Pequeños pasos

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Resonaban carcajadas por toda la habitación. Aquellos demonios solo reían al observar como aquel maestro estaba en suelo mientras era penetrado varias veces sin parar.

Unos de los demonio se acercó hacia aquel maestro, justo al lado de su rostro y dijo: "–Abre la boca, te daré de comer–" Unas carcajadas salían de los demás demonios mientras observaban esto. Aquel asqueroso demonio frotó su miembro en los labios de aquel maestro, obligándolo a abrirlos.

"–Creo que cabe uno más en tu lindo agujero–"habló otro demonio. Los demás demonio comenzaron a reunirse en la escena, observando burlescamente aquella violación.

Shen Jiu estaba horrorizado por lo que estaba pasando, recordaba vívidamente todo lo que le había pasado en su niñez. Recordando a su pequeño él, llorando, suplicando que se detuvieran.

 Juraba una y mil veces que ya no pelearía con los guardias en escapar. "¡Por favor, por favor!! ¡Para...! ¡¡Me duele...!!! ¡Para... ¡Por favor! ¡Qi-ge! ¡Qi-ge Ayúdame!! ¡Qi-ge, por favor...! ¡Diles que se detengan...! ¡Prometiste venir! ¡LO PROMETISTES! Qi-ge...yo...yo te odio."

Shen Jiu salió de aquel trance, observó lo que le estaban haciendo a su cuerpo, este se llenó de ira; mordiendo con todas sus fuerzas aquel miembro asqueroso dentro de su boca, casi arrancándolo al instante.

Aquella bestia cayó al suelo completamente chillando de dolor. Aquel maestro pateó fuertemente al demonio que lo seguía penetrando con velocidad, pero su pierna fue detenida antes de llegar hacia aquel demonio.

"–Pequeña basura ¡¿Qué crees que haces?!–" dijo un demonio de ahí. Este estaba completamente enojado al ver como aquel humano llegó a lastimar a su amigo. Este jaló fuertemente el cabello de aquel humano, levantándolo. Para luego abofetearlo, su fuerte golpe lanzó aquel maestro al suelo de nuevo.

Todos de ahí habían quedado en silencio y se habían alejado de la escena. El demonio que había sido mordido fue el primero en acercarse para patear fuertemente el rostro de aquel maestro, haciendo que aquel maestro volviera a caer al suelo. Luego todos los demonios se acercaron a golpear a aquel humano, sin parar, como venganza por haber lastimado a uno de su raza.

Había pasado un buen rato que los demonio se habían desquitado con el humano, comenzaron a marcharse uno por uno, hasta que solo quedó aquel demonio que había sido mordido. Este observó al humano y dijo: "– Ya no estas siendo protegido por nuestro rey, ahora eres más como un pequeño trapo para nosotros, ¡pequeña puta! –" aquel demonio pateó fuertemente el vientre del humano, mientras echaba unas carcajadas y por ultimo salir de aquella habitación, cerrando aquella puerta de bronce a sus espaldas.

Shen Jiu seguía acostado, este con mucha fuerza intentó acomodarse. Se sentó en la esquina de la habitación, este con brusquedad se secó las lágrimas que caían por sus mejillas.

"– ¡Malditos bastardo! ¡Les juro que los mataré a cada uno de ustedes, cada uno de esa maldita raza asquerosa! –"Este apretó fuertemente su túnica superior, mientras se lo acomodaba. Odiaba la sensación del semen que caía por sus piernas. Ya tenía suficiente con esa asquerosa bestia y ahora tenía que soportar a unas basuras asquerosas. 

La ira se había apoderado de él por unos instantes, pero no pudo hacer más que solo golpear fuertemente el suelo con su puño, haciendo que aparecieran nuevas heridas. Shen Jiu volteó al ver a su niño, este estaba justo a su lado, sentado en aquel suelo. Este observó como las lágrimas del pequeño caían por sus mejillas.

Shen Jiu lo observó fijamente y dijo: "– ¡Tú! Cuando esto pase, tan solo ignóralo, no veas, no escuches nada de lo que digan o yo diga en esos momentos–"dijo. Pero al no escuchar una respuesta volvió a hablar"–¡¿Me escuchaste?!–"

Aquel niño, aun teniendo la cabeza baja, observó a su madre y asintió temerosamente.

La sangre de Shen Jiu hervía de la ira, este maldecía en sus pensamientos, esa maldita bestia no se cansaba de joder más su vida de lo que ya estaba; no le bastó en dejarlo preñado como una maldita puta, ahora sino seria incluso violado por esas asquerosidades.

Se sentía sucio, no podía ni siquiera lavarse y su estúpido tobillo seguía mal, no se recuperaba rápido, porque ahora tenía que esperar como el de un ser humano común.

Y aún peor, lo que lo enojaba más era que en ese momento pidió ayuda a ese mentiroso.

Había pasado días y no habían sido para nada agradables o tranquilos. Aunque con más calma tratara Shen Jiu en estos temas aún le dolía, tener que soportar lo que le hacían de niño era un infierno y una completa tortura.

La frustración se apoderaba de él, al no poder hacer nada, era alguien inservible sin poder alguno, cuidando de la vida de un niño.

Este estaba cansado, sus ojos se cerraban mientras observaba poco a poco como su niño comenzaba a gatear hacia él. 

El tiempo transcurría y cada vez era más duro, su cuerpo dolía siempre y comenzaba hacer extraño si es que el dolor comenzaba a disminuir. 

Después de una dura mañana, este estaba acurrucado en la misma esquina de la habitación, observando el vacío. Sus ojos no mostraban brillo alguno; su cuerpo estaba completamente sucio y lleno de heridas. Todo estaba en silencio hasta que comenzó a escuchar algunos pequeños ruiditos.

Este volteó rápidamente hacia aquella dirección y pudo observar a su pequeño niño intentando ponerse de pie. 

Yuan se apoyaba con sus pequeñas manitas en el suelo mientras que intentaba levantar su cuerpo inferior, para luego levantar el exterior. 

Shen Jiu miraba sorprendido de aquella escena. El pequeño Yuan pudo estar de pie, este observó a su madre y comenzó a dar pequeñas carcajadas de alegría, este quiso ir con su madre, pero lamentablemente al dar un paso cayó de cara al suelo.

Shen Jiu intentó levantarse para ir por su ayuda pero otra vez quedó algo sorprendido, su pequeño Yuan se había vuelto a levantar para luego comenzar a caminar hacia él, tambaleándose en el proceso y con pasos dudosos. 

La única primavera brillanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora