Capitulo Diez

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El pasar los días solo me sentía más miserable, inútil y cansada de seguir viviendo lo mismo, hasta el momento de que llegó a mi puerta el arrendador y Kathe preocupada apareció tocándome la puerta para avisarme, sabía que eso pasaría tarde o temprano.

—¿Andrea, pero qué es lo que pasa? Explícame — dijo esta en modo de protesta hacia mi actitud, no le dije nada.

—Tendremos que mudarnos a otro lugar, me quedé sin trabajo y no tengo como pagar este lugar, no esta a mi alcance — contesté a su pregunta.

—¡¿Qué!? — exclamó en modo de sorpresa, me miró y negó.

—Pensé que estos días no habías ido porque estabas enferma ¿Qué pasó con tu jefe? ¿Te ha maltratado?

—No saques conclusiones apresuradas, espero comprendas la situación — negó — Deberías regresar con tu madre, yo...

Me miró molesta y se retiró de la habitación, me dejé caer en la cama, estaba estresada, triste y cansada. Me puse de pie, saqué las maletas y empecé a echar toda la ropa, sin embargo, me detuve y me cambié de ropa, dejé todo tirado y Salí del departamento, me dirigí al edificio de donde trabaja mi jefe y subí a su oficina, toqué la puerta y enseguida escuché su voz.

—Adelante — tras su orden de pasar adelante, entre y cerré, levantó la mirada y enseguida así mismo lo hizo y se puso de pie.

—¿Andrea? ¿No estabas enferma, por qué? — no lo dejé terminar la oración.

—¿Enferma? ¿Quién le dijo que estaba enferma? — pregunté tajante.

—Bueno, eso...

—¿Por casualidad fue la señora Stephany? Su novia — me quedó mirando y rodeo la mesa enseguida acercándose.

—Bueno, sí fue ella, dijo que no vendrías por unos días por que estabas enferma y por eso...

—Me temo que si no hubiera venido hoy no hubiera venido nunca — contesté yendo hacia ventana.

—¿Qué quiere decir?

—Su novia me pidió que no viniera más, que estaba despedida y se lo diría a usted después ella — tomó mi brazo con brusquedad y me miró.

—¿Qué? — contestó con sorpresa, entonces lo miré y enfrente su mirada dudosa.

—No me cree ¿Verdad? — respondí — Vendré por la carta de despedida o me la hace llegar por correo, hasta luego, señor Smith — dicho eso me solté de su agarre, lo empujé y me apresuré a salir de la oficina.

—Andrea... — Salí de la oficina y cerré la puerta, sabía que ponía por delante a su mujer antes que, a una empleada, y no me creería. Me dirigí al ascensor, al entrar en este, algunas lágrimas empezaron a derramar bajando por mis mejillas dejando el rastro húmedo. El ascensor se abrió al llegar al piso principal, miré el rostro que menos quería volver a ver, traía una sonrisa, al mirarme se le borró, quitó sus lentes oscuros y arqueo una ceja.

—¿Viniste a humillarte o a despedirte de mi novio? — preguntó con una sonrisa de medio lado, la iba ignorar y pasar por su lado, sin embargo, extendió su mano y no me dejo hacerlo.

—¿Qué quiere?

—No es forma de dirigirte a una persona mayor que tú de esa forma — argumento, la mire con molestia y se colocó frente a mí.

—¿Señora Stephany? — dije.

—No, niña, para ti, señora Smith, deberías saber que ese será mi apellido pronto cuando me case con tu exjefe — contestó, miré a una chica a su lado, que supongo que es su sirvienta o algo relacionado, le pidió el café que esta sostenía en sus manos y me lo tiró encima después.

Eres Una Niña (Mi Versión) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora