11. El mentor

28 6 0
                                    

Después de haber visto a Darcey, salí corriendo hacia otra dirección porque ví que el carro de papá estaba en frente, y sentí que en cualquier momento ambos saldrían.

Me sentía mal al dejar así a Darcey, pero ella quería estar sola, o por lo menos eso fue lo que me demostró cuando me sirvió la última taza de té, dijo que su esposo llegaría en cualquier momento y debía tener la comida lista o algo así.

Aún recordaba bien la dirección de mi maestro porque fui varias veces a qué me instruyera en la música. Puedo decir que desde el inicio fuí bastante bueno tocando instrumentos, pero cantar fue algo que me tomó tiempo, no lograba afinar con facilidad mi voz, y Gerard me ayudó mucho en ese aspecto, además de impulsarme a seguir mi sueño de ser cantante porque decía que veía muchísimo potencial en mi. Supongo que es algo que muchos maestros te dicen para que no te rindas y termines en otros caminos, pero algo me dice que él realmente tenía fé en mí.

Pasé la avenida, caminé a lo largo llegando a la zona escolar de esta colonia. Desde donde estaba podía ver mi escuela secundaria, me trajo rápidamente los recuerdos de mi adolescencia, mis amigos, y Rachel...

Decido cruzar la calle para llegar a la casa de Gerard, que quedaba muy cerca.
Todos los jardines se veían decaídos debido al frío, las flores empezaban a perder sus vibrantes colores y algunas casas ya tenían adornos navideños a pesar de que apenas estaba iniciando noviembre, el espíritu navideño se presenta muy rápido en casi todo Reino Unido.

Mantuve mis manos dentro de mis bolsillos y acomodé mi guitarra.
El dolor de cabeza se había vuelto tenue, pero no lo suficiente para pasar desapercibido. Eran muy pocas o nulas las veces que me enfermaba o me dolía algo, pero seguro se me pasa después.

Me paré enfrente de a la casa que yo conocía como la de mi primer profesor de música, Gerard. Seguía casi igual que cuando me fui, con la fachada blanca, el techo rojizo y el jardín adornado por el esponjoso pasto verde.
No estoy seguro de que siga viviendo en esta misma casa, yo dejé de frecuentarlo desde que me fuí. Ahora que lo pienso ¿No me vería mal si vengo a verlo solamente para pedirle un favor? Rayos, debí haber traído algún presente.

Pienso en darme la vuelta cuando un pequeño niño se asoma por la ventana y me mira, no sonríe, pero puedo ver qué le habla alguien que seguro está dentro de la casa.
Siento que el corazón se me acelera y me dan ganas de correr, pero no logro hacerlo cuando una señora con un mandil de flores y el cabello despeinado sale.

—¿Necesitas algo?— pregunta en un tono poco amigable.

—Eh... Yo...

—Mira, incómodas a mi hijo, y si eres algún maniático, entonces me veré obligada a llamar a la policía, y si eres de esas personas que ofrecen servicios absurdos como tocar instrumentos o dedicar serenatas— señala mi guitarra— Entonces te digo de antemano que nada de eso es requerido. Así que ¿Tengo que llamar a la policía?

Niego rápidamente con la cabeza, no quiero terminar el la cárcel por qué una señora agresiva cree que estoy causando disturbios.

—No quiero ningún problema...— digo en el tono más tranquilo que tengo— Estoy buscando a Gerard Smith, era mi profesor de música en el Thomas Hills, solía vivir aquí, pero creo que ya no es así...

—¿Para qué buscas a Gerard?— de repente se había puesto en una posición más relajada.

—Necesito hablar con él ¿Lo conoce usted?

—Es mi esposo ¿Quién eres? Él está muy ocupado, pero puedo decirle que estás aquí, de cualquier forma te diré si no puede o no quiere verte— seguía teniendo el ceño fruncido, pero parecía creer que yo era inofensivo.

Put it all on me [Ed Sheeran] COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora