Comida

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– Por favor...no llores...quédate tranquilo...mamá te dará una recompensa más tarde... – dijo Shen Jiu.

Aquel maestro angustiado dejó al bebé dentro del armario de bambú, sin antes tapar ambos oídos con su suave palma. Un pequeño resplandor salió de este, haciendo que el pequeño niño se calmara mirando por última vez a su madre.

***

Shen Jiu estaba tomando una ducha después de haber puesto a su bebé dormir. Este sentía asco con su cuerpo, esa sensación de suciedad que se quedaría para siempre marcado en su cuerpo lo hacía llorar, llegando hasta recordar toda la horrenda vida que sufrió en el pasado, aquellos recuerdos de su niñez volvían a su mente cuando este tallaba con fuerza su cuerpo intentando eliminar aquella sensación, frustrándose demasiado. Agua caía bruscamente hacia el suelo, empapando todo a su paso.

La ira se había apoderado de él por unos segundos que no había notado el llanto de su bebé.

Aquel maestro terminó de bañarse lo más rápido posible, se puso su túnica y salió del baño. Este se dirigió hacia la gran manta de sabanas como cuna, sus manos tomaron aquel bulto grandecito cargándolo para luego acunarlo en sus suaves brazos. 

– Esta bien...Esta bien...Mamá está aquí...– dijo. La suave voz y el olor de su madre calmó al bebé. Este observó a su madre por unos instantes para luego dedicarle una brillante sonrisa.

Los dos volvieron y se acostaron en aquella cama. El primero a descansar y el otro tomando su cena del día.

Shen Jiu estaba tarareando una hermosa melodía para que su bebé descansara. Este observaba a su bebé mientras dormía y una sensación cálida llenó su pecho haciéndolo sonreír levemente.

***

Empezó la rutina diaria, Shen Jiu debía ser demasiado rápido para esconder a su bebé, a veces no tenía tiempo en alimentarlo temprano, pero lo recompensaba más tarde, dejándolo a este beber todo hasta saciar su hambre.

Pero todo lo fácil comenzaba a complicarse demasiado. Su pequeño bebé iba creciendo y los lugares para esconderlo eran muy pocos, las palabras de siempre eran muy tontas.

Su poco poder guardado se iba acabando haciendo que este no tuviera opción y dejara que su bebé escuchara todo lo que pasara, rezando para que su bebé no llore en esos momentos o sino tendría un trágico final.

– Shhhh...Shhhh...Solo por esta vez, no llores, esté tranquilo como los días anteriores y mamá te dará la recompensa de siempre – dijo Shen Jiu, que al observar como su bebé solo lo observaba este asintió, cerrando las puerta de aquel armario de bambú rápidamente.

En aquella puerta de la habitación entraba Luo Binghe, su traje lleno de oro y de incontables joyas deslumbraban en la habitación.

Sus lentas pisadas y resonantes sonidos que se escuchaban al compás del ritmo de sus joyas, era lo único que se escuchaba en la habitación.

– Shizuun– dijo Luo Binghe.

Aquella voz de siempre molestaba a Shen Jiu, aquel ex discípulo que finja ese porte inocente, pero realmente era el ser más asqueroso del mundo que lo llamaba con una voz dulce para al final violarlo.

–Púdrete. – Contestó Shen Jiu, este estaba conteniendo su ira.

–Está bien– Fue lo único que se escuchó, algo que hizo que Shen Jiu se aturdiese y que su ira bajara.

– ¿Que?– dijo Shen jiu, este miraba fijamente a Luo Binghe.

– Si Shizun no quiere hacerlo hoy entonces no lo obligaré– habló Luo Binghe, este movió sus hombros. 

Shen Jiu, tan solo lo observó y se alejó un poco, llegando algo cerca del armario, este dijo –Este maestro entiende, puedes retírate entonces–

–JAJAJAJAJAJA–resonó por toda la habitación aquella escandalosa risa.

–No me hagas reír shizun, ¿realmente pensaste que me iba sin antes probar el cuerpo de mi maestro? –dijo Luo Binghe, este se acercó de una forma veloz hacia su maestro.

– Eres un hijo de put...!!!–

Las muñecas de Shen Jiu fueron sujetadas y puestas hacia atrás haciendo que este se golpeara fuertemente su rostro en las puertas del armario, sus muñecas eras sujetadas fuertemente haciendo que este pudiera escuchar como sus huesos lentamente se quebraban.

– ¡Así no le hables a tu amo, pequeña perra!–dijo Luo Binghe– ¡Ven y abre tus piernas para mí rápidamente! –

Shen Jiu bajó un poco la mirada observando cuidadosamente aquel armario, para luego observar a Luo Binghe. Sus dientes mordieron un poco sus labios, la decisión que iba a tomar lo mataba lentamente, pero no podía hacer nada, probablemente en cualquier momento su bebé llore.

Por ahora Luo Binghe no sospechaba nada, tal vez este pensaba que había matado a mi bebé cuando nació, pero si esto no es así, y él sabe de la existencia de mi bebé entonces solo está jugando conmigo, divirtiéndose y esperando la oportunidad para atraparme... , pensó Shen Jiu.

...

– Perdón, perdón...mamá esta vez no pudo completar su promesa...– dijo Shen Jiu.

Este estaba acostado en su cama, su cuerpo lleno de golpes y sangre. Este acunaba en sus brazos a su bebé, llenándolo de un calor cálido.

El Bebé se apagaba más al pezón de su madre intentando succionar la leche en un pezón. – Ya te he dicho que no hay comida...por favor...entiende...– dijo Shen Jiu. El bebé se fue al otro pezón a intentar comer, pero de igual forma estaba vacío.

Shen Jiu maldecía a Luo Binghe en todos los idiomas posibles, ese asqueroso ser se había tomado toda la leche del día, dejando con hambre a su bebé. 

Este se preguntaba como un ser humano puede tomar tanta leche en un día hasta acabarse toda, bueno Luo Binghe es un demonio que se debía de esperar de esas horrendas cosas, pensó Shen Jiu.

La única primavera brillanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora