El Profesor

3. LA NUEVA ASISTENTE

—Buenos días a todos —saluda el profesor Woods y entra por la puerta a la vez que le está dando un sorbo a su café.

Es atractivo incluso cuando toma café. También me gustaría ver esos labios cuando pincha un trozo de carne y se lo lleva a la boca. O cuando se los lame suavemente. Mmmmm, es bastante excitante pensar en ello. 

—¡Lyn! —escucho a Berta. 

—¿Qué? —me acerco a su oído. La verdad es que no me quiero perder ni un minuto de la clase del profesor. Desde que Berta me dijo ayer que es socio en "American Express" me tiene enganchada. Necesito absorber toda la información.

—Cari, déjame la tarea que teníamos para hoy. Hay que ver con la de Contabilidad. Mandando tareas desde el primer día. 

—Pero estamos en clase. ¿La vas a copiar ahora? 

—Sí —contesta esta muy segura.

—¿Y si te ve? 

—Descuida. Venga, que no me va a dar tiempo. 

Saco mi libreta despacio y observo que el profesor está mirando hacia mí. Me entra un poco el pánico y maldigo en mi mente. Mierda. Berta siempre me mete en problemas. Afortunadamente, consigo sacar el cuaderno de Contabilidad y se lo paso por debajo de la mesa. Tenemos la clase ahora después y la señora Brown me parece muy simpática. También nos dio el curso pasado. Enseguida, Berta me escribe un "I luv u" con el lápiz en la mesa a modo de agradecimiento. Y dibuja un corazón. 

—Como decía, los resultados de sus pruebas de ayer son pésimos e incluso confieso que en algunas detuve mi corrección. Les aviso que ahora mismo están todos suspensos... salvo dos personas —dice el profe y levanta la barbilla. Sigue manteniendo su mirada fría y parece que estamos más bien en el ejercito, que en una institución donde se imparten estudios superiores. 

¡Dios mío! Dos aprobados nada más. Veo bastante lejos el día de realizar mis prácticas en una prestigiosa agencia financiera. 

—Ahora paso a hacerles algunas preguntas y escuchen con atención. Tal y como pregunté en el examen de ayer, sabemos que cuando invertimos en bolsa, eso supone invertir en una renta fija. Pero les pregunto, ¿la renta fija significa también rentabilidad fija? 

Silencio absoluto. Mis antenas están puestas y evalúo en mi mente la respuesta. La pija del Botox (la de la pregunta tonta de ayer) se apresura en contestar. 

—Para mi sí. Si invierto con la idea de tener una renta fija, se supone que la rentabilidad también lo será. 

—¿Y no puede usted sufrir pérdidas? ¿Siempre va a conseguir beneficios? —pregunta Woods, mientras que se apoya en su escritorio y cruza sus brazos fuertes. Su típica postura. 

—Según —se adelanta en contestar un chico rubio alto, con gafas. 

—Explíquese usted. 

—Los beneficios irán en concordancia con los dividendos. Si el valor baja, se obtendrán menos beneficios. 

—Pero ¿entonces hay riesgo? Esta es mi pregunta —insiste el profesor. 

El chico rubio se queda callado. Nadie más contesta. 

—Sí que lo hay —digo en voz más bien baja. 

—¿Disculpe? —y me fija con la vista. 

—Una creencia errónea es asumir de que la renta fija es una inversión sin riesgo. Pero no es así.  

—Continúe. 

—Existe un posible riego de crédito o insolvencia, entre otros. Por eso conviene consultar los "ratings" de las distintas empresas en las que quiere invertir. Cuanto menor es el riesgo de impago estimado, más alto será el "rating", y por lo tanto....