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Maratón 5/6

Mina siempre se sintió ajena a todo, nunca encontró su lugar en aquel pueblo. Su padre era fiel creyente a Dios, lamentablemente para Mina eso le cobro por el hecho de ser mujer.

Los hermanos Lee siempre se llevaron bien hasta que ambos entraron a la pubertad, entonces Mina comenzó a alejarse de la única persona que la escuchaba, Minho.

Su padre siempre le dijo que no debía hablar al menos que se lo pidieran, que siempre debía escuchar porque ella no "comprendía" ciertas cosas de la vida. Su fama en el pueblo y la sobreprotección de su madre hicieron que Mina jamás sintiera interés por socializar, además de no tener ningún tema compatible con los demás, realmente no le importaba nada, ni nadie. Tal vez su hermano pero al final sabía que él haría su vida.

A veces deseaba tener una vida, una dónde fuera realmente ella misma y no lo que sus padres le imponían. Tenía 14 cuando leyó su primera obra literaria, la biblia. Para ella fue un viaje fantasioso, algunos relatos ahí la ensimismaban, cuando la termino de leer a los 15, su hermano le regaló su siguiente libro y así empezó su pasión por la lectura, la transportaba a épocas, vidas y personajes que la hacían sentir libre, para ella esa era su vida, junto a su pasión por la música.

A veces, cuando estaba sola en su habitación, se colocaba sus audífonos a todo volumen y movía su cuerpo al ritmo de las notas, a Mina le hubiera encantado convertirse en una bailarina profesional. Sus padres jamás lo hubieran aceptado.

Chaeyoung por su parte, jamás tuvo ese problema, sus padres eran igual al resto, pero poco le importaba a ella.

Siempre fue curiosa por la vida, por todo, jamás temió en meterse en problemas, aunque casi nunca se enteraban sus padres; aprendió a llevar una doble vida, sabía que era el precio por salvaguardar su libertad.

Mientras Mina se adentraba a su próximo mundo literario, Chaeyoung comenzó su vida sexual, descubriendo las maravillas del sexo. A Chae también le encantaba leer, se había robado un libro de la biblioteca escolar, uno que nadie notaría, "Salud sexual", le ayudo mucho a entender su cuerpo, a descubrir que no había nada malo con sentir placer.

Precisamente por eso sus amistades le pedían consejos y aunque Chaeyoung no tenía la respuesta a todo se encargaba de ayudarlos en lo que más podía.

Aquel pueblo jamás permitió llevar a cabo dicha educación dentro de las poquísimas escuelas que había, no se esperaba menos de un lugar tan religioso.

Aún si Chae era la persona más extrovertida de la escuela, no pudo evitar sentirse intimidada por Lee Mina.

La pelinegra aún no entraba a la tienda de dormir, seguía afuera leyendo y Chae pensó que realmente no quería estar cerca de ella, pero era determinada y aunque todos tuvieran miedo de Mina, ella no, así que se levantó, tomo su cajetilla de cigarros y salió a buscar a la chica.

No fue difícil, estaba sentada en la misma roca de cuando llegaron, prendió su cigarro de clavo y camino hasta quedar aun lado de ella.

El dulzón aroma del cigarro llegó a las fosas nasales de Mina, giro dándose cuenta de la presencia de Chae, retiró sus audífonos y la miro sin expresión alguna.

—¿No crees que hace un poco de frío?— pregunto Chae abrazándose así misma para entablar conversación, mala idea

—No— respondió la chica volviendo su atención al frente, Chae se golpeó mentalmente, Mina llevaba puesto un abrigo, obviamente no tenía frío.

Camino hasta estar más cerca de ella, dió otra calada a su cigarrillo.

—¿Quieres?— pregunto extendiendo su cigarro, y pudo volverse a dar otra cachetada mental por tan tonta sugerencia pero para su sorpresa, gran sorpresa, Mina todo dicho objeto y lo llevo a sus rosados labios dando una gran calada, retuvo el humo y lo saco con lentitud, como un suspiro lleno de paz. Porque así se sentía Mina en ese instante, tranquila. Apresar de la presencia de Chaeyoung.

Tu cuerpo mi religión || HyunInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora