Capítulo 9: Littermate Syndrome

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Recuperar la conciencia le llevó a Harry varios intentos. La primera vez sólo se escuchó el dulce sonido del silencio y el calor de su ancla detrás de él. La segunda y la tercera vez hubo conversaciones tranquilas entre Sirius y Narcissa. El último intento comenzó con una conversación muy confusa que sonaba a francés y que se desarrollaba a menos de un metro de distancia entre Sirius y Regulus. Cuando se transformó en inglés, se hizo evidente rápidamente que se trataba de una discusión.

-¡Ese maldito elfo no me hace caso, Regulus! De todos modos, siempre fue tu favorito, así que quizá deberías arreglar tus propios errores invocando tú mismo a esa maldita criatura-, espetó Sirius.

-No me responderá. Tenía que creer que yo estaba muerto o, de lo contrario, habría delatado mi existencia. ¿Puedes hacer una sola cosa?-.

-¡Una cosa! ¡Una cosa! ¡Regulus, no te mereces ni una sola cosa de mí! No mereces nada más que ignorarte por lo que hiciste-.

Abriendo los ojos lentamente, Harry escuchó cómo los dos hermanos continuaban la discusión en francés, lo que la hacía sonar de alguna manera menos violenta. Recordando la conversación con Regulus en la guarida de los zorros y la descripción de Sirius de la criatura en cuestión, sólo había una forma de arreglar el debate sin que nadie resultara muerto.

-Kreacher-, gritó Harry con brusquedad.

Simultáneamente, la discusión se detuvo y Kreacher apareció.

-Harry, deberías estar descansando-, reprendió Sirius con suavidad.

-Llamó el joven maestro zorro-, dijo Kreacher, y luego se volvió para mirar a Sirius. -No estás cuidando al joven amo. Es tu trabajo como...-

-No puedes culparlo, Kreacher. La magia de los zorros es más difícil de controlar que la de los magos. Yo me puse en esta situación-.

-Kreacher debe culpar al Maestro Zorro. El Joven Maestro Zorro no está siendo educado en su don-.

-Potter, te juro que si no vuelves a dormir, que me ayudes a hechizar una poción de sueño en tu estómago-.

Harry sonrió satisfecho. -No funcionaría. Soy casi inmune a ellos estos días-.

Snape gimió algo apenas inteligible, lo que le hizo sonreír aún más, pero sabía que el maestro de pociones probablemente tenía razón en cuanto a que necesitaba dormir más.

Sirius se agachó frente a Harry y le apoyó una mano en la frente.

-¿Cómo estás, cachorro?-.

Harry se encogió de hombros torpemente. -Dolorido, cansado, absolutamente agotado. He estado peor-.

Sirius frunció el ceño. -No me des más munición. Me gustaría permanecer en el exterior-.

-Hola de nuevo, Kreacher-.

Harry apartó la mirada de su padrino para ver cómo el canoso elfo miraba a Regulus por primera vez. Su reacción fue dolorosa de ver. Kreacher se tambaleó hacia atrás de uno de sus antiguos maestros y parecía visiblemente asustado. Regulus sonrió con tristeza y se agachó para estar a la altura del elfo.

-Maestro Regulus... Kreacher lo vio morir. Le dio la orden de no devolver su cuerpo a la Señora. ¡El amo Regulus mintió!-.

-Me disculpo, Kreacher, pero era necesario. Nadie podía saberlo. Por así decirlo, necesito que verifiques algo por mí-.

Kreacher se dio la vuelta, en señal de flagrante falta de respeto, y se negó a reconocer la petición. Sirius enarcó una ceja pero no dijo nada. Harry se limitó a observar, sintiendo una increíble pena por el elfo. Estaba claro que los dos habían estado muy unidos cuando Regulus era joven y creer que su maestro había muerto claramente rompía el corazón del elfo.

TOUJOURS PUR - A FAMILY SECRETDonde viven las historias. Descúbrelo ahora