||C A P I T U L O 2 9||

6.2K 716 264
                                    

|EMBARAZADA DEL RUBIO|
|NARUTO UZUMAKI|
|CAPÍTULO 29|
|LLEGÓ LA HORA|
"HAY PERSONAS QUE SOLO VIENEN A TÚ VIDA PARA DEJARTE UNA MORALEJA"

Narradora.

La aldea de Konoha que hace horas atrás estaba en un ambiente pacífico, cálido y hermoso se vio interrumpido por la abrumadora invasión, azotando el pánico en las calles.

En algunos sitios salían humo por las explosiones y el fuego, en otros había algunos lugares destrozados, pero nada complicado que los shinobis pudieran enfrentarse. Todos actuaron rápido y en orden para la seguridad de los habitantes de la aldea, y cuando ya todos fueron evacuados los shinobis empezaron acabar con la peste que acabó con la tranquilidad de está.

Cosa que sorprendentemente no fue tan difícil como se lo hubieran esperado, muchos de aquellos ninjas renegados que atacaron no sobrepasaban la fuerza de un Chounnin rango medio.

Ahora, en el hospital central de Konoha estaba la pelinegra acostada en una camilla y con la bata azul típica de un hospital, a su lado se encontraba el guapo hombre de ojos azules como el oscuro mar de la noche, acompañandola en todo momento y sin soltarle la mano.

— ¿Ya se siente mejor? — le cuestino una de las enfermeras del lugar.

— Si, gracias. — suspiro la ojitarde. — ¿Cuanto tiempo se demora el procedimiento?

— Bueno, debemos esperar a que dilates correctamente, eso puede tardar algunas horas. — la pelinegra hizo una mueca de horror al escuchar aquello, la enfermera notandolo intento calmarla. — Podrás hacer ejercicios leves y sin mucha fuerza para que los dolores no sean tan fuertes. Estarás bien. Todo será calmado. — la ojitarde asintió no muy convencida, apretó el agarre que tenía con Tomioka en su mano sintiéndose un poco insegura de lo que sucedería en unas horas. — En unos minutos vendrá la doctora, te va hacer una ecografía, se necesita ver en que posición estará el bebé y su tamaño.

La ojitarde suspiro intentando calmarse, miro al ojiazul que estaba a su lado, en todo momento no se separó de ella y seguían con sus manos agarradas, dándole apoyó, aún así este conservaba la máscara de ANBU. No se movía para nada, no hacía gesto alguno en su cuerpo o que presentará cansancio por estar en la misma posición.

— Si me disculpan, me iré. Buena suerte nueva mamá. — sonrió la enfermera para después irse, cerrando la puerta en el procedimiento.

El ambiente en la habitación se torno un poco tensó, pues ninguno de los dos sabía que decir, aún así permanecían con sus manos agarradas y parecía que ninguno quisiera soltar el lazo.

— Gracias. — susurró al final ________ sin mirarlo. — No hubiera podido hacer esto sóla, me estaría muriendo del miedo.

— No hay nada que agradecer. — Tomioka procedió a soltar el agarre suavemente, creyendo que ya no sería necesario. — Deberías dormir un rato, descansar, mientras llega la doctora, en pocas horas darás a luz.

— ... ¿No te vas a ir, verdad? — preguntó insegura, no quería despertar y darse cuenta que estaba sóla. — Si me quedo dormida...

— No me iré. — murmuro desviando la mirada hacía la ventana de la habitación. — Estaré aquí, cuidandote, hasta que llegue tú abuela.

Embarazada del Rubio ||Naruto Uzumaki||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora