•Capitulo 36•

3.8K 323 23
                                    


-Jurámelo -dijo por cuarta vez Rosé, mientras los cuatro iban de camino al colegio en el auto de Yuto.

Después de la visita de Jennie, sus padres habían decidido que la rubia ya podía asistir a la escuela. Pero la tailandesa no era tonta, sabía que sus padres lo habían hecho porque querían que pasara el día con la castaña.

Su mamá ya le había dicho que aprobaba a Jennie, cosa que había hecho enrojecer a Lisa, aun más cuando pasaron toda la cena hablando sobre el buen gusto de su hija y sobre como Jennie Kim era un encanto. Pero en estos momentos les estaba contando a sus amigas sobre la inesperada visita de la ojos chocolate a su casa y del beso inesperado que habían compartido en la puerta.

-Lo juro, Rosé. Ella vino con sus propias piernas a mi casa -aseguró, todavía sonriendo.

-¿Y se besaron? -preguntó Sana, feliz por su amiga.
-¿Pero fue un beso normal o intenso? -preguntó Hani, haciendo que sus tres amigas la miraran como una pervertida-. Vale, vale, solo preguntaba.

-Ella misma fue la que me pidió el beso -respondió orgullosa y casi se echó a reír al ver el rostro escandalizado de Rosé.
-Dios mío, esto no es normal -dijo la coreana, aún con las manos en el volante, sus ojos estaban muy abiertos-. Ahora las dos perras más imbéciles de todo el instituto se han convertido en unas cursilonas. ¡¿Qué será lo siguiente? ! ¿Hani sin follar una semana?

Sus dos amigas estallaron a carcajadas, aunque Hani aún parecía un poco seria.

-¿No está bien tu vida sexual? -dijo Sana, con pena fingida-. Vamos, cada semana estabas con una animadora distinta.
-Es verdad, hasta lograste hacerte con aquella que querías... ummm... -Lisa no lograba recordar su nombre.

-Jeonghwa -suspiró Hani, con la mirada pegada a la ventanilla-. Ella se cansó de mi, simplemente dice que no le apetece ser el objeto de nadie.

Las tres amigas se miraron, confusas. Hani no era el tipo de chica que se ponía triste por una chica, era ella la que siempre había presumido de hacerlas llorar.

-¿Y... no has probado en buscar algo serio con ella? -preguntó Sana.

-¿Bromeas? Amo esta soltera -afirmó con una sonrisa, aunque en su mirada había un brillo triste-. Yo no sirvo para eso de las relaciones y ella... agh, cambiemos de tema -resopló, un poco molesta.

Todas empezaron a hablar de las clases, pero Hani no abrió la boca en lo que quedaba de viaje.

-Caminar desde la escuela hasta tu casa, eso es lo que hace el amor -suspiró Rosé, mientras avanzaban hacia clase de Historia con Sana y Lisa que la miró extrañada.

-¿Amor? ¿Jennie por mi? Ni en años -dijo con el ceño fruncido.

-No pienses eso, Liz... -dijo Sana, apoyando su espalda en su casillero.

-¡Ustedes no saben! Ella podría estar solo pasando una etapa -exclamó, ahora un poco alterada.

-Lisa... No creo que lo de Jennie sea una etapa -dijo Rosé, firme pero con suavidad.

-¿Y cómo lo sabes?

-¿Estás de joda? Es muy obvio, está igual o más enamorada que tú -explicó la coreana, muy segura de sus palabras.

-¿Por qué dices eso? ¿Enamorada de quién? -preguntó Lisa, asustada.

Rosé y Sana se golpearon la frente por la lentitud de su amiga.

-Lisa, eres una idiota -dijo Sana, riendo-. ¡De ti! Es muy obvia, al igual que tú.

Rosé asintió, pasando un brazo por los hombros de la japonesa mientras Lisa se quedaba pensativa.

Rivales-JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora