14. De nuevo en el estudio

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Hoy sí estaba nevando.
En la mañana cuando miré por la ventana toda la banqueta estaba totalmente cubierta de blanca nieve y algunos copos aún caían del cielo. 

Había pasado la semana haciendo lo que acostumbraba, incluyendo limpiar y recoger el lugar, cosa que ya hacía falta. Además fui de compras, en el centro comercial encontré una maceta para trasplantar al bonsái de cerezo, fue una buena excusa para tocar la puerta de Rowan.
Ella y yo hemos estado hablando casi todos los días. Al principio se sentía impresionada de mi presencia tan constante, pero no parecía desagradarle que estuviera ahí. A veces estaba de buen humor, y cuando parecía decaída sabía que debía irme. Al menos ya no la había escuchado llorar últimamente, me preocupaba eso, porque según ella, Natt ya no era un problema, pero aún así parecía triste por algo, y yo todavía tenía la obligación de descubrir que era. Por lo pronto hoy tenía el presentimiento que sería un buen día.
Apenas ayer le había recordado a Rowan que prometió acompañarme al estudio con Gerard, y estoy muy emocionado, tanto que lo único que puedo tomar en la mañana es una taza de café frío porque cuando lo hice lo dejé a lado de la ventana y se me olvidó que estaba ahí, no me dió tiempo de hacer otro y así me lo tomé.

Estuve viendo por la mirilla cada cinco segundos para cerciorarme que Rowan estaba despierta, o por lo menos escuchar algo de ruido. Afortunadamente sí había señales de ella.
Tomé mi mochila, metí un montón de hojas sin fijarme bien en como las metía junto con una libreta y después guardé mi guitarra en su estuche.
En cosa de segundos ya estaba listo para salir. Agarré las llaves y después de cerrar la puerta del departamento, caminé a la de Rowan, toqué dos veces y ella no tardó en salir.
Llevaba un suéter blanco que hacía restar sus ojos, pero hacía lucir a su piel aún mas pálida, unos pantalones negros de mezclilla, el cabello agarrado en una coleta alta, y sin gota de maquillaje en el rostro.

—Buenos días— fue lo primero que dijo, una sonrisa se extendió por su rostro y yo no pude contener la mía.

—Buenos días ¿Estás lista?

—Eso creo ¿Vamos a tardar? No quiero que Kali de quedé sola mucho tiempo— eso es gracioso, hay días en que se va por al menos seis horas ¿Y ahora le preocupa la gata?

No debo juzgarla.

—No creo— la verdad es muy probable que nos tardemos mas de lo esperado, pero no quiero decírselo porque hay posibilidades de que me cancele al último momento. 

—Bien. Vamos entonces— dice y procede a cerrar la puerta principal.

Bajamos las escaleras. En el lobby está Coddie, que como costumbre nos mira con desprecio. 

—¿Siempre quisiste ser músico?— me pregunta una vez que estamos en la calle pero no me mira, está con la mirada hacia el cielo y eso provoca que un poco de nieve caiga en sus mejillas. 

—Digamos que sí. 

—¿Y cuál es la historia?— esta vez posa sus ojos sobre mí, pero yo no entiendo a qué se refiere.

—¿Historia?

—Sí, ya sabes, la mayoría de los artistas tienen una historia detrás de su carrera, hay muchos cantantes que salen adelante por su cuenta y otros que siempre tuvieron apoyo, unos eran rebeldes con sus familias para obtener lo que querían, ya sabes, tienen historias que los definen.

—Pero tu hablas de los cantantes que ya son famosos, yo no soy nada parecido a ellos. 

—Pero igual sigues teniendo una historia ¿No? ¿Cómo supiste que querías ser cantante?— al menos esa pregunta era más concreta. 

Caminamos a lo largo de la calle para ver si tenemos suerte y encontramos un taxi, sino, tendremos que ir hasta la avenida y tomar el autobús. 

—Bueno... Para empezar amo la música, es algo que siempre ha estado presente en mi familia siempre, desde niño me metieron en este mundo, mis padres solían poner discos de rap, R&B y también clásica, me llevaron a clases de música, aprendí varios instrumentos, a raíz de eso me di cuenta que no soy bueno en nada más que en la música— ella parece no creerme cuando digo eso por la manera en que arquea la ceja— Nunca me vi yendo a la universidad, ni teniendo una carrera, desde que supe que las personas podían ganar dinero cantando supe que quería hacer lo mismo, quería y quiero poder vivir con esto, claro que no es fácil conseguirlo, mis padres me lo advirtieron muchísimas veces, ellos sí eran partidarios de que fuese a una universidad, pero me negué, en vez de eso persistí, y me fui a Londres, estuve viviendo un tiempo allá— un tiempo muy largo de cuatro años— Hasta que el trabajo que me mantenía con los gastos se terminó, y mi búsqueda de una disquera no iba bien así que terminé de nuevo aquí. No sé si era la historia que esperabas escuchar, pero es la mía. 

Put it all on me [Ed Sheeran] COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora