28. De vuelta

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El día de la entrega no pude dormir bien, me la pase viendo el techo del cuarto toda la noche, en parte porque el ruido de los carros de afuera no me dejaba tranquilizarme, pero sobre todo por lo nervioso que estaba, y sé que es normal, he experimentado el mismo sentimiento otras veces, mismas que me rechazaron, pero esta vez era diferente. A pesar de los eventos seguía pensando en Rowan, en lo mucho que la extrañaba, y eso que solo hemos estado dos días lejos uno del otro.

Murray procuró salir temprano por el tráfico. Todo el camino me estuvo diciendo frases motivadoras que parecían sacadas de un libro, se lo agradecía, sé que solamente quiere levantarme el ánimo.

Yo estuve abrazado al disco todo el rato, incluso cuando estábamos en la sala de espera, aguardando a que dijeran mi nombre.

La disquera se encontraba en uno de los edificios más grandes de Londres, donde también hay corporaciones y bufetes de abogados, todo muy prestigioso y ostentoso. Procuré mantener la cabeza bien en alto a pesar de la inseguridad. Me removí en mi asiento muchas veces, incómodo. Hasta que, después de lo que pareció una eternidad, una señorita alta rubia y portando un traje elegante, salió, diciendo mi nombre en voz alta. Yo me paré al instante, creí que pasaría a alguna de las tantas habitaciones a presentar el material, pero lo único que hizo fue quitarme el disco de las manos y agradecerme, dijo que en algunos días se pondrían en contacto conmigo. Y regresó justo por donde había salido.

Sentí la mano de mi primo sobre mi hombro.

  —Definitivamente eso fue más rápido de lo que creí que sería.

—Creí que... que querrían escucharme explicarlo.

—Ya sabes cómo son aquí.

Yo lo sabía. Seguro, se encargan de ayudarte, de llevarte a la cima, hacerte famoso, que entres a las listas de los mas escuchados, pero al final del día solo eres mercancía, si no produces suficiente dinero pueden deshacerse de ti, y aún así quería meterme en esto porque era la única forma en la que alcanzaría mis metas, cumplir mi sueño.

Al salir del enorme edificio, recordé otra de las cosas que quería hacer estando aquí.

—¿Sabes si hay algún internet por aquí?— pregunté, haciendo un esfuerzo para que mi voz se escuchara por encima del bullicio citadino.

—Sí, hay varios de hecho ¿Por qué, necesitas buscar algo?

—Sí... No te dije, pero hace unos días encontré algunos medicamentos en uno de los cajones de la cocina de Rowan, no he tenido tiempo de buscar, pero quiero saber para qué son.

—¿Medicamentos? ¿Está enferma?

—No— digo primero sin duda, pero me retracto al instante—No lo sé, por eso quiero verlo. Me ha mentido algunas veces sobre a dónde va.

—Supongo que lo dices porque la has seguido, cosa que me sigue pareciendo rara a pesar de que es parte de tu trabajo.

—Sí, ya sabes que no me siento orgulloso de eso ¿Me vas a llevar entonces?

—Claro, vamos. 

No pasamos más de dos cuadras cuando vemos el letrero de un internet. Adentro pedimos una de las tantas computadoras disponibles.

No tuve tiempo de ver todas las etiquetas de las medicinas, pero de algo me he de acordar.

Empiezo a teclear el primer nombre que recuerdo, cardizem, que es de hecho el único que alcancé a ver.

—¿Qué es eso?— me pregunta Murray apenas tecleo la palabra.

No le contesto porque me concentro en leer lo que aparece en la pantalla.

Put it all on me [Ed Sheeran] COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora