Capítulo 4: "Happy" Holidays

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Permaneció en silencio durante todo el viaje en tren a casa y se mordió la lengua al llegar a Grimmauld Place, donde Molly los recibió con los brazos abiertos. Harry se dirigió directamente al piso de arriba y se encontró con Kreacher. Estaba a punto de pasar al lado del elfo pardo cuando, en lugar de los habituales refunfuños, dijo,

-El maestro mestizo se ganó el don. Eres digno de ser un Black-.

Harry se detuvo antes de rodear al elfo. -¿Qué don? Sabes qué, no importa. ¿Puedes prepararme una habitación lejos de todos los demás?-.

-Yo lo haré. Sigue a Kreacher-.

Adormecido, siguió al elfo hasta el rellano superior. La puerta de madera estaba intrincadamente tallada con extraños símbolos. El interior era más bien una suite que una habitación. Una gran cama de cuatro postes se encontraba a lo largo de una pared, con una pequeña zona de asientos en el centro de la habitación y una puerta a un lado que conducía a un cuarto de baño. Kreacher chasqueó los dedos y la habitación quedó limpia al instante, con sus pertenencias colocadas estratégicamente.

-Gracias, Kreacher-, dijo Harry. -Si pudieras traerme la cena, sería estupendo. Por favor, comprueba si hay pociones-.

El elfo desapareció y Harry se dejó caer de mala gana en uno de los sofás. Tenía que pensar en cómo contarle a Sirius la traición sin que se le fuera la olla. Prefería tener a su padrino fuera de Azkaban, aunque fuera técnicamente un convicto fugado. Un inocente pero el ministerio no lo sabía. Miró al suelo. Había una parte de él que quería hacer una escena y enfrentarse a todos por sus crímenes, pero no saldría bien. O no le creerían o le drogarían hasta la saciedad. Le necesitaban como arma. No les importaba como persona. Kreacher regresó con un estallido, presentó una gran porción de stroganoff de cordero antes de desaparecer de nuevo.

Una hora después, llamaron a su puerta.

-Harry querido, ¿por qué no vienes a unirte al resto de nosotros abajo?- preguntó Molly. -Sabes que la mayoría de estas habitaciones no son habitables-.

Apretó los dientes. -Estoy bien donde estoy, señora Weasley. Kreacher se aseguró de que la habitación fuera segura-.

-No se puede confiar en la palabra de un elfo-.

No puedo confiar en ti, más bien. -Sólo déjame en paz. Si quisiera compañía, estaría abajo. Este es el primer poco de paz que he tenido en semanas-.

Salió con un resoplido y sacudió el pomo de la puerta, pero no consiguió entrar. Frunció el ceño. No recordaba haberla cerrado con llave. Tendría que comprobarlo más tarde. No tenía muchas ganas de quedarse atrapado. Cuando no dijo nada más, Molly se fue y Harry se acurrucó donde estaba sentado. Quería ser libre. Le dolía el pecho por el dolor emocional.

Veinte minutos después del intento de Molly se oyó un golpe seguido de la apertura de lapuerta. Sirius asomó la cabeza por la puerta con cara de confusión.

-Pensé que se había equivocado-, dijo. -¿Cómo has entrado aquí, cachorro?-.

Harry se encogió de hombros. -Kreacher me trajo hasta aquí. Quería alejarme de todos-.

Sirius entró en la habitación, cerrando la puerta en silencio tras de sí, y se unió a él en el sofá.

-¿Qué pasa?-.

-Nada. Sólo quería espacio para variar. He estado fuera desde el final del torneo y con estas visiones de Voldy, yo sólo... No sé, Padfoot. Empezando a replantearme muchas cosas-.

-¿Cómo qué?-.

-Asistir a Hogwarts. Parece que allí siempre estoy en peligro. Tal vez si desapareciera en el mundo muggle, estaría mejor-.

TOUJOURS PUR - A FAMILY SECRETDonde viven las historias. Descúbrelo ahora