Al fin era jueves, eso quería decir que solo faltaba un día para el viernes y pronto para el tan deseado fin de semana. Lisa se encontraba más feliz.últimamente sentía que tenía una ventaja sobre la castaña, y era molestarla.
Seguía sin comprender por qué la castaña terminaba rabiando, pero cada vez que veía a la tailandesa hablando con un lindo chico o chica; Jennie la miraba como si fuera a golpearla en cualquier momento.
A primera hora le tocaba biología y para esa clase debían inspeccionar las células de una planta. Lisa tenía como compañera a Yeri, un chica bastante linda de su clase. Nunca había hablado mucho con ella, pero ese día las dos parecían más abiertas, la chica, extrañamente, le habló de manera alegre. Incluso cuando Lisa dijo algo bonito sobre sus ojos, la chica se sonrojo.
La rubia se felicitaba interiormente, no sabía que tenía ese talento para coquetear y menos con chicas.
Miró divertida cómo durante toda la clase Jennie cortaba las raíces de su planta prácticamente en la mesa mientras observaba a Yeri, que también la fulminaba con la mirada a ella. Lisa había preferido mantenerse al margen de las miradas.
Fue el colmo cuando Yeri depositó un beso en la comisura de los labios de la tailandesa para despedirse. Antes de que pudiera hacer nada, sintió un objeto pegajoso en su cabello. Era barro de una maceta y Yeri también tenía por toda la ropa.
Jennie estaba riendo con sus amigas y fingió poner su mejor cara de inocencia cuando Lisa la miró. Cuando acabó de limpiarse se miró al espejo y frunció el ceño, confusa.
¿Qué coño estaba haciendo?
Ella no intentaba llamar la atención de Jennie, no, ella solo buscaba fastidiarla por perra. Sí, esa debía ser la razón. O eso se dijo a si misma mientras iba por el pasillo, en busca de sus amigas.
Finalmente decidió ir al campo de futbol, donde vio a sus tres amigas observando el entrenamiento de los chicos, Hani y Rosé hablaban tranquilamente mientras Sana comía unas patatas de bolsa.
-No sabía que iban a estar aquí -dijo Lisa, sentándose junto a la pequeña japonesa.
-Claro, hoy dan los resultados de las pruebas y debemos estar todas las animadoras aquí y ustedes, mis fieles amigas, también -dijo Hani. Después se acercó un poco más y susurró- Además creo que tengo un flechazo por esa animadora.
Se refería a la chica pelinegra tan alta, Junghwa, Lisa la recordaba porque había sido ella la que le tomó una foto mientras estaba bañada en pintura por una de las bromas de Jennie.
-¿Junghwa? Es una idiota -afirmó y la chica hizo una mueca.
-Tú también te fijas en la castaña idiota y yo no te digo nada, los gustos son gustos -dijo cruzándose de brazos, mirando divertida a su amiga, que ahora estaba sonrojada.
-Yo no me fijo en nadie -dijo Lisa muy a la defensiva, haciendo que Rosé riera muy fuerte.
-Oh, para nada chica-babeo-por-la-morena-en-uniforme, lo dejaste bien claro -robó una patata de la bolsa de su prima y esta se quejó.
-Imaginan cosas donde no las hay -rodó los ojos mientras se sentaba al lado de Sana.
-Solo recuerda que es una perra y siempre lo será, Liz -recordó Rosé, pero su mejor amiga la ignoró, Lisa podía ser muy cabezona.
-Una gran zorra, igual que Dahyun -murmuró para ella misma, pero su amiga castaña se giró para encararla.
-Dahyun no es ninguna zorra -la defendió Sana, provocando que todas la miraran como si hubiera enloquecido- Bueno... no lo es tanto.
-¿Hablamos de la misma Dahyun? -preguntó Rosé- La que siempre se burla de ti, la que te hace maldades y con solo sonreír ahuyenta a un pájaro.
Su amiga no podía estar hablado en serio.
-Su... su sonrisa no es fea -Sana se cubrió el rostro entre las manos y agitó la cabeza- Ignórenme chicas, hoy estoy demasiado tonta.
-Ya veo... -dijo Hani, para después cambiar de tema.
Las chicas empezaron ha hablar sobre los exámenes hasta que comenzaron a dictar los resultados. Hani tuvo que bajar hasta el campo para poder escucha. Lisa estaba tan distraída mirando el cielo que ni siquiera se percató de la entrada de Jennie y sus amigas al campo.
A pesar de no saber que la castaña estaba allí, la tailandesa seguía pensando en ella: su manera de morder el bolígrafo cuando no sabía que responder, como hinchaba sus cachetes para conseguir lo que quería o la manera de arrugar la nariz cuando estaba confusa.
Se maldecía a si misma por saber tanto sobre la chica.
Estúpida, estúpida.
-¡Lalisa! -escuchó a una de sus amigas.
No le dio tiempo a levanta la cabeza cuando sintió algo estrellándose contra su cabeza, era un balón de futbol y probablemente se le había clavado en la sien.
Lisa empezó a ver todo de color rojo mientras sentía un dolor agudo recorrerle toda su cabeza, sus ojos no enfocaban y empezó a ver puntos negros por todas partes. Intentó levantarse pero cayó de rodillas en una de las gradas.
Sintió como una de sus amigas, seguramente Sana, la tomaba por los hombros. Solo fue capaz de distinguir manchas acercándose antes de caer inconsciente.
Dormía y, desgraciadamente, soñaba con cierta castaña. Jennie la miraba con cariño mientras sujetaba su mano, simplemente como si fueran amigas de toda la vida. Pero el sueño siempre acababa cuando Lisa intentaba acercarse más de lo habitual a la castaña.
La rubia despertó, respirando pesadamente, y al intentar levantarse, notó una punzada en la cabeza, que la hizo volver a marearse. Estaba en un cuarto limpio y ordenado, enfermería. Ahora Lisa consiguió recordar que le habían lanzado un balón, seguro que se había tratado de un accidente pero aun así dolía mucho. En ese mismo instante una mujer de piel oscura entró al cuarto con una mirada dulce. Llevaba una bata blanca y una pequeña identificación de ella.
-Al fin despiertas, jovencita. Tenías a todo el mundo preocupado -dijo colocando una bolsa de hielo en su cabeza, que Lisa sostuvo.
-¿Cuánto llevo inconsciente? -preguntó confusa.
-Casi todo el día, faltaste a casi todas las clases y tuve que echar a tuve que echar a tu mejor amuga, se estaba saltando muchas clases.
-¿Mi mejor amiga? ¿Se quedó aquí conmigo? -preguntó sin saber si se refería a Sana o Rosé, ya que las dos eran sus mejores amigas.
-Sí la chica estaba muy preocupada, se nota que te quiere mucho -sonrió tiernamente- se veía tierna, aunque fue un poco maleducada cuando le dije que debía marcharse.
Lisa la miró confusa, intentando imaginar a Sana o Rosé siendo maleducadas con la enfermera, simplemente no pudo. La enfermera le ofreció un analgésico y un vaso de agua, que Lisa aceptó sin dudar.
-¿Sabe cómo se llama? -preguntó la tailandesa después de tomar la pastilla, aun curiosa.
La enfermera recogió el vaso y sonrió pícaramente.
-Lo siento, jovencita, pero es lo único que me ha pedido que no te diga.
Lisa ladeó la cabeza, puede que Sana estuviera gastándole una broma.
Igualmente, se encogió de hombros y dejó que la sensación de alegría invadiera su cuerpo al saber que sus amigas se habían preocupado por ella.
Recordó el momento exacto en el que el balón le golpea, casi todo el grupo de Jennie la había visto hacer el ridículo y seguro que ahora pasarían todo el año escolar recordando el momento.
Enterró el rostro en su almohada y suspiró. Aún no podía creer que había estado soñando con Jennie, pero esa era su cruda realidad. Y tendría que empezar a acostumbrarse a ella.
_____________Ahora si, ya es todo por hoy...
Bye bye 🤧
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Rivales-Jenlisa
Fiksi PenggemarLisa iba a empezar el segundo año de secundaria en un instituto nuevo, había tenido que cambiar de país y deseaba con todas sus fuerzas poder hacer amigos, ya que no sabía que esperar de Corea. Lo que no sé espero es que se odiaría a muerte con cier...