||C A P I T U L O 1 8||

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|EMBARAZADA DEL RUBIO|
|NARUTO UZUMAKI|
|CAPÍTULO 18|
|UN SENTIMIENTO LLENO DE AMOR|
"NO NECESITAS DEMASIADAS PERSONAS PARA SER FELIZ, TAN SOLO A LAS PERSONAS REALES QUE TE APRECIEN POR LO QUE ERES"

Narradora.

Un nuevo día llegaba, el sol daba con todo su esplendor a la aldea de la hoja, azotando con su luz intensa en las casas de los ciudadanos.

Con dificultad una joven mujer se removia en una pequeña cama empezando a despertarse, al abrir sus ojos dejó presenciar un hermoso color como el atardecer que llegaba todos los días al final dejando apreciar su belleza. Sus hermosos ojos se fijaron en el rostro que estaba a tan solo unos centímetros de ella.

Un rostro joven que empezaba a tornarse con el tiempo varonil, aquella persona dormía plácidamente a su lado mientras con sus fuertes brazos la agarraba de la cintura, la respiración del rubio era lenta y tranquila, su rostro parecía tan tranquilo durmiendo como si nada lo pudiera perturbar.

Y en ese momento, la ojitarde se sentía tan afortunada de poder presenciar tal escena, el joven hombre frente a ella era su perdición y que sin pensarlo adoraba con todo su ser, verlo de aquel modo le daba una sensación tan reconfortante, una sensación de calidez junto con una desbordante alegría.

Se sentía la mujer más feliz y afortunada.

Detalló con suma atención el rostro del rubio, su piel bronceada le combinaba muy bien con su sedosa cabellera rubia que siempre tenía un aire de rebeldía, sus tres marquitas en cada mejilla le daba un tono adorable y singular, imposibles de ver en otra persona, dándole a entender cuan único era su amado.

«Naruto...» pronunció el nombre en su mente, aquel nombre que le pertenecía a la persona que le robaba el aliento.

Y sin darse cuenta, al estar tan concentrada memorizando cada parte del Uzumaki, este también empezaba a despertar, abriendo de a poco sus ojos azules como el cielo y mar, tan profundos y hermosos. Lo primero que vio Naruto al despertar fue el rostro de la mujer que lo tenía tan confundido y a la vez tan atraído, encontrándose al instante con sus únicos ojos naranjas con toques rojizos.

No dijeron nada, no hacía faltas palabras para comunicarse lo agustos que se sentían al lado del otro, no por ahora, las palabras solo arruinarían el bello momento, solo el cómodo silencio de aquella mañana bastaba.

Y en un momento inesperado la pelinegra sonrió.

Naruto al tener frente a el tan maravillosa mujer solo pudo pensar en una cosa, lo único que pudo pasar por su mente desde el instante que sus ojos fueron atrapados en los tardes de ella; fue en lo mucho que quisiera despertar todos los días de la misma forma como en ese momento.

— Buenos días...

Si, anhelaria por el momento de despertar todos los días con la bella imagen de la mujer que poco a poco lo atrapaba, que lo recibiera como en ese momento con un buenos días, que le sonriera de esa forma tan cálida y reconfortante como si estuviera diciéndole metafóricamente que todo estará bien, que nadie le dará daño, que siempre estaría a su lado.

Desearía con todas sus fuerzas porque esos hermosos momentos llegasen, y cuando sucediera le diría a la vida lo tan maravillosa que era y lo agradecido que estaba por permitirle tan privilegiado regaló.

— Buenos días, ________-chan. — le sonrió de vuelta con felicidad.

Y fue ahí, en ese momento tan bello que todos los sentimientos del rubio Uzumaki se aclararon, como si ese momento fuera perfecto para entender lo que tenía enfrente y que no podía dejar perder.

Embarazada del Rubio ||Naruto Uzumaki||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora