Habia pasado un tiempo. Shen Jiu se había costumbrado un poco que su discípula lo visitaba un par de veces.
– Shizun, Hoy le traje unos cuantos bocadillos para usted – la discípula dejó un pequeño saco en la mesa y se sentó en aquella silla sobrante.
–¿Qué son? – dijo Shen Jiu, este no perdía la forma elegante en la que tomaba su té.
– Son unas galletas que preparé, usted puede comerlas cuando quiera– dijo aquella discípula sonriente.
– Hmm – respondió Shen Jiu.
Aquel maestro estaba realmente hermoso, su piel tenía más vida, sus labios estaban tan carnosos y sus caderas crecieron un poco más igual que su vientre, era igual como si una jovencita acabara de florecer. Los dos estaban sentados a lado de la ventana que lo único que los separaba era una pequeña mesa.
– Y como le decía Shizun, usted ya debe de cuidar muy bien de su vientre, recién lleva 5 meses – dijo mientras miraba tiernamente aquel vientre grande – sabe que nombre le va a poner a su bebé? – dijo Ning Yingying algo curiosa.
– No me interesa – respondió Shen Jiu mientras mordía tranquilamente una galleta.
– Shizun no sea así...Hmm...– la discípula estaba pensando hasta que gritó – ¡redondo! ... digo ¡Yuan! – dijo la jovencita mientras mostraba una radiante sonrisa.
Shen Jiu solo observó a su discípula, este no tenía planeado ponerle un nombre al bebé, de todas formas, lo iba a matar cuando este diera su primer llanto al nacer.
– Shizun, ¿No le gustó el nombre...Acaso usted ya tenía uno? – dijo la discípula mientras bajaba tristemente la cabeza.
–Tenemos mucho tiempo en pensar un nombre – contestó aquel maestro mientras le daba un sorbo a su té – Que nueva noticia me traes–
– Hmm A-Luo ya terminó su trabajo– habló la discípula mientra miraba a su maestro.
– ¡¿Que?!– Shen Jiu dejó de tomar el té.
– No te preocupes Shizun le eh dicho que ya no te golpeara y que te deje tranquilo – dijo aquella discípula mientras sonría levemente con el logro que había hecho.
– Donde estaba cuando lo viste– habló Shen Jiu algo sorprendido.
– Fue hace un rato, cuando fui a visitarlo a usted Shizun– respondió la discípula algo dudosa.
Shen Jiu se levantó de su asiento golpeando fuertemente la mesa con sus palmas – ¡Mierda! – gritó. Este sabía que Luo Binghe no es tan tonto para no percatarse que su esposa actuaba sospechosamente. Aquel maestro deseaba que por una vez en la vida su discípula fuera más inteligente y se diera cuenta del peligro con el que ella estaba viviendo.
Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando una mano agarraba fuertemente de los cabellos de Shen Jiu, este volteó a ver quien era, las cejas de este se fruncieron al ver que era otra vez esa bestia.
– ¡A-Luo! ¡Para por favor! – Ning Yingying saltó de su silla para ayudar a su maestro.
– Sal de la habitación– sonó aquella voz escalofriante en toda la habitación.
– ¡A-Luo! – Ning Yingying quería protestar, pero fue interrumpida por su esposo.
– ¡LÁRGATE DE LA HABITACIÓN! – Esta vez aquel grito hizo que toda la habitación quedara en silencio.
La jovencita salió con la cabeza baja sin antes darle una ultima mirada de tristesa a su maestro para luego marcharse.
Cuando esta se fue Luo Binghe soltó el cabello de su maestro haciendo que este se golpeara con el duro piso.
– ¡QUE MIERDA INTENTAS METERLE EN LA CABEZA A MI ESPOSA! ¡¿QUIERES UTILIZARLA PARA QUE TE AYUDE A ESCAPAR?! – Aquellos gritos resonaban en toda la habitación.
– ¡¿PENSASTE QUE NO ME IBA A ENTERAR?! – habló furioso Luo Binghe – ¡QUE MI QUERIDA ESPOSA ESTUVO SIENDO UTILIZADA POR TI, HACIENDO QUE ELLA TE LLEVARA COMIDA PARA QUE NO PUEDAS MORIR! –
Shen Jiu solo intentaba ignorar los gritos eh intentaba levantarse del suelo, el gran dolor que sentía en su vientre era insoportable, pero sus piernas no ayudaban mucho. El dolor del jalón de cabello que había desaparecido por unos minutos volvió a mostrarse ahora al ser arrastrado por toda la habitación llegando hacia el baño, el agua helada cubrió todo su rostro ahora al estar siendo ahogado.
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La única primavera brillante
Fiksi PenggemarUna vida completamente mierda, lo cobró...y pagó por eso. ¿Una felicidad? Tal vez... La única luz asomándose por la rendija; un comienzo de la tortura y un insignificante niño queriendo proteger a su madre de aquel monstruo. ...