29. La verdad

22 5 2
                                    

Hacía mucho no dormía de la manera en la que lo había hecho en las últimas noches. Mi cabeza por fin estaba en paz de cierta forma, aún tenía unos conflictos internos respecto a cómo terminé el trabajo con Darcey, pero de ahí en fuera lo que más me importaba era Rowan. El único pendiente que tenía era la devolución de las cosas del departamento, porque claro estaba, no eran mías, todos los muebles y la renta estaban bajo el nombre de el señor Quinn, no han llamado ni enviado una carta para decir algo, tal vez Stella me de una razón después, aunque creo que lo mejor será hablar con ella directamente.

A pesar de estar entrando en primavera el viento se mantenía frío, en Reino Unido no hay tantos días soleados como me gustaría, sin embargo Rowan me convenció de salir del departamento para caminar e ir unos stands en el centro del pueblo que estaban dando una muestra gastronómica europea, no me agradaba la idea de caminar con este frío, pero cuando Rowan mencionó la comida mi reacción fue alistarme de inmediato.

Ya iban varios días que salíamos a ver las novedades del pueblo, la mayoría sugeridas por Rowan, no estaba al pendiente de todas las actividades que se llevaban acabo en Framlingham, cuando era más chico lo más interesante a lo que podías asistir era a las noches de cine en la plaza del centro, fui varias veces con mis amigos y con mi hermano, en especial cuando pasaban caricaturas francesas.

Cuando llegamos al lugar puedo ver la emoción de Rowan por empezar a probar los diferentes platillos que presentan.

El resto de la tarde nos la pasamos paseando por las calles, y sobre todo comiendo. Empieza a hacerse de noche, y como habíamos hecho en otras ocasiones nos dirigimos al castillo sin ponernos de acuerdo. Parecía que la belleza de este lugar se hacía cada vez más grande conforme veníamos, lograba ver cosas que de adolescente jamás habría notado.

Sentados en el jardín, sin nadie alrededor, viendo las pocas estrellas en el cielo por las nubes que las tapaban.

—¿Alguna vez has contado cuántas veces hemos estado aquí?— me pregunta de repente.

—No ¿Tú sí?

—Intenté hacerlo, pero ya perdí la cuenta.

—¿Para qué querrías contarlos?— puedo ver que alza los hombros, poco segura de su respuesta.

—No sé... Para recordar, para no olvidar todos los días que hemos estado juntos aquí. Tengo buena memoria, creo que hasta ahora he logrado grabar todos esas noches en mi cabeza, pero...

—No creo que necesites contar para eso. Estoy casi seguro que ninguno de los dos va a olvidar esto.

Tomo su mano y le doy un ligero apretón. Ella se acerca más a mí para recostarse sobre mi hombro.

*

El tiempo a lado de ella se pasaba rápido, no sabía si era porque lo disfrutaba tanto que duraba tan poco, o porque simplemente no estaba al pendiente de las horas. Eso me gustaba, me gustaba sentir que cada segundo tenía que ser vivido al máximo cuando estaba con Rowan. Pasábamos casi todos los días de la semana juntos, a menos que ella estuviera en el trabajo o cuando salía a hacer otras cosas.

Hoy era uno de esos días en que ella iba a estar ocupada gran parte de la tarde, yo no tenía nada que hacer, hasta que recordé que tenía que cambiar las cuerdas de mi guitarra, las cambiaba cada año, a veces se me olvida, como a muchos, pero debía hacerlo tarde o temprano, así que salí del departamento para ir a la única tienda de instrumentos que encuentras en el pueblo. 

Días antes había tenido la oportunidad de hablar con Stella y pedir que la renta se pasara directamente a mi nombre, también me di a la tarea de enviarle una carta a Darcey para pedirle que me rentara los muebles, al precio que ella decidiera, por dos meses, no he recibido su respuesta aún, pero creo que hasta el momento el problema del departamento está resuelto.

Put it all on me [Ed Sheeran] COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora