Pequeño vientre

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No era para nada difícil haber asesinado a esos demonios de rango bajo, eran tan estúpidos que no sabían que al Rey Demonio nada se le puede ocultar, eran tan sencillos que bajaron tanto la guarda para luego darse cuenta que sus cabezas estaban separadas de su cuerpo.

Luo Binghe había visto los recuerdos de su maestro, ardía de furia al ver cómo le decían esas cosas, pero lo que estalló fue que patearon aquel pequeño vientre. Sus ojos se abrieron, su rostro se volvió algo sombrío y aquellos ojos rubís brillaban con tanta intensidad.

Se levantó de aquel trono, las fuertes pisadas resonaban por todo el salón principal, caminando alrededor de todos esos sirvientes, para luego detenerse.

Luo Binghe había levantado del cuello a un demonio, apretando cada segundo más su agarre haciendo que aquel demonio tosiera por la falta de aire.

-Qué fue lo que dijiste- dijo Luo Binghe

- N-No lo entiendo señor- respondió aquel demonio mientras se retorcía como un gusano.

- QUE FUE LO QUE LE DIJISTE A MI MAESTRO- Binghe estaba completamente furioso.

- N-No le dije nada...no recuerdo haberle dicho algo- respondió aquel demonio de bajo rango.

- Oh, no lo recuerdas? Uhm... déjame refrescarte la memoria "Solo eres una puta más, naciste para ser follado y ahora solo sirves para dar hijos" Eso fue lo que dijiste o me equivoco?-

- Y-Yo...! ¡ES VERDAD! SOLO ES UNA PUTA MÁS, SOLO ES UNA PUTA QUE SE HACE LA DIFÍCIL, ME LA PUDE HABER COGIDO SINO FUERA POR ESA PERRA QUE SE DEFEND... -

 Aquel demonio de bajo rango no pudo terminar de hablar. Unas cabezas cayeron al suelo en un pestañeo, se podía notar el horror en los rostros de todos los sirvientes inocentes ahí.

- ¡¿Creían que no me iba a enterar?!-habló Luo Binghe -NADIE PUEDE HABLAR MAL DE MI MAESTRO, DESDE AHORA LO DIGO, NADIE PUEDE IR A LA HABITACIÓN DE ESA ESCORIA- gritó.

Todos los sirvientes solo asintieron para luego seguir con sus respectivos trabajos, con la cabeza baja y en silencio todos salieron de aquel salón.

Shen Jiu estaba descansando un poco más, después de todo el sol recién salía. Este estaba pensando que era lo que había pasado y como esa bestia fue tan estúpido para dejar caer una bandeja de comida. Sus pensamientos fueron interrumpidos al escuchar el fuerte azote hacia la puerta que acababa de abrirse, este miró a la persona que había entrado, pero rápidamente fue sujetado de su cabello levantándolo de aquella esquina.

-No pensé que fueras una puta fácil para que te dejaras tocar- habló Luo Binghe, sus ojos ardían de furia, sujetando fuertemente el cabello de su maestro.

- ¡Pero que mierda...!- dijo Shen Jiu, las manos de este se posaban en sus prendas largas, sujetando con fuerza por el dolor.

¡PAF! Fue lo único que se escuchó en aquella habitación, dejando en silencio todo. Luo Binghe soltó aquel cabello de su maestro para así lanzarlo  hacia la pared.

Aquel maestro que tenia una piel muy blanca y con muchos moretones, ahora se le volvía a remarcar un nuevo golpe en su mejilla, opacando el otro golpe en esa misma zona que había recibido tiempo atrás.

- Debí de haberte golpeado más, para que aprendas a comportarte, maldita puta. – Luo Binghe después de decir estas palabras solo se retiró de la habitación, esperando que su ira se calme.

Shen Jiu solo rodó los ojos ¿Por qué tenía que esperar algo de esa bestia? Debió de haberlo matado cuando pudo.

Algunos días pasaron, Shen Jiu estaba sobreviviendo con su poca energía que tenía, si fuera el caso de un ser humano corriente este ya hubiera muerto por la falta de comida y el intenso dolor en su cuerpo. 

Aquella puerta se abrió de repente, este volteó rápidamente a ver quien era esa persona, sus ojos se encontraron con los de su ex discípula, para luego bajar a ver lo que esta tenia en las manos, "era un tazón de ¿sopa?" Pensó shen jiu.

Al parecer aquella discípula estaba sorprendida en ver a su shizun de vuelta, pero al bajar un poco la mirada vio algo raro en sus pendas, en la parte de su abdomen ahora sobresalía un pequeño bulto, esto era algo raro su shizun "¿Cómo engordó un poco? "Se preguntó Ning Yingying, pero rápidamente sus pensamientos se detuvieron.

Los ojos de esta se abrieron de sorpresa al darse cuenta que su shizun sigue delgado y lo único que sobresale de ese cuerpo es su pequeño vientre. 

La única primavera brillanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora