•Capitulo 03•

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Segundo trimestre y Lisa sentía que aún estaban a principios de año, el tiempo realmente transcurría rápido.

Hoy se dirigía a la biblioteca escolar para su habitual sesión de estudios.

De primeras, ese era su objetivo, pero después de unos días, se percató de que cierta joven castaña también asistía para estudiar esas tardes.

El primer día que la vio, casi decide salir corriendo de la biblioteca.

Jennie se encontraba con un libro de Literatura entre sus manos, completamente concentrada en sus estudios.

Desde entonces, Lisa siempre dedicaba los primeros diez minutos en mirarla un rato, y no entendía el por qué. Sabía que era una persona horrible y que la odiaba, pero había algo en ella que le causaba curiosidad.

Al llegar, se encontró a Jennie en la misma mesa de siempre. Llevaba el cabello recogido en un moño y algunos mechones le caían por el rostro. De vez en cuando mordía la punta de su bolígrafo o sacaba la lengua mientras pensaba.

Lisa pasó más tiempo de lo normal mirándola, hasta que por fin se obligó a concentrarse en su libro.

Mañana tendría un examen de caligrafía coreana y esa era su peor materia, simplemente no conseguía entender el idioma correctamente.

Cuando se cansó de leer cosas que no acababa de entender, abrió su cuaderno de dibujo y empezó a garabatear sin mucha inspiración.

Normalmente conseguía dibujar a la perfección escenas manga, pero esta vez prefirió hacer una figura.

Duró casi media hora así, hasta que sintió alguien tras ella. Volteó asustada y se encontró con Jennie observando su dibujo.

-¿Qué haces aquí? -preguntó al ver que la castaña no quitaba ojo de su dibujo, sin ninguna vergüenza. Intentó cubrirlo con los brazos, odiaba que vieran sus dibujos.

No se le daba mal, pero lo consideraba algo muy personal.

-Dibujas bien. -dijo Jennie moviendo la cabeza para intentar seguir viendo el dibujo- ¿Quién es?

Cuando le preguntó aquello, Lisa sintió como el estómago le caía. Alzó los brazos ligeramente y vio plasmado en el papel el rostro que acababa de dibujar, eran unos ojos brillantes y felinos, sus cejas eran finas y estaban ligeramente alzadas. Había empezado a dibujar el cabello y aunque no estaba acabado, se veía claramente recogido y con algunos mechones despeinados.

Apretó los puños, enfadada con ella misma por haber sido tan obvia.

Eran los ojos de Jennie.

-No es nadie, me lo he inventado -mintió intentando no parecer nerviosa.

Jennie se acercó más a ella, ahora mirando el cuaderno de ingles.

-Eres mala escribiendo. -dijo señalando las actividades.

Ya le parecía extraño a Lisa que Jennie la hubiera halagado en dibujo y no se hubiera burlado. La tailandesa abrió la boca para responder pero Jennie se adelantó.

Esta frase está desordenada y aquí falta un 에프 dijo mientras cogía una goma- ¿Puedo?

Lisa asintió, un poco sorprendida. La castaña borró los dos errores y los corrigió con un lápiz. Su letra era preciosa y tenía unas manos muy pequeñas y delicadas.

Lisa la miró de nuevo, no estaba acostumbrada a que Jennie estuviera cerca de ella sin unas malas palabras o una sonrisa burlona.

-¿Por qué me has ayudado? -preguntó.

-Me daba lástima las caras que hacías al no entender nada. -Confesó encogiéndose de hombros.

-¿Me miras mientras estudio? -le preguntó burlonamente.

De inmediato la castaña abrió mucho los ojos y apretó los puños, Lisa sabía lo que aquello significaba.

-Ni hablar. Solo quería mirar por que... -Por un momento pareció dudar-.No entendía porque tus amigas y tú siempre suspenden. Ahora me ha quedado claro, son bien tontas.

Ahora fue Lisa quien apretó los puños, odiaba que insultaran a sus amigas.

-Puede que no seamos las mejores en los estudios pero por lo menos sabemos comportarnos y no somos unas zorras con los demás. -alzó la voz y por un momento la castaña retrocedió.

Habían terminado muy cerca de la otra.

-No es nuestra culpa que sean un blanco fácil. De todos modos yo nunca hago nada. -dijo mientras daba media vuelta.

-Eres la cosa más odiosa y mimada del mundo. -gritó a sus espaldas, Jennie se limitó a fulminarla con la mirada, antes de recoger sus cosas y salir de la biblioteca.

Lisa suspiró frustrada, dejándose caer en la silla. Lo peor era... Aquel maldito dibujo!

No tenía ni idea de lo que había pensado al dibujarlo pero se odiaba por haberlo hecho. Arrugó el papel y lo lanzó a la basura.

Definitivamente, Jennie era una niñita estúpida y mimada, al igual que todas sus amigas.

Rivales-JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora