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Ambos se sonrieron al cortar el beso, Hyunjin acunó el rostro empapado de Jeongin entre sus manos, embelleciendose con su amplia sonrisa y sus ojos brillosos por las lágrimas que intentaba retener sin éxito mientras su nariz y mejillas se ponían rojas, tal vez por el frío o por el calor del beso, aún así, con la fuerte lluvia bañándolos se acercó a él y repartió besos por todo su rostro robándole sonrisas de satisfacción a Jeongin.

Tomaron las mochilas del sueño, completamente empanadas y corrieron tomados de la mano, Hyunjin guiaba mientras Jeongin se sentía como en un sueño que esperaba nunca terminará.

Llegaron entre risas hasta la casa del rubio dónde se refugiaron bajo el tejado mientras Hyunjin buscaba las llaves de la entrada.

La casa, aunque silenciosa, los recibió de manera cálida, a Jeongin le gustaba estar ahí porque olía y se sentía como un hogar, al contrario de su casa.

Dejaron las mochilas en el suelo, encaminandose hasta la habitación del mayor dónde una vez ahí, Hyunjin le extendió una toalla para su cabello y otra para él.

—Debemos bañarnos para no contraer un resfriado— aludió, no había dobles intenciones solo era Hyunjin preocupado porque no quería ver a Jeongin enfermo.

En silencio Jeongin asintío así que Hyunjin lo tomo de la mano para guiarlo al baño de su habitación. Cabe destacar que ambos se instalaron en un profundo silencio, no dijeron ninguna palabra solo eran sus actos.

Hyunjin abrió la llave de la regadera, nivelado la temperatura dejando que la bañera se llenará lo suficiente; mientras, Jeongin sentía su corazón frenético. Literalmente se bañarian... ¡Juntos! Pues Hyunjin se acercó a él comenzando a desabotonar con cuidado pero con rapidez su camisa de manga larga, deslizó la prenda por la piel de Jeongin dibujando una pequeña sonrisa al darse cuenta que no traía nada abajo más que esa camisa; acarició con delicadeza sus hombros dejandola caer para luego proceder a hincarse frente a él, Jeongin sintió su saliba atorarse cuando sintió las manos de Hyunjin desabotonar su pantalón para después bajarlo junto a su ropa interior.

Luego de desnudarlo completamente, procedió a guiarlo hasta la tina que estaba a la mitad, Jeongin templo el agua primero con su pie para después entrar por completo y sentarse encogiendo sus piernas.

—¿Va-vas a entrar?— pregunto sin mirarlo porque no quería que viera su vergüenza.

Porque si, Jeongin podría follarse la boca de Hyunjin en la iglesia pero bañarse juntos era algo más íntimo y vergonzoso.

Hyunjin simplemente asintió, retiró sus prendas quedando del mismo modo que él y luego entro a la tina posicionandose detrás de Jeongin con las piernas abiertas para que esté se metiera en ellas.

Pasaron un total de 15 minutos dentro, Hyunjin se encargó de bañar el cuerpo de Jeongin con paciencia, concentrado en quitarle el frío y el rastro de lluvia. Jeongin se sintió como un niño pequeño pero aún así se dejó. Por un momento creyó que lo llegarían a hacer ahí mismo pero Hyunjin nunca mostró otra intención que no fuera la de cuidarlo.

Al salir ambos quedaron en toalla caminando hasta la cama donde Jeongin se sentó en la espera de que Hyunjin le acercara algo de su ropa.

—¿No tendrás problema en llegar tarde a casa?— pregunto Hyunjin

—El clima está de mi lado— respondió, afuera aún llovía a cántaros.

Mientras Hyunjin rebuscaba en su cajón, Jeongin se acercó a él rodeando su cintura con sus brazos, dejo la acción a un lado cuando sintió los labios de Jeongin sobre su espalda y sus manos juguetear por el borde de la toalla hasta soltarla y dejarla caer al suelo.

Tu cuerpo mi religión || HyunInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora