Capítulo 8: Una velada inolvidable...

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Los gemelos reían a más no poder con todos los regalos que había en el auto... ver sus golosinas junto con las otras cajas era señal de un verdadero festín. Kun miró a Zhan y preguntó.- Seguirás la tradición de la familia?

-Qué tradición?... Eso no lo sabía...

El niño se separó de la ventanilla y caminó muy seguro hasta su amigo.- Bueno... al día siguiente de navidad... solo comemos y vemos televisión... no hacemos otra cosa...

Ming le hizo segunda.- Ni siquiera nos bañamos y andamos en pijama todo el día...

Yibo se sonrojó.- Niños... Zhan solo vendrá a cenar con nosotros... no sabemos qué planes tiene...

Zhan miró a Yibo y le hizo una seña.- Vas a empezar de nuevo?... Ya lo habíamos hablado...

-Lo sé... es solo que no me gustaría que te sientas presionado... si vienes solo a cenar está bien...

-Y si decido quedarme y cumplir la tradición?

Yibo empezó a reírse.- Estás hablando en serio?

-Claro... además... una invitación es una invitación... así que deja de preocuparte... lo único que deberíamos hacer es ir por Charlie... no creo que deba quedarse solo en la cabaña...

Kun dio saltitos de emoción.- Vamos por Charlie... hace mucho que no jugamos con él...

Ming.- Hay que traer sus croquetas... solo come eso...

Zhan.- Oh si... tu tío me dejó instrucciones precisas... no podemos darle otra cosa...

Los niños abrazaron a Zhan, era como si se les hubiera cumplido un gran sueño... al menos esa navidad no la pasarían ellos tres solos... su nuevo amigo era alguien muy especial y no estaban dispuestos a dejarlo ir tan fácilmente. Se organizaron para cambiar a los niños, pasar los obsequios y las bolsas a la camioneta de Yibo, luego partieron a la cabaña. En cuanto llegaron, Zhan metió el auto a la cochera, Yibo y los niños entraron a la casa para guardar la camita de Charlie, sus tazones los tapetes absorbentes para que hiciera del baño y el paquete de croquetas... al poco rato, Zhan bajó con su mochila en la que había guardado ropa adicional.

-Ya estoy listo... ustedes?

Yibo.-Creo que ya tenemos todo... mira...-dijo mostrándole la bolsa.

-Si... parece que no falta nada...- luego miró al perro y dijo.- anda enano... deja ponerte la correa...

El perro lo siguió obedientemente y se dejó poner el chaleco para el frío junto con su correa. Después de eso, salieron de la cabaña no sin antes dar una revisión para que todo estuviera en orden. Cuando tomaron la estrecha carretera al pueblo, los gemelos no paraban de hablar mientras jugaban con Charlie.

Yibo miró de reojo a Zhan y susurró.- De verdad no te molesta nada de esto?

Zhan lo miró sorprendido.- Sigues con lo mismo?... De verdad no te entiendo...

-Me siento un poco apenado contigo...

-No deberías... es lo que platicábamos cuando estábamos en la escuela... los gemelos son adorables y pues si te soy sincero... no tenía nada pensado para hoy... solo iba a preparar una pasta y ver televisión...

-Así que no estamos arruinando nada de tus planes...

Zhan soltó una carcajada.- Cuáles planes?... Yibo... no quiero que te sientas así... ya te lo dije, tú también eres muy adorable y créeme... me he sentido muy a gusto contigo y con los niños... se veían muy tiernos en su número musical... tú lloraste...

-Te juro que trato de no hacerlo... pero verlos ahí llenos de alegría me llena de emoción...

-Creo que es normal... tienen mucho ángel estos niños...

Solo dos semanasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora