Capítulo 16: Mate Claim

2.3K 240 12
                                    

Meren = meh reyezuelo

Punto de Vista de Meren

El Zorrito era el más dulce. Era vacilante y temeroso, como lo sería cualquier Vulpez Primal, pero de alguna manera seguía siendo tan cariñoso. Al principio sólo se apoyaba en su pierna, dejándose acariciar, pero con el paso del tiempo fue buscando cada vez más el contacto físico. Lo que ciertamente hizo más fácil la incómoda donación de sangre. Una vez que Meren convenció a la Zorrita de que era necesario protegerlo contra el fuego creciente, lo sostuvo contra su pecho mientras la Zorrita la mordía en el antebrazo, lo más cerca posible de la muñeca.

Sorprendentemente, fue poco después de la "alimentación" que el Zorrito pareció recuperar un poco más de su edad. O, al menos, las facultades mentales.

Fue mientras tenía la cabeza en su regazo que sus sonidos animales empezaron a acercarse a los humanos y, a la noche siguiente, murmuró,

Harry. Yo soy Harry.

-Bueno, hola, Harry. ¿Entiendes lo que está pasando?- preguntó Meren, acariciándolo suavemente entre las orejas.

El desconocido me cogió. Me golpeó con la luz roja. ¿Dónde estamos?.

-Bajo tierra. Por desgracia, es más una cueva que una guarida. ¿Tienes una manada? ¿Es de donde te sacaron?-.

Hombre seguro. Falsos zorros. Perro sprite. Escondido. Un extraño me llevó. Vendrán.

-Espero que tengas razón, Harry. Mi sangre sólo te sostendrá un par de días. Después de eso, el fuego se descontrolará y ambos desapareceremos-.

Harry gimió y se acurrucó en su pecho, aferrándose a sus ropas con fuerza. Meren lo envolvió cuidadosamente en sus brazos y tarareó una canción infantil típica de Vulpez para calmarlo. Sabían que era arriesgado hablarle de los riesgos inherentes a su fuego, pero no le mentirían. Era evidente, al estar en estado Primal, que la gente en su vida lo había tratado extremadamente mal de antemano y ellos no iban a añadir más.

La noche siguiente rompió el corazón de Meren. El Zorrito seguía aferrado pero también lloriqueaba y sollozaba, manteniendo el volumen bajo como si esperara un castigo por ello. Intentaron consolarlo, calmar su mente traumatizada, pero fue una noche larga. Cuando se despertó, Meren estaba más que agotado.

Lo siento. Me callo. Lo siento susurró Harry suplicante, tratando de alejarse.

-Calla, ahora, Harry. Estás a salvo conmigo. Nunca te haré daño-.

No puedes decir eso. Todo el mundo lo hace siempre.

-Cariño, no soy como los demás. Hago promesas y las cumplo. Has sentido más dolor que cualquier otra persona de tu edad. Mucho más de lo que deberías haber sentido. Cuando te digo que no voy a aumentar eso, mejor que creas que lo cumpliré-.

Harry continuó intentando alejarse, por lo que Meren lo sujetó con más fuerza hasta que finalmente dejó de luchar y enterró la cara en su hombro. Para pasar el tiempo, Meren comenzó a contar historias de su reino. De los niños que vivían en paz eterna y de los alborotadores de la sociedad que eran expulsados como forma de control de la población. Harry jugueteaba con una trenza mientras hablaban, escuchando tanto sus latidos como los relatos mágicos.

En su pequeña prisión en forma de cueva, el tiempo pasaba. Sin luz solar ni reloj, era imposible ser preciso en la cantidad de tiempo, pero ambos dormían y se despertaban múltiples veces. Harry preguntó por qué nunca tenían hambre y Meren sólo pudo responder que debía ser magia de mago. Era la única explicación que se les ocurría de por qué no había más que un silencio absoluto en el pasillo, a pesar de que aparecían sombras de humanoides y monstruos por igual en las paredes.

TOUJOURS PUR - A FAMILY SECRETDonde viven las historias. Descúbrelo ahora