𝘶𝘵𝘰𝘳𝘢 𝘏𝘢𝘯𝘦𝘮𝘪𝘺𝘢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora