10. La noticia y canciones en el jardín

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Era la primera vez que salía al jardín del departamento, ya no hallaba que hacer, aún no podía ir a ver a mi mamá por las cicatrices que seguían presentes en mi cara. E incluso si fueran de la mitad del tamaño de lo que son, mi mamá las seguiría notando.

Habían pasado algunos días, y la rutina era exactamente la misma, despertar, desayunar, hacer más canciones, y salir a darle la vuelta a la cuadra, y darle las clases de guitarra a Lizzy cuando le tocaban.

No he vuelto a hablar con Rowan, no la he visto desde hace cuatro días, creo que está en su departamento porque ayer escuché el golpe de un sartén en el suelo de su lado del edificio, estaba muy tentado a ir, pero sentía que me iba a gritar, o lanzarme el sartén, ya no sabía que esperar de ella. Por eso deje que las cosas se calmaran esta semana antes de volver a acercarme a ella. Debía darle razones a Darcey en algunas semanas, y no quería tener que decirle que su hija estaba teniendo una crisis emocional o algo parecido.

Dejé mi guitarra en el pasto, a lado del único árbol que había aquí.
Entré al pequeño lobby encontrándome a Coddie, haciendo, lo que yo supongo eran algunos registros. Me acerqué a él con sutileza. Desde hace varios días he querido llamarle a Murray, para saber qué noticias hay de las disqueras que quedaron de llamarme, no le he hablado desde hace como tres semanas, y quiero mantenerme al pendiente.

-Disculpa Coddie- hablé suavemente.

Cómo era de esperarse levantó la vista con evidente fastidio, dejó la pluma de lado y de mala manera dijo;

-¿Qué se te ofrece? Pelirrojo.

No me iba a poner a reclamarle que me hablara de manera tan déspota, ya me había acostumbrado un poco.

-¿Podrías prestarme el teléfono?

-¿Acaso no tienes celular?- cuestionó prepotente.

-No, no tengo, por algo te estoy pidiendo el teléfono- dije intentando no parecer irritado pero estaba seguro que se me notó por el modo en que me devolvió la mirada.

-Agárralo. Y para la próxima no me pidas permiso.

Volvió a lo suyo y yo tomé el teléfono fijo que estaba en la ventanilla del lobby. Marqué el teléfono de la casa de Murray, y al instante me contestó mi tía.

-¿Hola?- podía escuchar un poco de revuelo detrás de la voz de mi tía, seguro estaban mis otros primos.

-¿Tía Annie?

-¡Edward! ¡Querido! ¿Cómo estás? Hace bastante que no te comunicas con nosotros, desde que te fuiste hemos estado preocupados ¿Estás en casa de Imogen? Porque le hablé y pregunté por tí pero sólo me dijo que estabas bien- habló tan fervientemente que parecía que no respiraba entre palabras.

-Um... Perdón por no comunicarme antes tía, y no, no estoy en casa de mi mamá.

-¿Entonces en dónde estás? Creí que estarías con tus padres.

-Es una historia muy larga- decido acortar, porque si no, mi tía Annie me llenaría de preguntas, como suele hacerlo mi mamá, es una costumbre de madres, supongo- ¿Está por ahí Murray? Quiero preguntarle algo.

-Claro que sí cariño, te lo paso.

-Muchas gracias tía. Le mandas saludos a mi tío y a mis primos de mi parte.

-Claro hijo. ¡Murray, Ed te busca!- tuve que despegarme el teléfono por lo repentino de su grito, creo que hasta Coddie lo escuchó porque se alejó aún más.

-Ya era hora de que intentaras contactarme- se quejó mi primo y puse los ojos en blanco.

-No quería hablar precisamente contigo- digo a manera de broma- ¿Alguna disquera ha hablado?

Put it all on me [Ed Sheeran] COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora