18. De la incomodidad al frío

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Me siento en el sillón de la sala de Darcey. Con una sensación de incomodidad horrible.

Sabía que Darcey también lo sentía porque su saludo al recibirme había sido corto y seco, sin la calidad que la caracteriza, además no me miraba a los ojos, se limitaba a moverse como un robot mientras servía el té.

Darcey me hizo llegar una carta momentos después de lo sucedido en el supermercado, pasado la cita para el día domingo porque tenía muchas cosas que decirme.

Froté mis manos contra la tela de mi pantalón para generar un poco de calor. La casa se sentía extrañamente fría. No había ni un sólo adorno navideño, y eso también era raro, aún más porque toda la cuadra está llena de ellos.
Después de dar varias vueltas por el cuarto, Darcey por fin se sienta en el sillón individual.

—Ed— empieza diciendo en un tono poco usual— No sabes lo avergonzada que estoy por lo que pasó ayer, no fue como yo creí que sería hablar con ella de nuevo, y me precipité. Al verla no pude contenerme, además estaba hablando de nosotros, de nuestras pasadas navidades...

—Darcey, no tienes que explicarme nada, yo entiendo...

—Es que me siento terrible, y seguro escuchaste lo que me dijo.

—Lo escuché, pero no me incumbe.

—El problema es que yo no sabía que ella sabía— ignora mis palabras y sigue hablando— Si lo hubiera sabido... Y si me hubiera dejado explicarle... ¿Te dijo algo después de que se fueron?

—No como tal, pero está muy enojada— admito, ya ni siquiera vale la pena decirle que no tiene que decirme nada porque de todos modos lo va a hacer.

Y es que verla tan pequeña e indefensa en el sillón me hace pensar que es aún más improbable que ella le haya sido infiel a su marido, pero es cierto, ella misma lo admitió. Su esposo no se ve como la persona más cariñosa, tal vez es infeliz.

—Fue de lo que mejor me dí cuenta. Ella es muy firme con sus valores e ideales, sé que va a ser difícil que me perdone. La perdí, definitivamente la perdí... Y todo es mi absoluta culpa— se suelta a llorar, y eso solamente hace que me sienta más incómodo.

He visto a muchas personas llorar estos últimos días, sólo falta que yo lloré también sobre mis desgracias.

—No es tu culpa en lo absoluto.

—¿Si no es mía entonces de quién es? Sé que no me creerá si le digo que fue solamente un error, un desliz del que me encantaría deshacerme. Pero de verdad no puedo creer que haya dejado la universidad por algo así ¿Acaso es en forma de venganza contra mí? Dejar absolutamente todo sin decir nada...

—Es que ella no dejó la universidad por eso— aclaro antes de que pueda seguir.

Me mira confundida.

—Ella me lo dijo... Dijo que no dejó la universidad por eso. Cuando llegó aquí fue que se enteró.

Mis palabras hacen ella se siente derecha en el sillón, deja de llorar repentinamente.

—Pero... ¿Cómo pudo escucharnos pelear? Hace mucho no tocamos ese tema.

Ha estado engañando a su esposo desde hace tiempo... O al menos es lo que me da a entender con su reacción y sus palabras.

—Ella me dijo...— prosigue— No entiendo nada— no completa su idea, y se queda mirando fijamente la chimenea.

—Rowan está aquí desde hace cinco meses, es mucho tiempo, pudo saberlo en ese intervalo.

—Tienes razón...

Se forma un silencio terrible que me aturde, quiero salir de aquí, no me siento bien al hablar sobre Rowan.

Put it all on me [Ed Sheeran] COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora