19.EN MEDIO DE LA NOCHE

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Estas llamas están ardiendo, estas olas están rompiéndose

Arrástrame como un huracán 

Estoy cautivándote, te tengo hipnotizado

Puedes sentir el poder, soy yo de nuevo

(Elley Duhé- "Middle of the night")


⚠️⚠️⚠️AVISO IMPORTANTE⚠️⚠️⚠️

ESTE CAPÍTULO ES CATALOGADO COMO +21. CONTIENE ESCENAS DE SEXO MUY EXPLÍCITAS, APARTE DE LENGUAJE VULGAR, QUE PUEDE RESULTAR DESAGRADABLE O VIOLENTO PARA ALGUNAS PERSONAS.

LEERÁS BAJO TU RESPONSABILIDAD.

—¿Qué hacéis? —oigo el grito de alguien, conforme regreso del baño.

Cuando llego de vuelta al lounge, noto que el señor Clark está tendido en el suelo y me pregunto qué narices habrá sucedido mientras que me encontraba en el servicio. Todo el mundo está mirando atentamente. El profesor está de pie, delante de él, y su rostro está desencajado. Al verme aparecer en la terraza, se me acerca deprisa y me agarra el brazo.

—¡Nos vamos ya! —dice con voz severa y noto cómo respira velozmente.

Algo ha ocurrido.

—¿Le acabas de dar un puñetazo al señor Clark?

—¡Esa escoria no es ni señor, ni es nada! —ruge diabólico.

Coloca su mano en mi cintura, aprieta sus dedos con fuerza y atrae mi cuerpo hacia él, tirando de mí hacia la puerta. Nos vamos alejando hacia la salida del restaurante, aun así, no puedo evitar mirar para atrás. Veo a Mark ayudando al señor Clark a levantarse. El hombre se está tocando la herida y también mira en dirección a la salida.

—¿Qué ha pasado?

Los diez minutos que pasamos en el coche, de camino al hotel, son parecidos a los que hemos pasado llegando al restaurante. El profesor no contesta a mi pregunta y supongo que es porque acaba de darle un puñetazo a uno de los socios más importantes de la costa sur, con lo cual es absolutamente lógico que esté irritado.

Llegamos al hotel enseguida y, conforme vamos caminando, me estoy dando cuenta de que este sigue en silencio y ni siquiera me mira. Sus rasgos son muy tensos y me empiezo a preocupar verdaderamente por él. Seguramente este altercado le pasará factura dentro de la empresa y realmente no sé hasta que punto sus negocios se verán perjudicados.

El sonido rítmico de nuestros acelerados pasos sobre el suelo retumba en la gran entrada principal del hotel, mientras que nos dirigimos a zancadas al ascensor. Unas personas de la recepción nos saludan con una sonrisa de cordialidad.

—¿Estás bien? —pregunto cautelosa y me acerco un poco más a él.

—Sí. Pero lo cierto es que estaría mejor si no le hubiese puesto las tetas en la cara al imbécil de Clark —Gira la cabeza de repente y clava su vista sobre mí.

Su mirada me hiela.

¡Vaya! Yo soy la razón de la disputa. Abro mis párpados más cuando me regaño mentalmente. Acercarme e insinuarme al señor Clark ha sido bastante insensato e infantil, pero yo únicamente deseaba sacar de quicio al profesor con todas mis fuerzas y, por lo que veo, lo he conseguido.

El ProfesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora